ATENEA ANCA
¿Qué defectos escogerías para ti? ¡Yo sé que es una pregunta muy rara! pero tiene una gran intención detrás, lo prometo. Decenas de personas me confiesan en consulta lo muy incómodas y avergonzadas que se sienten con esos “defectos” en su forma de ser que se han dado cuenta que tienen. A veces, ilusamente me piden que las ayude a quitarse todo eso de encima para ser mejores personas y tener mejores relaciones interpersonales. Y claro, algunas de estas características son posibles de mejorar, pero muchas otras no porque forman parte de la personalidad. Entonces el trabajo terapéutico es otro: aceptarse.
Te planteo el siguiente ejercicio de visualización: imagina que entras a un supermercado de defectos y en sus pasillos estuviesen exhibidos todo tipo de características socialmente mal vistas. Por ejemplo, mentiras compulsivas, necesidad de robar, agresividad, maldad, viveza extrema, infidelidad descontrolada, carencia de talentos, desconexión emocional, flojera extrema, falta de empatía, ausencia de autocontrol, y un largo etcétera. Imagina también que debes salir de ese supermercado con 5 defectos, pudiendo dejar los tuyos allí y tomar otros 5. Esos defectos que no conoces porque no tienes, no sabes qué consecuencias te traerán y cómo afectarán tu autopercepción. Seguramente, será más fácil seguir con los que tienes que al menos ya los conoces bien. ¿Para qué empezar de cero con otro defecto?, ¿para qué dedicarle años a que tu entorno y tú los conozcan y los acepten?, ¿para qué pasar de detestar una cosa a detestar otra?