DYLAN J. PEREIRA
Como miembro del Consejo Editorial de Revista Diplomacia es un honor haber presentado en Caracas con la presencia del cuerpo diplomático, representantes políticos, académicos y actores de la sociedad civil, a Venezuela y al mundo, especialmente Iberoamérica, la cuarta edición de este producto editorial que busca fomentar, difundir y proveer un análisis decantado de los más destacados temas de la agenda global mediante las reflexiones de nuestro distinguido grupo de colaboradores y articulistas.
El mundo de hoy atraviesa diversas crisis multidimensionales de alto impacto que exigen la transformación de nuestros sistemas en aras de preservar la paz y la seguridad internacional. La pandemia por Covid-19 dejó al descubierto la interdependencia de todos los seres humanos y la necesidad imperiosa del trabajo global mancomunado, basado en los valores y principios fundamentales de los Derechos Humanos, para hacer frente a los desafíos del hoy y el mañana. En esta oportunidad tuvimos el honor de entrevistar al Dr. Miguel Villarroel, vicepresidente mundial de la Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja para comprender esta realidad.
La nueva edición de Revista Diplomacia tiene lugar en medio de un nuevo conflicto bélico que asola el planeta. Lamentamos profundamente que la sombra de la guerra se instaure nuevamente sobre el orden y la seguridad internacional hoy socavados por el horror de la guerra en Ucrania, un conflicto bélico que también contempla la variable nuclear. Resulta ineludible dedicar nuestra editorial a estos hechos devastadores y sus posibles implicaciones. Lo cierto es que aquello que suceda en las próximas semanas, reconfigurará no sólo la arquitectura de la seguridad europea sino a nivel global. Nos consterna las evidencias de violaciones a los Derechos Humanos, al Derecho Internacional, y al Derecho Internacional Humanitario en el marco de esta cruenta guerra.
Hoy más que nunca debemos defender la diplomacia y su labor en aras de la paz, el diálogo y la negociación. La historia bien ya ha demostrado que los periodos de metamorfosis como el actual son peligrosos y están llenos de incertidumbre. La erosión de nuestras democracias a nivel mundial; la polarización política, las fake news, y en general la gestación de cambios fundamentales para el presente y el futuro, hacen de iniciativas como esta no sólo una prioridad sino un imperativo. El mundo de hoy frecuentemente deslegitima todo lo pasado, todo dogma, toda creencia, todo marco histórico, todo principio y marco de historia e historicidad, bajo la falaz promesa de construir todo desde cero, ignorando que la historia, en especial el pasado, y en especial nuestra actitud ante el pasado como lo plantearía Zubiri, persiste en nosotros con manifestaciones constantes en la idiosincrasia, en las leyes, en lo cultural, en lo social, y en definitiva en nuestra cotidianeidad.
Ante esta realidad marcada por la incertidumbre, los diversos actores de la comunidad global estamos llamados a actuar en base los principios fundamentales de la dignidad humana, las libertades fundamentales, la paz y la seguridad internacional. Debemos rescatar la valía del multilateralismo, al diálogo, al encuentro de culturas, y la libertad de expresión, como los instrumentos, y el camino para salvaguardar está dignidad humana infinita.