El seguro de vida: mitos y realidades
Pocos pensamos con efectividad y un plan concreto qué pasará con nuestros seres queridos si faltamos prematuramente

ESPECIAL PARA ESTAMPAS

17/03/2020 08:00 am




Durante el tiempo que tengo trabajando en el área de las finanzas personales, no he visto un producto más menos apreciado que el seguro de vida.
Por lo general, todos sabemos que es importante hacer un apartado para atender eventos inesperados, pero pocos pensamos qué pasará con nuestros seres queridos si faltamos prematuramente. 

Mi papá falleció en un accidente de tránsito cuando tenía 14 años y esa experiencia me hizo reflexionar acerca de lo que puede ser tu realidad y de la cantidad de problemas que se derivan de esa situación, que es más común de lo que imaginamos. Probablemente por esa razón me cuesta entender porqué las personas en general tienen rechazo a este tipo de soluciones e incluso se han creado mitos alrededor de ellos.

Por estas razones he hecho una selección de tres mitos más comunes acerca del seguro de vida: 

"Yo soy joven y saludable, no lo necesito". Realidad: El mejor momento para contratar un seguro de vida es justamente cuando disfrutas de la juventud y buena salud. El costo del seguro de vida aumenta con la edad y si se solicita teniendo alguna condición de salud se corre el riesgo de ser rechazado. 

"Los seguros de vida son para personas con mucho dinero". Realidad: No importa si tienes mucho o poco, si falleces, tu familia debe cubrir gastos sucesorales, gastos funerarios, deudas, compromisos y los gastos del día al día. Si no cuenta con liquidez su estilo de vida empeorará.

“Las empresas de seguro nunca pierden”. Realidad: Antes de iniciar un seguro de vida entiende los beneficios y las consultas, revisar las condiciones o “letras pequeñas” de los contratos. Valida las credenciales de la empresa que lo ofrece. Cuídate, investiga y evita riesgos innecesarios no cubiertos por la póliza. 

Algunas recomendaciones finales:
Si lo tomas sé sincero con tu familia, no ocultes información y valida la solicitud antes y después de recibir el contrato.
Procura que tu asesor no esté experimentando contigo. Selecciona un asesor que esté comprometido a tiempo completo a esta actividad.


No es necesario pasar por una experiencia traumática para entender la importancia de un seguro de vida, solo hace falta un poco de educación financiera.

Esperamos que este nuevo conocimiento les permita entrar en acción para mejorar su calidad de vida. Feliz inicio de semana. 

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