Semana de la moda eterna en Nueva York: historia y actualidad
Desde el invaluable aporte de la mítica Eleonor Lambert en 1942 hasta las diversas opciones de este “annus horribilis”, la ciudad que nunca duerme siempre es protagonista

ESPECIAL PARA ESTAMPAS

27/09/2020 05:00 am



Mauricio Cilingg

Las capitales de la moda internacional, templos sagrados del arte vestural nos han dado lecciones importantes sobre la resiliencia y la capacidad camaleónica que posee la industria para sobrellevar las normas impuestas para prevenir el contagio masivo del Covid-19.

Nuevas modalidades que caminan de la mano de la tecnología han sido implementadas para que las más diversas creaciones, producto de las prodigiosas mentes del diseño, lleguen a todos los rincones del mundo asegurando que la inspiración y la belleza arriben a quienes desean probar un poco de ese universo de vanguardia y creatividad.

Cómo empezó esta historia
Antes de sumergirnos en las profundas aguas de tendencias y pasarelas, es importante que viajemos en el tiempo, específicamente a la década de los cuarenta, cuando la mítica Eleonor Lambert se dedicó en cuerpo y alma a promocionar en Europa los grandes prodigios y avances de la moda norteamericana. 

Corrían los terribles años de la Segunda Guerra Mundial y París yacía bajo el dominio nazi. El poderío y la autocracia de la moda francesa, otrora el culmen del lujo y la elegancia, había perdido su brillo y su importante cartera de clientas, mujeres de elevado poder adquisitivo, la gran mayoría pertenecientes a la aristocracia inglesa que visitaban la ciudad luz buscando moda con calidad. Esto encendió la ambición de Lambert que para el momento figuraba como una de las relacionistas públicas con mayor prominencia y fama en suelo americano. 

Ya existían magníficos diseñadores en Estados Unidos además de reconocidas publicaciones, como Vogue y Harper´s Baazar, consagradas a comunicar y distribuir lo último en tendencias y moda internacional. Pero por lo general, las imágenes publicadas, los diseñadores reseñados y los consejos suministrados apuntaban siempre hacia Europa, dejando de lado a los creadores locales, considerados inferiores en comparación con sus homólogos franceses o italianos. 

Así fue como Eleonor Lambert, una visionaria de profesión, fundó en 1942 la “Best Dressed List”, hoy “International Best Dressed List”, bajo el patronato de la importante publicación Vanity fair. 


De la mano de la tecnología llegan las más diversas creaciones a todos los que desean probar ese universo de vanguardia / Ilustración: Elvi Ramos

Nace una estrella
Esa “lista de las mejor vestidas” reunía lo más granado de la alta sociedad norteamericana, mujeres vanguardistas que experimentaban con la moda e imponían tendencias a través de las páginas sociales de revistas y periódicos. 

La manera para escoger a estas sofisticadas damas fue la más democrática posible, ya que Lambert se manejaba bajo criterios éticos sumamente estrictos y solo eran consideradas como aspirantes aquellas que realmente transmitieran ese aura de elegancia y estética absoluta que predominaba en el momento. 

Cientos de cartillas con los nombres de las afortunadas nominadas fueron enviadas a las oficinas de los editores de moda y sociales de revistas y periódicos e incluso a almacenes como Bergdorf Goodman. Cuando se obtuvieron los resultados la noticia fue publicada por todo lo alto. Ahora nacía, cubierta por un velo de vanguardia y transgresión, una segunda capital de la moda. 

Esta lista, que inicialmente solo incluía a norteamericanas, se convirtió en el incentivo perfecto para que la mirada mundial se centrara en Nueva York y en sus diseñadores, cuyo trabajo posteriormente seria homenajeado y exaltado.

¿Cuál fue la forma idónea para hacerlo? Pues a través de una semana donde ellos mismos se dedicarían, sucesivamente, a demostrar su visión creativa a las compradoras y a la crítica, en un evento que sería bautizado por Lambert como “semana de la prensa”, y que se llevó a cabo por primera vez en 1943. Con el pasar de los años seria renombrada “semana de la prensa de Nueva York” (1951) hasta que la CFDA (Council of Fashion Designers of America, fundado también por Lambert) la consolidaría en 1993 como “Semana de la moda de Nueva York. 

El aporte de Eleonor Lambert a la moda es invaluable, ella sentó las bases para que la moda hecha en USA tuviera el reconocimiento y el prestigio que hoy posee en el mundo. Además aprovechó el momento coyuntural para crear una red de comunicaciones que garantizaba que editores, diseñadores, comerciantes, artistas y compradores estuvieran siempre en conocimiento de cuáles serían las estrategias a seguir para asegurar que todos sacaran el mayor provecho a sus oficios. 

