MIRADA EXPUESTA | “Soledades”
El fotógrafo caraqueño, afincado como parte de la diáspora venezolana en Edimburgo, Escocia, capta en esta serie ese estado del alma en el que muchos se encuentran, para bien o para mal

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

04/07/2021 01:00 am



Quizás, sin haberlo deseado, al fotógrafo caraqueño Andrés Mendizábal le ha tocado pasar más tiempo del que quisiera en soledad. Como millones de venezolanos, él ha migrado. Ha dejado atrás el caos de su joven ciudad natal para sumirse en nuevos paisajes, en las viejas montañas de Edimburgo, la capital escocesa en la que aún siguen de pie construcciones de datan del Medievo.

Y como bien lo escribió Guy de Maupassant, “la soledad es peligrosa: cuando estamos solos mucho tiempo, poblamos nuestro espíritu de fantasmas”. Fantasmas, por cierto, que siempre han perseguido a Mendizábal, de quien se publicó en esta sección hace ya tres años, un ensayo fotográfico realizado en el cementerio del pueblo de Apartaderos, en Mérida.





Algo pretendidamente fantasmal había en aquellas imágenes, pero en las que integran esta serie, titulada Soledades, todo es tangible: el ser solitario, ensimismado, único, distante del otro, apartado en un entorno de gran belleza, pero vacío.

“No sufro de soledad, pero me entristece ver gente en soledad. Lo que siento es nostalgia por mi país y su gente, allá la gente es solidaria, comunicativa. Ver gente sola me motivó. Este es un trabajo que no merma”, dice.



Mendizábal inició su formación en la fotografía a través de un curso de revelado analógico que hizo en los años setenta en la Casa de la Juventud de San Bernardino. “De allí, como todos, pasé al digital”, dice este venezolano que se gana la vida en Edimburgo trabajando en una empresa de limpieza.




“Muchas de las personas que conozco, incluso con títulos universitarios, se ven obligados a trabajar de lo que encuentren, esa es la realidad”, concluye.
@juanchi62