Lo primero que debes hacer es combatir la vergüenza pues es producto de una creencia probablemente aprendida de una sociedad que tiñó de “malo” el placer sexual femenino. Cuestiónate, ¿acaso el sexo es sólo para procrear?, ¿el placer sexual es cosa sólo de hombres?, ¿eres merecedora de la independencia sexual que te da la autoestimulación?, ¿la autoestimulación va en contra de la relación sexual en pareja?, si no es para disfrutar ¿para qué tienes clítoris? Si no formas un criterio propio, iniciarte puede ser traumático porque la excitación, que es un acto de contracción física, debe iniciar con un acto de relajación mental, de aceptación y apertura.
Recuerda que la autoestimulación es algo tuyo que no tienes el deber de notificarle a tu pareja ni a nadie. Tu cuerpo te pertenece aunque lo compartas con otra persona, pero es tuyo. Tú decides qué te gusta y qué no te gusta.
Una vez que estás consciente de querer darte placer, lo vayas o no a disfrutar en pareja, debes entender que te tiene que gustar. No se trata de escoger lo que a tu pareja más excitante le resultaría sino lo que a ti, dueña de tu placer, más te gustaría. Tampoco pienses que tienes que sentir placer con el juguete de moda o aquello que viste dar placer en un video pornográfico. Piensa en ti.
Mi consejo es que vayas de menos a más. Es decir, desde los juguetes más simples hasta los más complejos. Iniciar con un vibrador de 20 cm y 5 velocidades puede ser demasiado. Pero empezar con una bala vibradora y un gel lubricante con un aroma que te guste, es una invitación sutil al placer. Por favor, no utilices una bala vibradora para introducirla en ningún lado. Los juguetes sexuales para penetrar deben tener un tope de seguridad.
Si vas a iniciarte con tu pareja, la bala vibradora también funciona para estimular diferentes partes del cuerpo de ambos. Recuerda que las zonas erógenas generan un maravilloso placer y el coitocentrismo reduce mucho las posibilidades de realmente disfrutar. También pueden adquirir un anillo vibrador, cremas para masajes, lubricantes con sabor, dilatadores de ano para iniciarse en el sexo anal y un sin fin de juguetitos. Pero poco a poco, sin abrumarte y siempre por diversión.
El famoso succionador de clítoris, aunque aclamado por muchas y temido por muchos otros, no lo recomiendo desde el inicio porque es tan directo e intenso que te olvidas del resto del cuerpo. El placer sexual debe ir más allá del clítoris y es ideal que sientas que tú también haces el trabajo, no sólo el juguete. Por eso, te sugiero que antes de comprar un juguete sexual te asegures de haberte autoestimulado con tu mano. Ese realmente sería el primer gran paso en el camino hacia el empoderamiento sexual femenino.
Si te han quedado dudas o si requieres un acompañamiento más cercano y ajustado a tu realidad, no dudes en pedir cita con cualquiera de los psicólogos y sexólogos de mi maravilloso equipo de la Clínica de la Pareja.
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