Ubaldo Arrieta
Conceptualizar la vida desde la idea primaria de un proyecto existencial y de esta manera lograr la trascendencia social y humana a través de la práctica profesional de servicio, sin duda serían premisas desde las que alguien se convierte en una referencia al ser entrevistado.
Y es así que la lectura de las siguientes líneas pretenden ilustrar acerca de cómo un joven apasionado por la ingeniería se titula en la especialidad civil a los 23 años y en los próximos 37, convertido en exitoso empresario hotelero, revela cómo aquel proyecto existencial le dio herramientas para hacer realidad un sueño que aún no concluye.
Es el testimonio del ingeniero Luis D'Amico, oriundo de Maturín, Monagas, egresado de la UCAB en 1985 y al poco tiempo establecido profesionalmente en la isla de Margarita, donde desde 2000 dirige como presidente la cadena LD'Hoteles @ldhoteles.
La ingeniería le dio herramientas para crear proyectos, concretarlos y ponerlos a funcionar
En la sala de reuniones de H2o hotel comenta para Estampas que en su rol de empresario ejerce la carrera "con pasión".
“Siempre me gustó la ingeniería en su aspecto gerencial, pragmático. Mi conceptualización de la vida me llevó a ser ingeniero y persiste en mí el objetivo de alcanzar logros, que es terminar lo que se empieza, concretar sueños, perseguirlos y no abandonar hasta que se obtienen”. El entusiasmo por la profesión le acompaña al indicar que la ingeniería le dio herramientas para crear proyectos, concretarlos y ponerlos a funcionar.
A D'Amico se le comenta que la ingeniería, como ciencia y tecnología, es construcción, creación, sostenibilidad de lo particular a lo general, trascendencia social y humana del ingeniero.
"En nuestra área hotelera analizamos la fase de sostenibilidad para cada proyecto. No sólo por aspectos de marketing, que se toma en cuenta por el interés de las personas que buscan un servicio que respete el ambiente, sino por la obligación de crear espacios agradables para el ser humano. Al final se trata de regalar a la gente experiencias gratas".
Exitoso empresario hotelero, revela cómo aquel proyecto existencial le dio herramientas para hacer realidad un sueño que aún no concluye
Todo lo que usted expresa da una idea de lo que podría entenderse como la humanización de la ingeniería.
“Claro, eso es. La ingeniería, como buena ciencia, es pragmática, está en los números pero yo uno lo práctico con la sensibilidad ante la realidad. Pero voy más allá porque me enamora el servicio para que la gente se sorprenda con la belleza de los espacios que uno es capaz de generar”.
Su salto de lleno hacia el rol de empresario hotelero lo define como el punto de inflexión que en cualquier circunstancia ocurre en la vida:
"Hay situaciones, aparecen caminos que hacen voltear la mirada hacia nuevas oportunidades. Surgió la ocasión propicia para el resurgimiento de un proyecto en 2000 y supe desde el primer día que eso cambiaría mi vida. Porque fue algo que me gustó y me apasionó. Y me sigue ocurriendo porque me ocupo de crecer, de hacer realidad nuevos proyectos, de sumarlos a esta idea loca, a esta pasión desenfrenada de LDhoteles, que es producto de un equipo que ha querido hacer una realidad útil, es en concreto humanización de la ingeniería".
Muchas más frases motivadoras surgen de una conversación con Luis D'Amico, pero la obligatoria síntesis de estos espacios marcan el orientador y directo epílogo, para periodista y lector, de las ilustradoras líneas anteriores: "En los momentos difíciles, casi siempre surgen líneas que bien leídas darán una vuelta significativa a la vida, pero nada de eso servirá si estás en el lugar o haciendo lo que no quieres. Si no hay pasión sólo habrá desgaste. Siempre perseguir el sueño, nunca conformarse con lo que se tiene y asegurarse que en su vida y en la apuesta de ese momento, es donde hay que poner toda la energía. Esa debe ser su convicción. Es lo que he hecho en mi vida".
Ubaldo Arrieta@ubaldoarrietaFotografías Julio Rodríguez@ercamaguan