En pocas palabras, así fue como esta ciudad, situada a orillas del rio Hudson, la más poblada de Estados Unidos, se convirtió en el lugar ideal para que, con el pasar de los años, miles y miles de jóvenes creativos llegasen, equipaje en mano, con un sueño en común: convertirse en el próximo gran diseñador de la capital del mundo, porque después de todo, como cantaba Sinatra: “If I can make it there, I´ll make it anywhere it´s up to you New York, New York”.

Nueva York hoy: Jason Wu y Marchesa
Ciertamente este no ha sido un año placentero pero nos ha dejado en herencia la adaptación y supervivencia ante circunstancias extremadamente adversas. Un excelente ejemplo lo ha dado Nueva York, uno de los pilares fundamentales del emporio fashionista y hogar de leyendas vivientes como Carolina Herrera y Ralph Lauren, porque en días pasados nos ha brindado un ejemplo claro de versatilidad con las brillantes colecciones que vieron la luz recientemente.

Es un caso particular la del taiwanés Jason Wu, residente de la Gran Manzana y a quien definen palabras como sencillez y elegancia. En esta oportunidad fueron sus diseños cargados de color los que transportaron a 30 afortunados invitados a una playa en el paradisíaco Tulum. La azotea de un edificio fue el escenario perfecto para incluir palmeras y vegetación tropical que convirtieron el espacio en un jardín onírico al borde del mar por el que pasearon modelos ataviadas en prendas frescas de preciosos textiles, reflejando ese sentimiento de relajación y paz que solo se consigue cuando se está en verdadera armonía con el entorno.

Un buen diseñador causa ese efecto a través de sus creaciones y Jason Wu, quien además es uno de los favoritos de la ex primera dama Michelle Obama, tiene la clave para lograrlo y no decepcionar en cada colección. 
 
Georgina Chapman, guardiana de la belleza y opulencia bajo la firma de Marchesa, ha declarado en distintas entrevistas que el reto en estos días para cualquier diseñador es el de continuar transmitiendo la esencia representativa de su marca pero adaptada a la realidad actual, y eso es lo que hemos visto en el exquisito material fotográfico utilizado por la casa de moda para dar a conocer su propuesta. 

Plumas, bordados, encajes y lentejuelas confluyeron con maestría y se amalgamaron a la fuente principal de inspiración para esta temporada de primavera-verano 2021 que, en palabras de su creadora, es “el mundo de ensueño de una isla tropical imaginaria”. Esta muestra cautivadora logró su cometido sabiendo que fue pensada para soñar. Estas soberbias piezas prometen transportar a su afortunada poseedora a una tierra donde es verano eternamente, a un lugar en el que la sofisticación y el encanto están en el aire. 


Jason Wu presentó diseños cargados de color en prendas frescas de preciosos textiles / Fotos Dan Lecca, cortesía Jason Wu

Otras opciones
A pesar de que algunos valientes diseñadores, radicados en la ciudad que nunca duerme, han decidido seguir adelante con sus agendas y exhibir su trabajo, una gran parte de ellos ha optado por esperar un poco y atrasar sus presentaciones y en esta ocasión brillaron por su ausencia grandes nombres como Michael Kors, Marc Jacobs y Ralph Lauren.

Otros como Wes Gordon, quien ahora tiene la batuta creativa de Carolina Herrera New York, dieron rienda suelta a su imaginación y crearon contenido colateral apostando a dar a conocer, desde un punto de vista íntimo, las costuras internas de estos santuarios del vestir. 



Plumas, bordados, encajes y lentejuelas confluyeron con maestría en la colección de Marchesa / Fotos cortesía de Marchesa

Fue así como disfrutamos de una conversación entre la siempre elegante y atinada doña Carolina Herrera y el carismático Gordon en la que compartieron datos interesantes sobre esta marca, que ya acumula 40 años de éxitos, y que ha cautivado a mujeres de todo el mundo con un mensaje bien estructurado de que elegancia y vanguardia pueden ir de la mano y dar paso así a una fórmula infalible donde la protagonista es la mujer que lleva el vestido y no al contrario. 

Agradecimiento especial a Elvi Ramos que con sus ilustraciones ha engalanado este articulo.

Mauricio Cilingg en Instagram: @mauroesmoda

Ilustraciones: Elvi Ramos, Instagram: @elvifashionillustration