Gledys Ibarra: «No tengo el ímpetu de la juventud pero sí el aplomo de los años»
Su sueño de ser artista resulta inacabable. Este año, la primera actriz venezolana Gledys Ibarra debutó en la televisión británica. En el 70 aniversario de Estampas, la recordada Patria Mía repasa parte de su camino

REDACCION ESTAMPAS

28/12/2023 08:00 am



Néstor Luis Llabanero 



«Uno no decide ser artista, uno nace siéndolo», responde la actriz Gledys Ibarra al planteamiento de cómo llegó a descubrirse en el oficio de interpretar personajes. «Es como una llama que se tiene o no se tiene. A veces esa llama la ven otros antes que uno».
 
En su caso, fue su abuela Fifa —Felicidad Ibarra— quien la advirtió antes que ella. Recuerda que una vez le dijo al oído: «Tú eres artista». Para entonces, Gledys actuaba domésticamente para sus tías y el resto de la familia.
 
Gledys decidió formarse y siendo estudiante de arte dramático tocó las puertas de Venevisión. Ahí solo consiguió ser modelo del programa Sábado Sensacional, en la época del presentador Amador Bendayán. Sin embargo, al ver que la oportunidad no llegaba exploró la opción de Radio Caracas Televisión.

Un día hizo acto de presencia en RCTV, en una mañana que coincidió en la puerta con los miembros de un equipo de trabajo de la RAI —radiodifusora pública de Italia— que tenían el propósito de realizar un documental sobre la telenovela.
 
No sabe por qué razón, uno de ellos le preguntó si quería formar parte de la asistencia, una labor que consistía en comprar café para los productores y cumplir con las atenciones básicas. Aceptó sin reservas. Con el equipo de la RAI visitó un estudio de grabación donde la maestra Amalia Pérez Díaz desarrollaba una escena. Quedó extasiada.
 
Fueron los miembros de la RAI quienes hablaron con Alberto Giarroco, ejecutivo de RCTV, sobre el interés de la estudiante de actuación Gledys Ibarra. Y fue el también productor venezolano, el de mayor peso en ese momento, quien la recomendó. Debutaría como figurante en Leonela, conformando el grupo de muchachas del gimnasio donde se entrenaba el personaje de la protagonista Mayra Alejandra.
 
Luego fue incluida en la exitosa Topacio. Además, participó durante un año en el programa de humor Radio Rochela. Hasta que en 1985 recibió una mejor oportunidad con su personaje de Nancy, en Cristal, donde ya tenía parlamentos.


«Sería muy peligroso colgarse de una sola etapa, porque cuando miras tu presente podría frustrarte la realidad de tu cara o de tu cuerpo, o no reconocerte en tus logros o desafíos actuales»

Con su personaje de Nancy, la actriz había quedado bajo el escrutinio favorable del país y en el radar de los productores. Llegaron telenovelas, una tras otras. En todas intervino: La intrusa, Selva María, La muchacha del circo, Abigail, La pasión de Teresa, Pobre negro, Gardenia.

Sería en el año 1992, con el personaje de Eloina Rangel, en Por estas calles, cuando su crédito como actriz cobraría la notoriedad que antes igualmente merecía.
 
La telenovela de RCTV, que narraba las circunstancias socioeconómicas del país, convirtió a Gledys Ibarra en un referente de la Venezuela profunda, algo que acentuó cinematográficamente con Sicario y Santera, dos de los largometrajes que en 1994 la tuvieron en el plano estelar.

La actriz sorprendería nuevamente en 1995 al interpretar en la telenovela Amores de fin de siglo a Luna Camacho, un personaje que habitaba en una Caracas marginada y cuya caracterización de pelo rapado pasó a ser, a la fecha, el más recordado de esa primera serie original de Leonardo Padrón.

Se suman a su éxito como actriz Volver a vivir, Aunque me cueste la vida, Mujer secreta, Hay amores que matan, Angélica pecado y La mujer de judas. Todas desarrolladas en RCTV de forma consecutiva hasta el año 2002, cuando fue llamada por Venevisión.
 
