Sanare, naturaleza y sonrisas en Lara
La agricultura de hortalizas, papas, café, lechosa, y el ocumo, han marcado la actividad económica desde hace siglos, porque sus valles son fértiles y el agua abunda en las serranías

ESTAMPAS

15/10/2021 06:00 pm



Álvaro Montenegro

Sanare es un pueblo hermoso del estado Lara, situado a 62 kilómetros de Barquisimeto y fundado por el fraile dominico Melchor Ponce de León en el año 1.620. La agricultura de hortalizas, papas, café, lechosa, y el ocumo, han marcado la actividad económica de Sanare desde hace siglos, porque sus valles son fértiles y el agua abunda en las serranías.


Como Sanare se encuentra a casi 1.400 metros sobre el nivel del mar, la temperatura del aire es de 18 grados lo cual hace que sea muy agradable caminar por las calles del poblado.


Paisaje cerca de Sanare, hermoso y majestuoso.

En estos tiempos de pandemia, Sanare puede ser una opción muy buena para respirar aire puro y alejarse del gentío que hay en la ciudad. En cualquier semana flexible acérquese para que compruebe que en Venezuela hay tantos rincones preciosos, ideales para una escapada en condiciones de bioseguridad. La última vez que estuvimos en Sanare lo primero que hicimos al llegar fue visitar la Plaza Bolívar, sombreada, elegante y animada, para seguir a la Iglesia de Santa Ana, ubicada a un lado de la plaza. La iglesia es bella por fuera, como lo es también por dentro. Allí admiramos el retablo de la patrona Santa Ana, cuyos orígenes se dicen que son desde la fundación del pueblo. También hay unos cuadros coloniales extraordinarios, y además una reliquia de la Virgen de Coromoto.

Desde el centro del pueblo, nos fuimos a conocer un barrio típico llamado “El Cerrito”, acondicionado como una atracción turística típica del pueblo. Aquí encontramos unos restaurantes deliciosos, posadas, venta de artesanías de cerámica y hasta una oficina de turismo en una vieja casona colonial. Esta visita terminó en la “Casa de la Providencia”, especie de museo encantador de las tradiciones de Sanare.


La Iglesia de Santa Ana es tan bella por dentro como por fuera.

Después del cansancio del viaje, una inevitable siesta nos esperaba en nuestra posada, que resultó ser un remanso de paz y romanticismo como no nos hubiéramos imaginado. La posada se llama “El Encanto” y queda saliendo del pueblo, a unos diez minutos. Allí nos recibió su encantador propietario, Manuel Saavedra, quien viviendo allí se encarga de que cada huésped sea atendido en una forma fuera de lo común. La vista es sensacional, porque uno observa a lo lejos los valles más hermosos del estado Lara. En ese ambiente tan bucólico tomé el tiempo ideal para terminar la biografía de Magallanes, escrita por Stefan Zweig.

Luego salimos hacia el Parque Nacional Yacambú, que es un remanso de serenidad y naturaleza virgen. La entrada al parque está a sólo minutos del pueblo de Sanare, y desde la posada se nos hacía más fácil llegarle. Seguimos hacia un lugar dentro del parque llamado El Blaquillo, donde conseguimos una laguna repleta de aves, lugares para hacer parrillas, balnearios, quebradas y hasta una especie de campamento de hospedaje, que se utiliza por temporadas. Si uno continúa por esa vía llega hasta el sitio de la represa de Yacambú.


Plaza Bolívar, todo en su justo lugar.

Manuel Saavedra, actuando de guía excepcional, nos llevó luego a la “Hundición de Yay”, que se encuentra saliendo del pueblo de Sanare en sentido contrario. Compramos unas piezas de artesanía espectaculares en el pueblo de Yay, lejos de la hundición, y Manuel nos propuso conocer “La Fumarola” o “volcán” de Sanare, que es una columna de vapores escapando de uno de los cerros cercanos al pueblo.
 
Anímense y visiten Sanare, que es un verdadero refugio para el alma y para el cuerpo. Así se sentirán más felices de vivir en este pedacito de tierra tan bello que llamamos Venezuela.

CÓMO LLEGAR:
Tomen la vía Barquisimeto – El Tocuyo y al pasar Quíbor, en la estación de servicio El Trébol, crucen hacia la izquierda, buscando las montañas. El paisaje es precioso. Sanare queda a sólo 62 kilómetros de Barquisimeto.

DÓNDE ALOJARSE:
La posada El Encanto es sensacional. La atención personalizada de su propietario, Manuel Saavedra, es un lujo que bien vale el viaje. Además, la colina donde está situada te ofrece una vista preciosa sobre los valles de Lara. Teléfono: (0414) 353.65.85, www.circuitodelaexcelencia.com.


Valles cercanos en Sanare que debemos conocer. 

DÓNDE COMER:
En las afueras de Sanare hay un restaurante donde se come comida criolla mejor que en cualquier lado. Se llama El Encanto y queda en la carretera hacia El Tocuyo. Allí sirven los mejores plátanos maduros horneados que se puedan imaginar.

NO OLVIDEN:
Comprar artesanía de loza en el pueblo de Yay, en donde hay una iglesia bellísima. Asistan a la fiesta de los “Zaragozas de Sanare”, que se celebra los 28 de diciembre para agradecer a los Santos Inocentes los favores concedidos. Llévense un buen libro, como la biografía de Magallanes de Stefan Zweig, para que disfruten completamente los momentos de tranquilidad y serenidad que sobran en Sanare.


El Cerrito, un pueblo pintoresco y amigable de Lara 

Instagram: @montenegroalvaro