La pasión hacia la vocación que se elige puede llegar de todas partes y de las formas más inesperadas.

Ana María Díaz lleva 25 años como productora de casas venezolanas importantes como el Festival Nuevas Bandas, Premios Pepsi Music, Cúsica Fest y más. No solo la producción es parte de su vida, también da asesorías y es manager de Horacio Blanco, José Delgado y Ensamble B11.

Licenciada en Sociología de la Universidad Central de Venezuela, comparte con emoción que su pasión surge durante un concierto de la banda Los Pericos en el Poliedro de Caracas.

Díaz comenta que ese día tuvo una revelación porque empezó a pensar que las cosas del concierto pudieron haber sido de otra manera, y comenzó a ver el montaje desde una perspectiva diferente, siendo para ella una maravilla ver todo más allá del espectáculo de la banda.

“En un punto, dije que quería hacer algo como esto, y no sabía que eso se iba a convertir en mi pasión, en mi vida. Dije: ‘un día voy a estar del otro lado, voy a estar detrás de bastidores’, y así fue como una sentencia que hice”, reveló la productora.

Ella comenta que cuando estaba entre el cuarto y quinto año de bachillerato, entró a un curso de producción de eventos para la Fundación Nuevas Bandas, y a partir de acá se convertiría en una trayectoria sin detenerse.

Díaz recuerda con mucho cariño su primera producción. Esta cobra vida cuando estaba comenzando a estudiar Sociología, donde conoció a sus amigos de toda la vida. Para ese momento, le comenta a una amiga si quiere hacer un concierto con ella. “Lo dije como si fuera lo más fácil”, dice entre risas.
El concierto se realizó en el antiguo Ateneo de Caracas (actual Unearte), en un local donde entraban 150 personas y terminaron ingresando 300. La productora montó a dos bandas de ska reconocidas del momento: Soma Raza y Skabiosis.

“Nuestros patrocinantes fueron nuestros padres, quienes nos dieron el dinero para hacer el evento”, acota. “Invito a Félix Allueva del Nuevas Bandas y le digo, ‘mira, esta es mi graduación. Yo hice el curso hace un año y esto es lo que estoy haciendo ahora’. En ese momento, él mencionó que estaba haciendo un evento, el Venezuela Pop & Rock, una premiación que hacía el Nuevas Bandas, y ese fue mi primer trabajo con la fundación de manera formal. Era una especie de pasantía y ahí me quedé”.

Cuando yo comienzo la carrera, yo estaba trabajando de alguna forma en el medio, y comienzo a agarrar optativas ligadas a la cultura y todo lo que tuviera que ver con lo que realmente estaba por convertirse en mi vocación.

Mi tesis de grado fue una de las primeras en Sociología que se dedicaba a la música, cuando en ese momento los temas se trataban sobre los niños de la calle, la prostitución, temas muy sociales.

Mi tesis se basó en el contenido social de las canciones de Desorden Público. Hago un paralelismo entre sus letras y el período presidencial, y tenía todo el sentido que ellos hablaran de eso porque estaban sucediendo esas cosas en el aspecto económico, político y social.

Yo siempre digo que no ejerzo la sociología en la formalidad. Tengo amigos trabajando en ONGs, embajadas o afines. Pero al mismo tiempo digo que si la aplico en mi trabajo porque me ha ayudado en mi carrera como productora. De manera inconsciente, pero siempre está ahí.

Todas han sido un reto. Además, producir en nuestro contexto país, ya supone un reto profesional. Entonces, todos han tenido un grado, no voy a decir difícil, sino que hay momentos en donde uno debe ingeniárselas, hay que ser más creativos para poder ejecutar un evento y de alta eficacia, que es lo que yo todo este tiempo he tratado de fomentar. Trato de que los eventos sean puntuales y que tengan una buena calidad.

Ser productora de un evento va más allá del montaje que el público puede ver. Existen otros factores que están tras bastidores que son cruciales y muy importantes para que un concierto salga a la perfección.

