La realización personal es individual e intransferible.

Todos tenemos sueños que queremos cumplir. Sin embargo, la mayoría de las personas no llegan a realizar esos grandes sueños que han tenido en su corazón…

Pasa el tiempo, aumentan los años, nacen los hijos y las personas simplemente desisten, se desvían o se acomodan a la realidad que están viviendo. Los hijos crecen y algunos padres ven en ellos una segunda oportunidad para lograr sus sueños. Así que, equivocadamente, persuaden los gustos y predicciones de sus hijos.

Los niños se obsesionan por satisfacer a sus padres y comienzan una carrera por sueños ajenos. ¡CUIDADO MAMÁ, CUIDADO PAPÁ! Es un gran error.

En esta historia de La cartilla de Geli te cuento como una niña pasa cinco años en su carrera universitaria únicamente para complacer a su padre. En todos estos años ella se enfocó en ser la mejor, para graduarse SUMMA CUM LAUDE. Haciendo realidad el sueño de su papá.

En esta época de estudios, nunca miró a los lados, se enfocó de tal manera que desaprovechó el aspecto de preparación integral que ofrece cualquier ámbito escolar.

Hacer amigos, vivir sus propias experiencias y aprender a socializar son también actividades importantes de un alumno en escolaridad. A eso se le llama “educación Integral” te prepara para lo que encontrarás fuera del recinto, en la calle, en la ciudad, en tu vida como profesional.

Puedes graduarse bajo esta modalidad, pero si desaprovechas el entorno universitario para aprender a socializar estás perdiendo gran parte de la preparación que te ayudará como profesional.