MARIÁNGEL PAOLINI
Cuando hablamos de hidratación… ¿Qué es lo primero que les viene a la mente?
Muy seguramente sean 8 vasos de agua. ¿Es así? Créanme que no están solos, pues para la mayoría de las personas el proceso de hidratación celular subyace bajo la creencia de que la hidratación se produce solo a partir de la ingesta de agua.
Sin embargo, y de acuerdo con la literatura especializada, la ingesta de líquidos debería estar distribuida de la siguiente manera: entre 20-30% de alimentos sólidos y entre 70-80% de bebidas y agua potable. ¿Sorprendidos?
Es clave saber que algunas personas pueden tener requerimientos de hidratación especiales (temporales o permanentes), por ejemplo las mujeres embarazadas y/o en período de lactancia necesitan ingerir más líquidos. Tales requerimientos también pueden variar en función del clima circundante, por lo que en países con temperaturas más altas la necesidad de hidratarse puede ser diferente si la comparamos con climas templados.
La actividad física de moderada a intensa puede ser otra razón por la que se incrementa la sed y el requerimiento de hidratación aumenta. Asimismo el uso de algunos medicamentos o la presencia de síntomas como fiebre, diarrea y/o vómitos, que pueden causar una pérdida significativa de líquidos en muy corto tiempo, incide en la necesidad de mayor hidratación.
De la misma forma, al avanzar la edad nuestro cuerpo pierde la capacidad de responder con sensación de sed a un déficit hídrico, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y las personas mayores pueden deshidratarse con mayor facilidad. En otros casos, por el contrario, pueden experimentar un aumento en su necesidad de hidratación, mayormente por la ingesta de algunos medicamentos que alteran la función de la hormona anti-diurética.
Tengamos en cuenta que nuestro organismo es capaz de monitorear la cantidad de agua que necesita para funcionar y el mecanismo de la sed le indica al cuerpo que debe beber cuando se reduce su contenido de agua.
Una pérdida de líquidos equivalente al 1% del peso corporal normalmente se compensa en unas 24 horas. Con un déficit de líquidos igual o superior al 4% se pueden presentar manifestaciones más complejas como dificultades para la concentración, dolor de cabeza, irritabilidad y somnolencia. Los casos más severos de deshidratación (10% o más del peso corporal) pueden provocar la muerte.
No me gusta tomar agua