Un objetivo importante del Internet del comportamiento, actualmente, es
ayudar a los especialistas en marketing a comprender y monetizar la enorme cantidad de datos producidos por los nodos de red en el Internet de las cosas. ¿Lo sabías?
Entonces… ¿Qué significa Internet del Comportamiento (IoB)?
Internet of Behaviors (IoB) o como es conocido en español, el Internet del comportamiento (IoC) es un área de investigación y desarrollo que busca comprender cómo, cuándo y por qué los humanos usan la tecnología para tomar decisiones de compra. El IoB combina tres campos de estudio: ciencias del comportamiento, análisis perimetral e Internet de las cosas (IoT).
Las plataformas del Internet del Comportamiento están diseñadas para recopilar, agregar y analizar datos generados a partir de una amplia variedad de fuentes, incluidos dispositivos digitales domésticos, computadoras portátiles y actividades humanas en línea. Posteriormente, los datos se analizan en términos de psicología del comportamiento para buscar patrones que los equipos de marketing y ventas puedan usar para influir en el comportamiento futuro del consumidor.
Esta personalización es clave para la eficacia de un servicio
De esta manera, el objetivo del Internet del Comportamiento es captar, analizar, comprender y responder a todo tipo de comportamientos humanos de forma que se puedan seguir e interpretar esos comportamientos de las personas utilizando las innovaciones tecnológicas emergentes y los desarrollos de los algoritmos de aprendizaje automático. Los comportamientos de las personas, entonces, se monitorizan para aplicar incentivos o desincentivos que puedan influir en su rendimiento hacia un conjunto de parámetros operativos deseados. Lo realmente relevante del IoB es que, no es sólo descriptivo analizando el comportamiento, sino proactivo detectando en qué variables psicológicas hay que influir para conseguir un determinado resultado.
El internet del Comportamiento dirige al consumidor…
El Internet del Comportamiento influye en la elección del consumidor, pero, a su vez, rediseña la cadena de valor. Mientras que, algunos usuarios se muestran recelosos a la hora de facilitar sus datos, muchos otros están encantados de hacerlo siempre que les aporte valor. Un valor basado en los datos. Para las empresas, esto significa poder cambiar su imagen, comercializar productos de forma más eficaz para sus clientes o mejorar la experiencia del cliente (CX) de un producto o servicio determinado. Hipotéticamente, se puede recoger información sobre todas las facetas de la vida de un usuario, con el objetivo final de mejorar la eficiencia y la calidad.
Influye en una elección, pero rediseña la cadena de valor
Fundamentalmente, para que una empresa haga uso del Internet del Comportamiento en su departamento de marketing, los siguientes aspectos son requisitos necesarios. En primer lugar, antes de la creación de la aplicación, es importante imaginar los patrones de interacción y los puntos de contacto del usuario. Involucrarlos en el proceso de creación, entender sus necesidades, mantener la experiencia de la app unificada y cohesionada, hacer que la navegación sea sencilla y tenga sentido para que la app sea relevante y útil. Una vez que la aplicación esté en funcionamiento, debe transmitir su propósito, crear una guía para el usuario y recompensar, mediante la gamificación la experiencia del usuario. Recordemos que, en cualquier aplicación se requerirá un fuerte compromiso del usuario.
¿Cuál es el valor del Internet del Comportamiento?
El Internet del Comportamiento busca convertirse en el futuro. Gracias al Big Data, se puede acceder a la información desde múltiples puntos de contacto. Esto hace posible explorar la experiencia del usuario de principio a fin, para saber dónde comienza el interés del cliente por un producto, su viaje hasta la compra y la metodología utilizada para realizarla. Lo cual, proporciona la capacidad de crear más puntos de contacto para comprometerse positivamente con el consumidor. Esta personalización es clave para la eficacia de un servicio. Cuanto más eficiente sea un servicio, más seguirá interactuando el usuario e incluso alterará su comportamiento como resultado.
