Como venezolana de cultura distinta a la actual, Amanda decidió convertirse al islam en el año 2007, “mientras estaba estudiando, me tocó hacer un modelo de la ONU, en el que realicé un trabajo sobre un país islámico, pero todo lo que salía en internet era básicamente las cosas malas, por ello fui a una mezquita y ahí me guiaron”.

FOTOS: ANDRES TÓRRES

Explica que “estaba pasando por un proceso donde necesitaba buscar algo que me llenara espiritualmente y cuando conocí más profundamente esta cultura, me convertí”. Comenta que en tres oportunidades intentó pertenecer a esta cultura pero las cosas no se daban, “pensé que Dios me estaba tratando de decir que esa no era la salida, pero lo intenté una última vez y aquí estoy”.

La Musu, nació como un personaje, una mujer diferente, lejos de su labor de madre y esposa. Añade que “se vende como una mujer guerrera y divertida, la representación de lo que es la mujer venezolana”.

“Empecé haciendo cursos con maquilladores venezolanos, y luego viajé fuera del país e hice más, paralelo a esto, cuando llegaba a Venezuela todo lo que aprendía lo enseñaba en los míos” explica la maquillista.

Amanda comenta que YouTube fue primero que el maquillaje, aunque su éxito no era como el de ahora, “inicié haciendo videos antes de trabajar como maquilladora profesional, nadie me veía, y una de las cosas que me ayudó como youtuber fue Instagram, con videos cortos de maquillaje en base a productos nacionales, para que las mujeres venezolanas pudiesen conseguirlos”. 

Para la venezolana, el maquillaje es una herramienta para hacer sentir bien y considera gratificante ver que las chicas aprenden a maquillarse porque “le cambias la perspectiva de su vida”. Añade que La Musu es una marca de belleza además de un personaje, que inició con brochas, y en un futuro le gustaría “crear una marca de maquillaje de farmacia en Venezuela, con expansión a otros países”.