Para Fermín Mármol García, director del Instituto de Ciencias Penales Criminalística y Criminología de la Universidad Santa María, El Tren de Aragua “es una estructura del crimen organizado violento, totalmente autóctona y no ideologizada”.

Explicó a El Universal, en un trabajo publicado en estas mismas páginas que “se apoderó no solo de un centro penitenciario, sino que saltó los muros de la cárcel y extendió sus raíces primero por la parte central del país, luego hacia el sur y hoy tiene presencia en el continente”.

Sobre la idea de que son “franquicias” o simplemente “se roban el nombre”, el experto Luis Izquiel cree que podrían ser células nacidas en la misma cárcel, “con mandos de confianza”-

También podría tratarse de delincuentes que “crearon su banda y en vez de bautizarla como comúnmente lo haría cualquier pandilla, ellos tomaron el nombre para ganar jerarquía”.

Hay reportes que indican cómo las bandas residentes en Colombia o Perú ni siquiera sean del mismo grupo delincuente venezolano.

“Muchos pueden ser miembros que huyendo buscaron establecerse haciendo lo que saben hacer, o sea volvieron al mercado criminal, sin embargo creo que hay un poco de exageración”, reflexionó Izquiel.