El amor propio no es un lugar al que llegas
En numerosas ocasiones he repetido que para tener relaciones de pareja sanas, se necesitan individuos sanos. Y el inicio del proceso de sanación emocional es tener como norte el amor propio

ATENEA ANCA

19/03/2021 06:00 pm



Este concepto se ha hecho popular pero he notado que muchas personas no terminan de entender de qué se trata. Mi intención de hoy es dejarles una idea más clara de un concepto que se debe convertir en filosofía.

 
Empezaré por decirles que podrán entender mejor el concepto si se imaginan unos lentes hermosos que se colocan todos días al despertar. Ser conscientes de ponérselos cada día es importante así que háganlo un hábito.

Ahora bien, esos lentes producen un efecto maravilloso: ¡vemos todo aquello que necesitamos para ser felices! Con estos súper lentes, podrán tomar decenas de decisiones que generarán bienestar en ustedes. Por ejemplo: qué ropa se pondrán, qué desayuno comerán, qué ruta al trabajo tomarán y hasta qué mensajes del teléfono contestarán.

Y no se trata de ignorar o pisar los derechos de otras personas con una actitud egoísta, sino realmente actuar en pro de nuestro bienestar, entendiendo que si estamos bien podemos ayudar. Y por el contrario, cuando ayudamos estando mal, vamos matando el amor propio.
 
Como lo ven, no estoy hablando directamente de placeres, sino de decisiones pequeñas con gran impacto en nuestro bienestar. A lo mejor me provoca comerme una pizza, pero con los lentes del amor propio decido cenar una ensalada que sé que me hará bien. ¿Lo notan? El bienestar no es placer inmediato, sino la convicción de tomar decisiones sanas.
 
Cuando dos personas que son pareja deciden trabajar el amor propio e incorporarlo al estilo de vida, ambos procurarán estar bien para sí mismos y el otro, y así, ambos decidirán por sí mismos, manteniendo una excelente comunicación interna para que se dé una sana comunicación en pareja. Pondré un ejemplo: Damelis sabe que hoy se siente muy cansada porque tuvo alergia toda la noche. Octavio la invitó a una cena romántica. Ella no quiere arruinar el momento y hacerlo sentir mal, pero sus lentes de amor propio le dejan en evidencia que la cama es más atractiva en ese momento, por lo que llama a Octavio y con dulces palabras le dice: “mi amor, lamento muchísimo tener que cancelarte nuestra cena romántica pero no estoy en actitud de disfrutarla como queremos ambos porque me siento físicamente agotada. ¿Podemos moverla de día?”
 
El amor propio está primero, pero el amor de pareja también resalta. Si la pareja no fuera comprensiva y tratara de hacerla sentir culpable, los lentes del amor propio le dirían claramente: “Damelis, no hagas caso, tu salud primero, ámate.” Ella debe tener una excelente conexión consigo misma para saber qué decisiones tomar.

Y quiero cerrar estas palabras diciéndoles que nunca van a llegar a un momento en el que sientan que el amor propio es una asignatura aprobada. Realmente será un camino de toda la vida, con muchos retos. En algunos momentos se sentirán muy conectados con los lentes y en otros momentos puede que olviden ponérselos algunos días. Lo importante es siempre recordar que todos tenemos ese par de lentes disponibles, sólo deben creerlo y colocárselos diariamente.

Atenea Anca en Redes Sociales: Instagram: @clinipareja