Regálale a tus hijos aprendizaje

ALIDA VERGARA JURADO

09/12/2018 12:00 am



Se acercan las fiestas navideñas, utilicemos la lúdica magia del juego haciendo que nuestros niños aprovechen el aprendizaje que este les aporta.


“A menudo la pregunta que nos hacemos es cómo se juega como un niño, si ya lo hemos olvidado, pero la respuesta es sencilla; hay que volver a ser un niño, aunque sea por unos instantes”, así abre diálogo Doris Gicherman, psicopedagoga. Hay que recordar que el juego es la actividad fundamental de la vida del niño, pero también es una de las actividades primarias del ser humano a lo largo de su vida, acota. Se trata principalmente de disfrutar de los juegos, recreaciones o simulaciones, y orientarlo a finalidades educativas sin perder la creatividad.

Aprender jugando

Jugar y aprender al mismo tiempo nos permite desarrollar nuevas capacidades ya que “el juego es emoción, y sin emoción no hay aprendizaje”, destaca la psicopedagoga. “A medida que los niños van creciendo, los juegos también lo hacen, incluso debemos tener en cuenta las diferencias y preferencias que van apareciendo, así como las necesidades especiales”.

Entre los juegos sugeridos, sobre todo para los más pequeños, destacan los educativos para explorar emociones, así como para ayudar a los pequeños a desarrollar la empatía y reconocer las emociones ajenas, como títeres, montar una obra con ropa usada, entre otros.

También menciona los juegos cooperativos de cooperación, como los rompecabezas o juegos de memoria, que también pueden ser elaborados con cartones, comiquitas u otras imágenes. Además de los juegos populares y tradicionales que resaltan los valores venezolanos.

En casa son muchos los juguetes que en familia se pueden realizar para luego jugar con ellos, valiéndose del uso de cajas para hacer trenes, por ejemplo; los clásicos títeres con calcetines; collares con pasta y pintarlos; y crear cuentos con fichas bibliográficas.

En estos tiempos, comprar juguetes usados es una alternativa, procurando que sean educativos y no bélicos; asimismo, es recomendable estimular el obsequio a niños con escasos recursos, promoviendo la sensibilidad.