AcéptenseCada personalidad tiene sus fortalezas. Deben aceptarse y comprender el valor que aportan a su relación. Si uno es más ahorrador, reconozcan que esa persona busca brindar seguridad financiera para la familia. Y si el otro es gastador se deben reconocer sus ganas de que su familia tenga una vida llena de experiencias para atesorar; se trata de mejorar hábitos, pero sin intentar cambiarse.
Trabajen juntos por sus metas financierasAnalicen aspiraciones personales y familiares a mediano y largo plazo. Conversen sobre cómo trabajarán hacia ellos. Tomen en cuenta que los objetivos y prioridades pueden cambiar; entonces, revisen con regularidad estos proyectos.
Comunicación constanteAsegúrense de que las líneas de comunicación sobre el dinero están siempre abiertas, los ayudará a tomar decisiones juntos. No hagan compras significativas sin discutirlo primero y deben informar cualquier cambio.
No pierdan su independencia financieraQue cada uno cuente con una asignación que pueda gastar libremente. Puede ser una cantidad predeterminada y acordada con la que ambos se sientan cómodos. Se trata del acto de dar libertad al otro para que ninguno se sienta demasiado confinado.
4 MODELOS PARA HACER PRESUPUESTO EN PAREJA Cincuenta y cincuenta (50/50): todos los gastos se dividen a la mitad. Puede hacerse aportando la misma cantidad de dinero a un fondo común, o simplemente separando a la mitad cada gasto. Funciona mejor cuando se tienen niveles de ingreso y deuda similares.
Aportes de un porcentaje de acuerdo al sueldo: los gastos se dividen de acuerdo a los ingresos de cada uno, es decir, el que genera mayores ingresos asume una parte mayor de los gastos, o se hacen aportes al fondo común de acuerdo al sueldo. Funciona mejor cuando la estructura de ingresos es distinta.
El Todopoderoso: un miembro de la pareja cubre todos los gastos. Funciona mejor cuando este modelo resulta de un acuerdo previamente establecido, por ejemplo, porque uno asume los cuidados de los niños y del hogar, o si uno está dedicado a completar sus estudios superiores. El tiempo de duración del esquema debe ser conversado para mejores resultados.
Finanzas separadas: cada quien se hace responsable de un gasto, no hay un fondo común, solo se asignan responsabilidades. Funciona mejor cuando se trata de una relación que está comenzando o si hay mucha diferencia en los ingresos de cada uno.
Lo mío ahora es nuestro: se deposita la totalidad de los ingresos de ambos en un fondo conjunto y de ahí se cubren todos los gastos comunes e individuales. Funciona mejor cuando no hay activos significativos, el nivel de deuda de cada uno es bajo o no existe y se cuenta con un flujo de ingresos estable.
El mejor método dependerá de la dinámica de cada pareja. La recomendación es que vayan probando, porque las circunstancias cambian y eso les puede llevar a establecer métodos que combinan varios esquemas o que impliquen un cambio en los roles tradicionales. Es importante no aferrarse a paradigmas que perjudiquen la estabilidad de la familia y la pareja.
Paula Vargaswww.espacioconvalor.con