Dime cómo consumes y te diré cómo negocias
“Que todo sea consciente”, es un lema con mucha actualidad. Si le quitamos el toque espiritual y llevamos eso a los negocios, verse a sí mismo en calidad de consumidor ayuda a las dinámicas comerciales que emprendamos

ESTAMPAS

07/02/2021 05:00 am



Marsolaire Quintana (*)

¿Qué tipo de cosas, servicios o experiencias estás consumiendo? Porque dependiendo de la respuesta está implícita la forma en cómo te vinculas en términos de negocios. Si puedes observar atentamente los métodos que tienes para, finalmente, convertir en compra tus selecciones, podrás descubrir muchas vetas interesantes desde ti mismo.

Haz un inventario de la energía, tiempo, costos y modos de apropiación de lo que consumes. ¿Te gustan las compras en línea? Pues entonces, atención: tienes experticia en esa área y tal vez no la estás aprovechando. ¿Quedas insatisfecho con el packaging de los objetos adquiridos? Es posible que tengas una idea de cómo hacerlo mejor y más eficiente.


Tal para cual
Cada vez se hace más relevante visibilizar cuáles son las dinámicas de comportamiento de tus clientes. Muchas veces la energía que tienes sobre comprar algo se traduce en la forma de vender, porque es lo que conoces. Sin embargo, un análisis más a fondo te permitirá saber por qué, por ejemplo, la mayoría de tus compradores no se vuelven clientes a mediano y largo plazo. Es posible que hagas eso mismo cuando compras.
  

Crédito: Jack Sparrow

El consumo no es igual al consumismo, ni toda adquisición se hace bajo los mismos patrones. A veces se realiza por causas de fuerza mayor, porque no queda otra. En otras ocasiones, se hace por hedonismo, por darse el gusto, aunque se sabe por anticipado, que no se repetirá en un tiempo considerable. Y otras, por compulsión, que puede ser una patología seria que amerita diagnóstico, reconocimiento, tratamiento y acompañamiento.

¿Para qué sirve saberlo?
Durante 2020 hubo muchas reflexiones sobre lo que es el consumimos. Es, por decirlo así, un tema en el tapete. La gente se dio cuenta de sus compras adictivas y una interesante cantidad de ella ha traducido eso en algo más interno. Las razones medioambientales priman, pero también las espirituales. La cosmovisión capitalista estimula el consumo frenético y, si bien no se ha detenido, ha desacelerado en algunos rubros.

En este “renacimiento” hay de todo, anti-consumismo fundamentalista y también consumo consciente. Este último nos puede ayudar a mejorar la estrategia de ventas de nuestros productos y servicios. Debemos saber que a partir de ahora hay un importante segmento que necesita más información sobre lo que ofrecemos, es más crítico y más frontal. Ya no compra porque quiere, sino porque es necesario. ¿Te encuentras en este ámbito?


Crédito: Gustavo Fring

¿Cuánto compraste en 2020?
Más allá de la crisis económica planetaria, cada uno de nosotros adquirió bienes y servicios todo un año. Y mientras lees esto, lo haces. Sin estimar las cifras, de seguro todos compramos algo. Vale saber qué devolverías, de cuál compra te arrepientes y cuál fue tu experiencia emocional tras algunas compras. ¿Fuiste bien atendido? ¿aún sigues pagando por alguno de esos bienes? ¿de qué te perdiste? ¿cómo eres al comprar: impulsivo, analítico; crítica o influenciable?

Las respuestas servirán para saber en qué medida tus hábitos de consumo afectan tus hábitos de oferta. Es una herramienta más de las muchas existentes para mejorar tu performance, pero sin duda, también sirve como un mecanismo para meditar sobre nuestra responsabilidad con el planeta y con nuestro entorno más cercano.

(*) Marsolaire Quintana es escritora y experta en comunicación corporativa

 Marsolaire Quintana en Redes Sociales: Instagram: @maruniversal | Web: www.agentesdeprensa.com