Al comienzo de la relación, mostramos nuestra mejor cara, hacemos todo lo que sea necesario para agradar al otro y hacerlo sentir muy especial. Durante ese tiempo, somos detallistas, tolerantes, pacientes y comprensivos. Nos mostramos dispuestos a perdonar y a pasar por alto ciertos roces y diferencias sin dejar que nos afecten profundamente. Nos sentimos animados a compartir prácticamente todo con esta persona especial, inclusive hablamos sobre nuestros sueños y sobre como seria nuestra vida en común.
En realidad, sería ideal poder extender esta etapa, donde cada uno de nosotros se muestra y se siente dispuesto a dar lo mejor de sí, para hacer sentir querido al otro, para fortalecer la relación y hacer crecer el amor. Pero, en la mayoría de los casos, cuando el tiempo pasa, las responsabilidades y la rutina hacen aflorar una serie de características de la personalidad de cada uno, totalmente desconocidas; el estrés y la tensión hacen que ya no cuidemos los detalles, la comunicación, el trato y los gestos que teníamos inicialmente, poniendo en riesgo el bienestar de la relación.
Vale la pena, proteger el amor de todas las presiones y tensiones a las que pudiéramos estar sometidos en el día a día, tener presentes las cosas que nos hicieron enamorar, recordar los momentos especiales y apoyarnos en ellos para renovar el compromiso de hacer lo necesario para mantener la etapa del enamoramiento. Recordemos que la relación de pareja en una especie de pote en común donde cada uno coloca lo mejor de sí mismo para sumar al bienestar de los dos.
Claves para darnos otra oportunidad:
Ser auténticos: Mostrarnos tal cual somos, sin caretas, con nuestras verdaderas cualidades y limitaciones, hará que podamos conocernos más, aceptarnos y disfrutar de la relación.
Practicar la empatía: Colocarnos en el lugar de la otra persona con frecuencia, para ver las cosas desde su perspectiva y no solo desde la nuestra, esto hará que sea más sencillo ser comprensivos, pacientes y tolerantes al momento de aceptar los diferentes puntos de vista. Compartir la razón con frecuencia es muy saludable para la relación.
Resaltar y valorar las cualidades de ambos: Es muy importante que podamos reconocer las cualidades, los valores y las mejores características de la otra persona, con la intención de valorarlas y resaltarlas al momento de compartir. Mantener una comunicación sana en todo momento, y estar dispuestos a hacer acuerdos para manejar y resolver los conflictos.
Tratarnos con respeto: Ahí donde terminan tus derechos comienzan los de tu pareja. Cuida tus palabras, gestos y comentarios en todo momento. Procura ser amable, claro, respetuoso y sobre todo asertivo al momento de expresar tus ideas y sentimientos.
Expresar el amor: Es imprescindible expresarlo todos los días, no permitan que las responsabilidades, los pendientes y las preocupaciones o el estrés, te hagan olvidarlo. Las palabras cariñosas, los gestos amables, los detalles, la paciencia y las caricias son un medio para expresarlo.
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