Ana Díaz incluso declara con ahínco que no hay un número exacto del equipo perfecto porque todo varía dependiendo del mismo evento.

“Por ejemplo, para los Premios Pepsi es un equipo bastante grande, son más de 120 personas y me quedo corta con el número, incluyendo proveedores que sería un personal adicional. Una de las cosas que hago cuando se hace el cierre del evento es decir, ‘faltó más gente’. Y siempre falta, porque siempre piensas ‘pude haber tenido a una persona aquí’”.

Cuando se le preguntó si Producción se puede estudiar en Venezuela, ella comenta que existen talleres, cursos y masterclass de producción de eventos, donde Díaz incluso da talleres y asesorías a quienes quieran incursionar en ese mundo.

Para Ana, ha sido bonito ser parte de la formación y crecimiento de sus estudiantes, ya que no solo han trabajado con ella en algún punto, también ha sido testigo de sus proyectos.

Son tantas cosas. No me veo haciendo algo más que no sea producir. Yo digo que cuando el nerviosismo que equivale a mariposas en el estómago se vaya, me dedicaré a otra cosa. Hay una emoción y un estrés natural, pero que no te pesa.

 
Por eso también hablamos de los equipos de trabajo. Pero cuando existe un equipo armónico, es el ideal. Cuando me preguntan “¿cuál es el éxito de un evento?", para mí es cuando trabajamos en equipo y la magia sucede. Eso para mí es fundamental.

Yo he tratado en los últimos tiempos, como líder de proyectos, -y puede que lo que diga sea cliché-, pero es liderar desde la empatía, desde lo familiar, y ahí se toman otras cosas. Con empatía y con apoyo se forman equipos de trabajo. Y de acá yo tengo otra premisa, que todos los eventos salen. El tema es, a qué costo sale ese evento así como la producción. Pero es una máxima que el evento va a salir trabajando en equipo, potencializando el don que tenemos todos. Cada uno del equipo aporta su granito de arena para que el evento salga.

Hay momentos donde uno llega al límite. En un evento que estuve como productora, hubo un video que no se reproducía y tenía que salir otro negro, y la gente no se imaginaba que tras cámaras todos estábamos a punto de un colapso porque esas cosas suceden, y la tecnología no se controla al 100%.
Veíamos que el video no salía y nosotros estábamos con esa gota de sudor cayendo, y diciendo “bueno, aquí nos botaron a todos si este video no aparece en los próximos 10 minutos”, pero al final salió. Pero esos son momentos de mucha tensión.

Es como digo, pueden pasar cosas porque nosotros damos alegría, emoción a un grupo de personas. Obviamente, la gente no tiene idea qué pasa tras bastidores, ellos solo ven lo que está frente de ellos, pero tras la puerta, está sucediendo otra cosa.

Uno de los momentos gratificantes es cuando el evento fluye, el público está contento, hay buena recepción de los medios. Y de puertas adentro, hay oportunidades para próximos eventos que es importante señalar.

La labor y esfuerzo de Ana Díaz para con el público ha rendido frutos e incluso fue reconocida en el evento, “Las 100 Protagonistas”, donde 100 mujeres fueron honradas por su trabajo con la comunidad.

La venezolana no solo fue protagonista, también fue parte de la producción del evento, donde ella misma dudó si trabajar o no, pero al final decidió vivir la noche como protagonista y como productora.

“Para mí, fue uno de los eventos más extraordinarios en los que he trabajado, creo que también tiene que ver todo lo que enaltece. En el evento sentí una energía muy poderosa, incluso tuve piel de gallina. Es inexplicable. Me pareció muy bonito que todas esas mujeres hayan sido reconocidas desde todas sus áreas de trabajo. Muchas fueron desde el anonimato, pero que están trabajando con las comunidades”, dice con mucha alegría.