En ese nuevo canal, se hizo entrañable para Venezuela con el personaje de Patria mía, en la telenovela Cosita Rica, y con La diabla, en Ciudad Bendita. Mención especial merecen sus trabajos en El amor las vuelve locas, La vida entera y Tomasa Tequiero.



Nacida en la Maternidad Concepción Palacios, en la ciudad de Caracas, el 19 de noviembre de 1959, Gledys Ibarra dice haber disfrutado de todas sus etapas de crecimiento.
 
«No tengo ahora el ímpetu de la juventud, pero sí el aplomo de los años y conservo las ganas y la curiosidad por emprender cosas nuevas. Creo que mi desafío como mujer es tratar de entender las cosas nuevas que traen los cambios en el mundo sin sentirme vulnerada».

Gledys Ibarra, madre de dos hijas, es también abuela de varios nietos. «Ser madre y abuela son dos cosas distintas. Aunque puede ser lo mismo porque efectivamente es una extensión de ser madre, un pedazo de ti, es tu sangre corriendo en un torrente joven».

Dice que no podría valorar una de sus etapas femeninas sobre otra. Todas, según dice, conforman la vida. «Sería muy peligroso colgarse de una sola etapa, porque cuando miras tu presente podría frustrarte la realidad de tu cara o de tu cuerpo, o no reconocerte en tus logros o desafíos actuales».

En Londres, donde vive, combina la actuación con la pintura figurativa. En la capital inglesa le ha dado mayor consistencia a una vocación que ya alimentaba en Caracas. «Para mi pintar es terapéutico, pero yo no me doy cuenta de lo terapéutico que es hasta que no veo el tiempo que ha pasado, hasta que termina mi juego con los colores».

Pero, lo interesante para su trabajo, dice, es que la vida le ha regalado el elogio de la palabra y el respaldo de quienes se han sensibilizado convirtiendo sus cuadros en piezas adquiribles.
 
«Nunca supuse que se venderían, porque lo hacía para mi disfrute y para regalar a amigos o gente cercana, y ahora se han convertido en una fuente de ingresos».



La actriz venezolana recorre hoy los desafíos que le impone la industria dramática de Reino Unido. La califica como una etapa dura. «No es tan idílica como pudiera sonar, porque aquí lo tengo que trabajar a pulso», opina como si en efecto estuviese en otra forma de comienzo. «Esto no es que vino alguien a ayudarme, lo cual sería maravilloso».

En junio de 2023, sin embargo, debutó en la televisión británica con el personaje de Gabriela en Ruby Speaking, una comedia de situaciones recreada en un call center de Bristol, producida por Yellow Door Productions. Un hecho inédito para las intérpretes venezolanas.
 
Refiere que Londres tiene «cada tres pasos» una escuela de arte dramático que gradúa después de tres o cuatro años de formación. «De ahí salen actores preparados para hacer cualquier escena, en cualquier circunstancia, en cualquier película o serie. Es un mercado muy feroz. Yo soy una mujer positiva y me gusta la bandera de que si te caes tienes que levantarte, así que cuando salgo rota por los resultados de un casting junto mis pedazos y sigo honrando la vida».

Celebra, eso sí, su nuevo aprendizaje cultural y las maneras de acercarse al hecho interpretativo, pero aun así, Gledys Ibarra dice que no abordaría los personajes que hizo Venezuela de una forma distinta a como los creó.
 
«Eso que referimos como un chiste, que la mamá venezolana con una pelada de ojo ya sabía lo que quería decirte es una verdad. Los venezolanos nos identificamos con una mirada. Aquí en Londres también hay esas miradas, pero son distintas».

Sensata, como siempre ha sido, contrarresta cualquier atajo periodístico que la invite a cuestionar su trabajo hecho en Venezuela. «Yo no tengo el derecho de discriminar la manera como hice mis personajes venezolanos. Sería un irrespeto a mi propia vida y la negación de mi naturaleza. Todos esos personajes los hice con la manera como sentimos los venezolanos y acercándome a las madres que estaban sentadas viendo las telenovelas mientras se decían, a través de mí, esa soy yo con mi muchacho».

Gledys Ibarra
Instagram: @ibarragledysof

Néstor Luis Llabanero

Instagram: @llabanero

Fotos: Iván Dumont

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