¿Suplementos o alimentos?

MARIÁNGEL PAOLINI

19/05/2019 12:00 am



Uno de los grandes dilemas de la salud moderna es la amplia gama de fuentes para suplir nuestras necesidades de macro y micronutrientes. Desde proteínas hidrolizadas, pasando por suplementos vitamínicos que ofrecen reforzar el sistema inmunológico y mantenernos alejados de las enfermedades hasta suplementos dietéticos “de origen natural” que ofrecen quemar grasa e inhibir el apetito… todos ofrecen el santo grial en cápsulas… sin embargo, hay muchos estudios que confirman que estos suplementos contribuyen muy poco o nada y en algunos casos representan un peligro potencial.

¿Qué hace que estos estudios sean desestimados por la mayoría de los consumidores? 
Muchos autores afirman que todo comenzó con Linus Pauling y su célebre libro de 1970 "La vitamina C y el resfrío común", en el cual recomendaba a sus lectores consumir 3000 miligramos de vitamina C todos los días (casi 50 veces la cantidad diaria recomendada).

¿Pasarías desapercibida la recomendación de un célebre Premio Nobel? 
Yo tampoco, así que Linus Pauling hizo lo que hacen muchos influencer en las redes sociales: recomendó una práctica que consideró saludable por una experiencia personal. Con este acto, las ventas de vitamina C se incrementaron de manera descontrolada y a mediados de la década de los '70 y millones de estadounidenses estaban siguiendo el consejo de Pauling, iniciando lo que sería una era de culto a los suplementos vitamínicos. 

A partir de este episodio, se ha levantado toda una leyenda que hoy muchas empresas dedicadas a la venta de suplementos vitamínicos utilizan como bandera, sin advertir que hay cientos de estudios publicados hasta la fecha que declaran todo lo contrario. 

Los multivitamínicos en general no disminuyen el riesgo de cáncer, e incluso pueden aumentarlo, no previenen los eventos cardiovasculares, no mejoran la función cognitiva, ni hará que tu niño sea más inteligente. 

Los suplementos deben reservarse para circunstancias especiales, para tratar deficiencias medibles dentro del cuerpo y no como un mecanismo para crear salud de forma rápida, sin atender temas trascendentales como la alimentación adecuada. 

Cuando consumes altas dosis de micronutrientes a partir de los suplementos, las vitaminas y minerales que ingieres a partir de los alimentos compiten por su absorción, lo que eventualmente puede llevar a desequilibrios peligrosos, vitaminosis y otras condiciones que reiteran que algo está ocurriendo de forma inapropiada, a lo cual el cuerpo responde en defensa y muchas veces eto, genera otras enfermedades.