¡BLANCA Y RADIANTE! Las novias de RICHARD FEBLES
Pese a las transformaciones en el pensamiento femenino, el diseñador caraqueño Richard Febles asegura que el clásico blanco matrimonial —como lo estrenó la reina Victoria en la Inglaterra de 1840— mantiene intacta su vigencia

REDACCION ESTAMPAS

13/10/2023 03:00 pm



Néstor Luis Llabanero 

Las novias siguen vistiendo de blanco impoluto. ¿La razón? Se trata de un clásico y aunque los clásicos pueden ajustarse a los cambios de los tiempos, nunca pierden la esencia, mucho menos el color. Lo sabe el maestro venezolano de la moda, Richard Febles, quien lleva casi 40 años diseñando el traje nupcial de las novias de Caracas.

 
Su primer boceto lo elaboró en 1985 para Giuliana Ricci, su amiga del colegio Américo Vespucio, en Los Chorros. Este diseñador, valorado en el alto perfil por la sensatez de su costura, contaba entonces con 19 años de edad, y con aquella propuesta trazó las líneas de lo que sería su oficio de vida, la moda.

«El vestido de novia tiene una vigencia plena en este siglo de transformaciones sociales. Sigue siendo el sueño femenino», asegura Febles, hijo de un matrimonio español llegado a Venezuela dos años antes de instituirse en 1958 la democracia del país.

«Coser era algo natural para mí, porque era la profesión de mi mamá», confiesa a modo de anécdota. «Desde que nací vi costuras en mi casa y llegué a pensar que todas las personas sabían hacerlo. Creía que si alguien quería una camisa o un vestido podían hacérselos con sus manos, hasta que un día descubrí que no y que, en mi caso, había nacido con un talento que podía sacarle provecho».


El vestido nupcial en blanco lo estableció la reina Victoria del Reino Unido, en 1840

UN CLÁSICO DE 1840

Fue en la Inglaterra de 1840 cuando la reina Victoria instauró en las clases privilegiadas el blanco del vestido nupcial.
 
Con su decisión, la monarca rompió la regla y, tras su matrimonio con Alberto de Sajonia-Coburgo, decretaba un cambio que ha trascendido hasta hoy.
 
Pese al impacto causado en Europa, solo las novias adineradas podían elegir telas en ese tono. La explicación se atribuía al elevado costo que representaba adquirir el textil.


La entrega del ramo. Mención de Honor. Px3 Prix de la Photographie Paris 2019 en la categoría Fashion

Con el tiempo, la industrialización de la moda democratizó el color y tanto unas como otras, independientemente del estatus económico, caminaron al altar vestidas de blanco, como lo hacen todavía en 2023.

Ese es el modo como lo cuenta este venezolano que por años dictó cátedra en el Instituto Universitario de Diseño Las Mercedes, en Caracas, de donde egresara en 1988.

Richard Febles Díaz masificó su nombre en 1996 cuando incursionó como diseñador en el certamen Miss Venezuela, junto con sus amigos, José María Almeida y Gionni Straccia.

En el evento de belleza aprendió a mirar la moda como espectáculo, una experiencia que prolongó hasta 2007. De su taller salieron los vestidos de dos reinas, Cynthia Lander, en 2001, y Mariángel Ruiz, en 2002. Luego, coherente con su gusto, se dedicó en exclusivo a vestir novias.

«El vestido de novia es el traje que toda mujer sueña»

EL VESTIDO MÁS ANHELADO

«El vestido de novia es el traje que toda mujer sueña», opina el artista venezolano de las telas. «Para una mujer es la prenda más importante, que luce el día más especial. También es especial que las muchachas confíen en ti, porque se trata de una ocasión que se supone es única en la vida».

Con esa carga de exigencias emocionales, crear una pieza reviste un verdadero desafío. «Debes complacer a la novia, llegar a su personalidad, saber lo que quiere y finalmente reflejarla en la propuesta que hagas», describe Febles su proceso. «Un pecado en el diseño es que los invitados vean el vestido y no a la novia. El protagonismo lo tiene la mujer y ella tiene que destacar. Siempre. El vestido se hace para homenajear a la novia y no al revés».

Se han dado situaciones infortunadas en las cuales la novia no resulta del agrado de la concurrencia, lamenta el diseñador, para quien se trata de casos aislados que deben evitarse. ¿Cómo?
 
Febles indica que interpretar a la novia significa no solo llegar al traje adecuado sino a los detalles apropiados, que van desde el peinado, el maquillaje y los accesorios pertinentes. Que todo vaya acorde con el gusto de la celebrada.
 
