Marsolaire Quintana
Una de las máximas sobre el estilo escrito es que menos es más. En efecto, hay estilos parcos y otros más elaborados e interminables. Pero, la escritura de promoción y venta de productos y servicios, o de ambos, debe ser eficiente para ser eficaz, dos conceptos cercanos, pero distintos. Entender la diferencia es un factor garante en la fluidez de la producción de textos.
Según Netflix y Amazon, cada vez leemos más, aunque no sabemos si leemos mejor. Pero esto quiere decir que hay cada vez una mayor cantidad de personas que escriben lo que leemos. Las cifras no discriminan si leemos clásicos o textos novedosos, pero, lo cierto, es que los pronósticos de principios del siglo XXI sobre el declive de la lecto-escritura, no han sido tan catastróficos.
Evita grandes stocks en papel
Nueva normalidad, nuevos lectores
Los recientes estudios registran numerosas anomalías que afectan al sistema nervioso central y periférico. Estos varían de leves a mortales y pueden ocurrir en pacientes con infección grave o asintomática por SARS-CoV-2. De modo que algunas actividades pueden medir si funcionamos bien o no, tanto como si tenemos afinado el sentido del olfato o si experimentamos fiebre o tos.
Es un lugar común decir que nada volverá a ser igual que en los tiempos pre-pandémicos, pero no debe tomarse como algo negativo del todo. Es sabido que las generaciones afectadas por una pandemia se hacen más conscientes del concepto de bienestar integral. No sólo se trata de resguardarse física, sino mentalmente y la lectura es medular para ello. En la medida en que leemos con placer, el sistema nervioso periférico se fortalecerá. Debemos tomar la lectura como parte de la solución a largo plazo.
Escritura profesional: una oportunidad de negocios
Según Kindle, durante la pandemia se incrementó la lectura digital de libros y manuales de distintos temas. Las cifras demostraron también que las mujeres leen más que los hombres y que tanto los niños como los jóvenes de 18 años han incrementado sus niveles lectores. Aunque esto es muy auspicioso, la mayoría de los lectores se encuentran en el rango de edad entre los 30 – 45 años.
Y justo hacia ese nicho cada vez están apuntando los negocios editoriales. Por lo tanto, esa industria creativa tiene un estimulante crecimiento y es visto como una oportunidad para emprender iniciativas que pudieran ser redituables. Por un lado, la escritura, publicación y venta de libros electrónicos (y en plataformas de impresión por demanda) evita grandes stocks en papel y organiza mejor al público de interés. Por el otro, la producción de textos en formato digital es un plus para quienes ofrecen servicios como consultorías.
