Este 11 de abril se conmemoró el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad que es definida por la Organización Mundial de la Salud como un trastorno degenerativo del cerebro asociado a síntomas motores, lentitud de movimientos, temblores, y al deterioro cognitivo, lo cual repercute también en la salud emocional de sus familiares y cuidadores.
Para quienes atienden a los pacientes con Parkinson, los cuidados y la enfermedad en sí misma pueden ser abrumadores, lo que puede generar una gran presión que derive en estrés y otras alteraciones, como fatiga crónica, insomnio, irritabilidad, entre otras.
Por ello, el familiar o cuidador debe protegerse a sí mismo, continuar con sus responsabilidades laborales, darse tiempo libre y procurar su vida social para mantener un balance. Alimentarse de manera adecuada y dormir lo suficientemente le permitirá un buen estado de salud.
Tener redes de apoyo a quienes pueda expresar sus sentimientos y sentir el acompañamiento es vital en el proceso. El apoyo y reconocimiento de parte de la familia también es vital.
Proteger al cuidador garantizará su bienestar y entereza para velar por la salud del paciente.