Para ello, resulta fundamental que la novia tenga claro su estilo y de cómo quiere verse. No se vale complacer el gusto de otros. «Hay muchachas que se dejan llevar por los demás, porque no tiene un estilo definido y el resultado final es que se ven disfrazadas», opina Richard Febles. «Eso aplica para cualquier ocasión social de las mujeres, no puede haber algo que no las interprete a ellas».


Richard Febles: «Ninguna novia me ha pedido ir de negro»

« LAS MUJERES PIDEN UNA CIRUGÍA PLÁSTICA CON EL VESTIDO DE NOVIA »

Con su vestido de novia del silgo XIX, la reina Victoria demandó que ninguna otra invitada luciera de blanco. Eso sigue siendo una constante. Pero, en la actualidad, se han agregado otras exigencias —más personales— en torno al traje nupcial.

En su dinámica de trabajo, Febles incluye un interrogatorio con las novias sobre lo qué no les gusta. «Suelen tener más claro lo que no les gusta y no lo que les gusta. Hay muchachas que prefieren el traje ancho; otras se inclinan por los estructurados; a unas eligen con mangas y algunas sin mangas. Las peticiones son abundantes. Todas coinciden en algo, quieren destacar».

A lo largo de su oficio, lo que más llama la atención de este creador de la moda es que en su taller las futuras contrayentes llegan con un propósito no siempre posible, que el vestido obre el milagro del cirujano. «Todas las mujeres te piden cirugías plásticas con el vestido».

Explica que la mujeres por más flacas que sean quieren verse más flacas, más altas y más jóvenes. «Y todo eso, según ellas, debe lograrlo el diseñador. ¿Qué cómo lo resuelvo? Los colores claros rejuvenecen. El blanco es ideal. Los colores oscuros te echan años. Hay cortes como los verticales que estilizan y hacen ver más delgadas y altas a la mujer. Los horizontales hacen ver más pequeña de estatura a la novia».


Consejo de un experto: «Los colores claros rejuvenecen. Los colores oscuros te echan años»

Richard Febles comenta que en su experiencia de trabajo ninguna novia ha solicitado colores que resultan extravagantes en ese acto ceremonial. «Por ejemplo, ninguna novia me ha pedido ir de negro», puntualiza. Reconoce, sin embargo, que hace un siglo algunas sociedades lo incluían. Cita el rojo como un color invariable en la cultura de algunos países asiáticos.

En su caso, lo menos convencional ha sido hasta la elaboración del vestido de María Teresa Govea, una modelo que por años desfiló en sus colecciones y que contrajo matrimonio con un diseño en rojo. La ceremonia fue celebrada en Maracaibo. Pero, eso tiene una explicación.

«María Teresa Govea contrajo enlace con un ciudadano europeo que había escogido el traje típico de su país, algo escocés, mientras que la novia haría juego con su prometido en un diseño a la usanza medieval».


La personalidad del vestido. Honorable Mention. Budapest IFA 2019 en la categoría People/Wedding

LAS TELAS IDEALES 

Hoy, según Richard Febles, las mujeres quieren vestidos ligeros, porque las bodas se han convertido en una fiesta para bailar más que en una celebración religiosa. «Las novias quieren estar cómodas. Esos vestidos pesados de la década de 1990 quedaron en el pasado».

Popular en la década de 1970 y 1980, el raso ahora forma parte del ayer. Telas como la organza, el tul, la ciberlina y el gazar interpretan el espíritu femenino del milenio.
 
El modista recuerda que aunque un traje nupcial tiene autonomía como elemento protagónico único, algunos complementos son vitales, especialmente si reflejan el legado familiar. Se refiere a detalles como un broche, una medalla o una cruz.
  
Eso sí, se trata de elementos que no pueden aparecer sin que el diseñador lo contemple en la primera reunión con la novia. «Un diseñador piensa en el vestido y teniendo en cuenta la relevancia de ese detalle entonces podría darle contexto a ese accesorio. Una cruz en el cuello determina, por ejemplo, el nivel de escote apropiado. Por eso, los diseñadores tenemos que conocer el mundo de inquietudes de las novias».

Febles cree que el tocado o las flores deben elegirse de acuerdo con el vestido. Incluso, el buqué debe llevar unas dimensiones justas. «Debe medir la cuarta parte de la cintura de la novia, porque de lo contrario bloquearía la visual del vestido», sugiere. «Hay niñas que usan inapropiadamente un buqué más ancho que su cintura. Yo los prefiero pequeños y muchas veces, para evitar confusiones, aconsejo sustituir el buqué por un misal antiguo y su respetivo rosario».

@llabanero 

Fotografías: 
Enrique Mancera