El turismo ecológico se enfoca no sólo en el destino al que se viaja, y el contacto directo con la naturaleza, sino que también es la práctica ideal para preservar el planeta. Debido a esto, es el favorito de quienes se preocupan por el medioambiente, ya que de este modo, el ecosistema no sufre alteraciones, ni daños. En el caso de Venezuela, por ser uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, es posible que los turistas encuentren diferentes lugares para disfrutar de esta experiencia, además de la oportunidad que le ofrece al desarrollo sostenible.

Entre las alternativas presentes en el país, destacan las siguientes como líderes en ecoturismo:

Está ubicado a 100 metros del río Caroní, desde allí, los turistas tienen una perfecta conexión con la selva amazónica, y la posibilidad de visualizar los tepuyes, así como visitar las comunidades pemones que se encuentran cerca. Además, este campamento cuenta con bungalows, que forman una arquitectura típica de la región, y permite disfrutar también de la fauna del lugar.

Un punto considerable en cuanto a lo ecológico, es que, además de lo ya mencionado, este campamento está diseñado para ser autosustentable. De esta forma, aprovecha la energía solar para diversos procesos, tanto en la purificación del agua, como para hacer el hielo, sin impactar negativamente en el ecosistema.

Esta montaña en forma de volcán es perfecta para los amantes del turismo de aventura y la apreciación de la naturaleza, pues, además de escalarla, en este mirador se contempla la fauna y vegetación que le rodea. En ella, las actividades que se fomentan aprovechan las bondades de la naturaleza, sin hacerle daño. Así pues, la que se encuentra principalmente es volar en parapentes. Su ubicación es el estado Táchira.

Es uno de los lugares mayores preservados en Venezuela, y con estrictos controles, lo que impide un turismo masivo, y de este modo, evita la alteración del ecosistema. Por ello, en sus tranquilas aguas nos deslumbramos con una variada tonalidad de azules, arena blanca y animales marinos que disfrutan de su hábitat. En el Gran Roque, las calles son de arena y no hay tráfico vehicular, lo que resguarda aún más al lugar y sus especies. Asimismo, el hecho de que en el archipiélago no haya grandes resorts, ni cadenas hoteleras, ayuda a cumplir la misión de protección.

Arrecifes, manglares y cayos son los que conforman principalmente a esta isla de aguas cristalinas, en las que se promueve el respeto a la naturaleza, y se fomenta el silencio para conectar con los sonidos propios del lugar. Para la interacción directa entre los visitantes y el entorno, en La Tortuga se encuentran campamentos en los que se pernocta.

 
Otro aspecto que la hace especial es que es la segunda isla más grande del país, y que recibe a un gran número de tortugas marinas, de las que además proviene el nombre de este destino turístico.

A 20 km de los Esteros de Camaguán, estado Guárico, se encuentra este hato en el que los visitantes conectan con la fauna, flora e inmensidad de los llanos venezolanos. Durante la estadía, es posible desconectarse de los ruidos externos y centrarse en la vida campestre, ya que entre las actividades que se realizan están los paseos a caballo, observar la elaboración de queso llanero y aprender cómo se produce el casabe tipo galleta.

Estos lugares demuestran que la gran biodiversidad que se encuentra en Venezuela es lo que la hace perfecta para potenciarse a través del ecoturismo, una alternativa que además cuida del planeta y permite disfrutar de los diversos destinos turísticos.