Ella menciona que las protagonistas debían pasar por una alfombra naranja y ella fue la última en pasar, y así aprovechar que como ya iba a comenzar el show, pasaba por la alfombra y también era parte del momento.

“Fue un evento poderoso. Me parece importante tener esos espacios de reconocimiento a la mujer, a su trabajo, poder reconocernos una a la otra, poder aplaudir a otra mujer, y también ser un referente, porque estamos dejando una huella en personas sin saber. En mi caso, varias personas pueden estar pensando ‘yo quiero ser productor como ella, quiero hacer lo que ella hace’, y que también seas un ejemplo, eso lo vuelve una responsabilidad”.

Afortunadamente, y para las que vienen a producir, hemos sido muchas las mujeres que hemos abierto el camino.

Cuando yo comienzo, tenía la referencia de María Gómez, la pionera y productora fuerte de este país, que yo digo que a ella sí le ha tocado durísimo porque viene de una era donde la producción era de hombres. Otra productora que recuerdo es Soraya Rojas, manager de C4 Trío, así como productoras que ya venían abriendo ese camino.

Cuando llegué a la producción, ya existían. Pero de un tiempo para acá, me ha tocado lidiar lastimosamente con el machismo que aún existe, y es la misoginia. He tenido reuniones con gerentes, dueños de compañías, donde hemos estado sentados en un escritorio con otros compañeros, expreso mis ideas y ellos no me miran ni a los ojos.

Incluso este tipo de comportamientos han hecho que decida no trabajar con ellos. Yo no puedo hacer un proyecto donde la persona con la que tengo que hablar a diario no sea capaz de verme a la cara. Entonces tengo que lidiar con eso.

Por ejemplo con el equipo de los Premios Pepsi, donde hay camarógrafos, técnicos, visuales, directores, entre otros, son hombres, y que ellos sepan que una mujer es quien está a cargo y oigan mis ideas, eso lo siento muy bien. No hay necesidad de gritar, porque no soy de esa escuela, así como hablo también digo las cosas si estoy molesta. Entonces, el ser cordial, el respetar a los demás y generar ese equipo de confianza hace que todo sea llevadero.

Pero si me han tocado situaciones donde yo creo la otra persona no se cuenta que está siendo así.

Yo no lo he escuchado pero capaz si lo hacen. Creo que uno se ha ganado el respeto también. Así como mencioné los ejemplos anteriores en los que me han tocado situaciones difíciles, me tocó incluso una vez que estábamos en una reunión, donde el jefe le hablaba a su personal, pero a mí me daba la espalda como si yo no existiera.

Yo lo que les dije al equipo fue que cuando tuvieran algo concreto, me avisaran. Lo que pensaba es que ellos estaban acostumbrados a ese trato, pero yo no tenía que tolerar que me ignoraran así, sobre todo si estábamos en un equipo.

 
La frase inicial no me ha tocado escucharla, pero estoy segura que si sucede y piensan “como es mujer y las cosas salen mal, capaz se vaya a una esquina a llorar”, puede que pase.

Si esto les apasiona y ven una oportunidad laboral y de crecimiento, incluso a nivel personal, no lo duden. Yo empecé haciendo unas pasantías hace 25 años en la Fundación Nuevas Bandas y nunca me imaginé todo lo que vino después.

A lo mejor ese primer trabajo no te lo van a pagar, pero si tienes la posibilidad de hacer pasantías, aprender y sientes que hay una necesidad, no lo apartes. El camino puede ser un poco cuesta arriba, pero siempre hay oportunidades de hacer eventos, de hacer equipos.

 
A mí me encantaría decirle a todos los que me escriben que quieren trabajar conmigo que sí, y espero haya la oportunidad de hacer un super evento donde todos puedan tener el chance de trabajar, que vivan la experiencia y decidan si les gusta o no.

Todos los cargos en un evento son importantes y necesarios. No solo estar con los artistas es lo requerido, desde poner el brazalete a tener otros pequeños cargos, hace que el evento sea una experiencia para los demás.