Uno de los paradigmas financieros más fuertes que me han marcado se resume en la frase “todo te lo ganas con el sudor de tu frente”.
Este era un principio de vida de mis padres, y a pesar que los valores del esfuerzo y el trabajo son positivos, hoy me doy cuenta que esta es una verdad a medias.
Existen otras formas, completamente lícitas y reales, para generar dinero que no dependen necesariamente del “sudor de la frente” y se conocen como ingresos pasivos.
Entonces, ¿cómo logramos generar ingresos sin derramar tantas lágrimas?: Aprovechando los activos productivos.
Un activo productivo es un bien que genera un flujo de ingresos durante un periodo de tiempo determinado y que no requiere de nuestro tiempo para hacerlo. Los activos productivos tienen tres características:
- Son bienes que no intervienen en mi actividad principal, ni requieren el uso de tu tiempo.
- Los ingresos que producen deben cubrir con todos los gastos relacionados a su mantenimiento y operación.
- El flujo de ingreso es de carácter permanente. Puede ser semanal, mensual, semestral o anual, lo importante es que se mantenga en el tiempo.
Si bien se requiere tiempo y esfuerzo para hacer una estructura de ingresos pasivos, en el mediano y largo plazo te pueden brindar estabilidad y libertad.
Una vez que conoces esta información, el siguiente paso es hacer una revisión de los activos que posees y evaluar, cuál puede convertirse en un activo productivo.
En el próximo artículo compartiremos ejemplos concretos de activos productivos que cumplen con estas tres características. Estén atentos, ¡no se lo pierdan!
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