La moda vintage aún mantiene una gran demanda. La gente quiere un pedazo de historia, así como reducir la necesidad de vertederos adicionales (que existen gracias al fast fashion). Y aunque algunos artículos se pueden descubrir por casualidad, hay otros que prefieren pagarlos a precios elevados solo por ser de marcas lujosas.
En algunas partes del mundo, más que todo en Asia, existen tiendas de segunda mano o vintage, donde no importa la marca que sea la ropa, todas las prendas están a precios muy económicos y son fáciles de acceder.
Por supuesto, pensando que la ropa que se está vendiendo son colecciones pasadas entre los 90 y 2000.
La nueva preocupación de la moda es buscar lo viejo pero actual
¿Qué atrae de la moda vintage?
El periodista Stephen Crafti para The Sydney Morning Herald, entrevistó a Otto La Rosa, propietario de Dot Comme, y comentó que la gente compra estos artículos porque se enganchan a ellos. “La pasión ‘se activa’ y los compradores miran tanto al pasado como al futuro”.
Sin embargo, hay tiendas que venden estas colecciones lujosas a precios altísimos, aunque sean de temporadas pasadas con la intención que se sigan utilizando, pero con la venta y garantía que será una gran inversión.
Recordemos que gracias al fast fashion, las prendas actuales son menos duraderas. Y mientras menos dure, mejor, ya que el comprador se ve en la necesidad de reemplazarlo, y así sucesivamente, bien sea con una blusa, un vestido, pantalones, zapatos, bolsos, y más.
Esta tendencia no es nueva, pero se sigue practicando
En cambio, hace algunos años, la vestimenta se conservaba (y se conserva) incluso por décadas, porque el material era más duradero. No es descabellado pensar que hoy en día, algunos nietos utilicen la ropa que utilizaron sus abuelos hace unos 20 o 30 años atrás y siguen siendo resistentes.
La ropa vintage no pasará de moda, porque la moda es cíclica. Todo regresa a un punto de partida. Hasta hace poco, antes de ingresar a la década del 2020, los 80’s volvieron y se convirtieron en toda una tendencia.
Y a finales del año pasado, se recuerda la macrotendencia -actualmente casi olvidada-, coquette, que se basa en una moda del siglo XVII.
