Mi amigo el virus
Que yo sepa descubrir las semillas de la alegría y la felicidad que están en mí. Que los demás sepan descubrir las semillas de la alegría y la felicidad que están en ellos

ESPECIAL PARA ESTAMPAS

25/10/2020 05:00 am



Oscar Gimenez (*)


El Covid-19 ha puesto a prueba la resistencia emocional y nos ha puesto en contacto con la experiencia del miedo y la incertidumbre. Veníamos muy cómodos en piloto automático cuando de pronto el mundo cambió y se convirtió en un ambiente hostil. Al virus del miedo le siguió el virus de la desconfianza, la separación, el aislamiento y el estrés. El otro, la persona que tengo frente a mí, se convirtió en un “sospechoso”.

Todo lo que nos distrae fue puesto entre paréntesis: cines, teatros, eventos deportivos, night clubs, gimnasios, viajes aéreos, paseos guiados, fiestas con amigos, reuniones familiares, salir a caminar. Nos quedamos con nuestras emociones, con nuestra soledad y con una incomprensible impotencia. El tiempo quedó vacío y hubo que buscar nuevas formas de llenarlo. Se reencontraron padres e hijos, parejas que vivían separadas a causa del trabajo… encuentros y desencuentros.

Ha sido duro conocer historias de conocidos o familiares que contrajeron el virus.

La pregunta del millón es ¿cuándo termina esta pandemia? Por ahora parece no existir una respuesta certera. Algunos sueñan con la vacuna en diciembre, mientras que otros prevén el 2022 como el final de esta etapa. Al estar expuestos de forma continuada al estrés surgen reacciones vinculadas con la negación y la ansiedad. El sendero del balance emocional lleva a la aceptación como base para recuperar la calma y fortalecerse frente a la amenaza.

Esta es una buena oportunidad para conectar con el momento presente y aceptar que gran parte de la solución pasa por cada uno de nosotros. Ahora que la distracción ha bajado su ruido, podemos tomarnos un tiempo para cambiar el miedo por la acción, la incertidumbre por la decisión y la hostilidad por la compasión. Y eso solo es posible si logramos cambiar nuestra relación emocional con el virus. 

A decir de Carl Jung: “lo que resistes, persiste”. Paradójicamente este tipo de resistencia da más oportunidades al “enemigo” porque se basa en la negación. La idea es poner las cosas en su lugar, el virus está en el ambiente como un compañero de camino. Inevitablemente estará así por un tiempo más. La forma de mantenerlo a distancia es fortalecer nuestro sistema inmunológico, ayudado por nuestro balance emocional. ¿Y como se hace eso? 


El Covid-19 está en el ambiente como un compañero de camino e inevitablemente estará así por un tiempo más / Foto Unsplash

Mientras lees lo que sigue, te invito a realizar este sencillo ejercicio de conexión con el momento presente.

Toma una o dos respiraciones profundas y siente el aire que ingresa a tu cuerpo. El oxígeno trae vida. Hazlo un par de veces más, sintiendo conscientemente.

Trae a tu mente la imagen del Covid-19 que tantas veces has visto en la TV. Cuando ya lo tengas, obsérvalo en tu mente como a 2 metros de distancia. Explóralo sin juzgarlo. 

Mientras lo observas, con tu voz interior podrías decirle algo así: 

• En este tiempo me he sentido bajo amenaza, pero aprendí cuánto vale mi vida y lo frágil que soy.

Tomas una respiración profunda y le dices algo así:

• Me he dado cuenta de que cuidándome a mí mismo estoy cuidando a los demás.

Tomas una respiración profunda y le dices algo así:

• He aprendido que el miedo es un maestro que me cuida y a quien escucho con calma.

Tomas una respiración profunda y le dices algo así:

• Acepto que estás ahí como un compañero de camino que respeto y observo de lejos.

Tomas una respiración profunda y amablemente dejas que la imagen se desvanezca.

Tomas dos o tres respiraciones profundas, consciente de tu presencia aquí y ahora de una forma compasiva y responsable, valorando la vida y dando gracias por conectarte con tu presente, con tu respiración.

Hasta ahora el virus ha sido el enemigo. Hoy necesitamos aceptarlo como un amigo o un incómodo compañero de viaje, mientras aprendemos a rediseñar nuestra forma de conectar con la plenitud del momento presente. 

Carl Jung finalizaría este artículo diciendo: “lo que resistes, persiste… lo que aceptas, te transforma”.

(*) Oscar Giménez es profesor de Mindfulness, Master Coach, experto en Desarrollo Organizacional. Director en H-Connection