Se conoce la fertilidad como la capacidad para concebir un hijo, ésta se produce cuando el óvulo se fusiona con un espermatozoide en una de las trompas de Falopio. Aunque todos los humanos contamos con aparatos reproductivos, esta capacidad puede verse afectada por el estilo de vida, condiciones biológicas, o diferentes aspectos.

 
Los doctores Alexis Trias y Francisco Llavaneras, ginecólogos y fertirólogos del Centro Médico La Trinidad, así como la doctora María Eugenia Sierraalta ginecobstetra del Centro Médico de Caracas, nos aclaran dudas sobre causas, condiciones, tratamientos, factores de riesgo, mitos y verdades sobre la fertilidad.

Son muchas las preguntas que surgen sobre este tema y una de las más comunes es ¿cómo saber si soy infértil? La doctora María Eugenia explica que la probabilidad de embarazo en una pareja heterosexual en edad reproductiva que tiene relaciones sexuales regularmente sin uso de métodos anticonceptivos, es alrededor del 20% por ciclo. Por lo que el 85% de las parejas en dichas condiciones logran un embarazo en el primer año, generalmente en los primeros 6 meses, dicha probabilidad aumenta un 5% en el segundo año.

Por lo anterior, la doctora afirma que la mayoría de las personas que no logran embarazo tras un año de búsqueda presentan una limitación en su capacidad reproductiva. La edad juega un papel muy importante en esto, los 20 y 30 años se consideran las edades de mayor fertilidad, mientras que a partir de los 35 esta capacidad va disminuyendo progresivamente.

En la mujer, la calidad y la cantidad de óvulos disminuyen progresivamente después de los 30 años, y esta caída es más pronunciada después de los 35 años. Por esta razón las posibilidades de embarazo son menores en edades más avanzadas.

Pero ¿la forma en la que vivimos en verdad afecta nuestra fertilidad? Si, llevar un estilo de vida saludable influirá en esta capacidad, sobre esto el doctor Alexis Trias recomienda comer sano (mayormente frutas, legumbres y verduras, que son la fuente de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes) hacer ejercicios, cuidarse de infecciones de transmisión sexual, evitar postergar el embarazo luego de los 35 años, usar suplementos vitamínicos y sobre todo ácido fólico para ayudar a la formación de gametos sanos y por consiguiente niños sanos.

Por el contrario, los factores que inciden negativamente son; el tabaquismo, abuso en el consumo de alcohol, cafeína, drogas, alimentación pobre o excesiva, obesidad o peso extremadamente bajo, falta o exceso de actividad física, enfermedades de base como diabetes mellitus, enfermedades suprarrenales, hepáticas o renales, estrés, ansiedad y otros factores emocionales, así como medicaciones que pueden alterar el eje hormonal.

Sin embargo, estos no son los únicos elementos a analizar a la hora de buscar un bebé. Cuando el motivo de consulta de una paciente es por infertilidad se realiza un interrogatorio y un examen físico para iniciar los estudios. Existen muchas alternativas para ayudar y todo dependerá de la causa del problema. Entre los factores a estudiar se encuentran:

1) Factor endocrino-ovárico u ovulatorio con laboratorios específicos.
2) Factor tubo-peritoneal para estudiar la estructura del útero y la función de las trompas de Falopio y su entorno, entre los cuales está la ecografía y los estudios radiológicos (histerosalpingografia).
3) Factor uterino buscando alteraciones como sinequias uterinas, malformaciones uterinas, miomas y pólipos. La histeroscopia y ecografía son estudios habituales.
4) Factor cervical como puede ser alteraciones del moco cervical que puedan afectar la interacción con los espermatozoides: infecciones de trasmisión sexual, pólipos o miomas cervicales, estenosis u oclusión cervical.

Puede ser que el problema se encuentre en la calidad del óvulo o el semen, según nos expresa el Dr. Trias, éstos son alterados por la edad y enfermedades concomitantes. En el caso del óvulo, su calidad disminuye a partir de los 35 años, también puede verse afectada por trastornos hormonales, metabólicos, endometriósicos, genéticos, inmunológicos, fármacos o radioterapias previas.

Es por eso que pueden aumentar los abortos, malformaciones cromosómicas, fallas de implantación, entre otros.

 
Aunque existen muchos estudios y especialistas sobre este tema, aún hay muchas creencias que no son ciertas sobre la fertilidad. El doctor Trias nos presenta algunas de las más comunes:

 

• “Subir las piernas luego del acto sexual aumenta las probabilidades de un embarazo”.
• “El uso de anticonceptivos favorece la fertilidad, porque al no haber ovulación se conserva una mayor cantidad de óvulos”.
  
• “El llevar una vida sana podría conservar la fertilidad hasta más de 40 años de edad”.
  
•  “El hecho de haber tenido un embarazo garantiza embarazos a futuro”.

 

Según el especialista, son muchos otros los mitos que existen, pero algo que sí es real es que la fertilidad dependerá en un 40% de cada miembro, un 10% de factores mixtos (que se diagnostican con exámenes complementarios) y un 10% de causas desconocidas que no se logran diagnosticar.

 
La doctora Sierraalta nos expone que los tratamientos pueden ser desde recomendaciones hasta medicamentos que estimulan la ovulación, procedimientos quirúrgicos o reproducción asistida. Los tratamientos se clasifican según la causa, los más comunes son: inseminación artificial; se recolecta esperma, insertarlo en el útero durante la ovulación y la fertilización in vitro (FIV); es la extracción de los óvulos luego de la estimulación con hormonas, para fecundarlas con esperma en un laboratorio y desarrollar embriones para el útero.

También está la criopreservación; consta de la congelación de óvulos, esperma o embriones, que pueden ser propios o de un donante para que a través de las tecnologías de reproducción asistida sean utilizados para lograr un embarazo.

Estas técnicas tienen una indicación específica e inicialmente se establecieron para postergar la maternidad en casos donde el paciente ameritaba tratamientos médicos que podrían afectar su fertilidad como en las patologías oncológicas.

Pero existen casos en los que tanto el hombre como la mujer son fértiles, sólo que no logran tener un hijo, esto es llamado incompatibilidad. Sobre esto el doctor Llavaneras informa que lo que más se aproxima a incompatibilidad entre el hombre y la mujer es la situación en que parejas logran embarazos, pero terminan en una pérdida temprana o aborto; “Si esto ocurre dos o más veces antes de que el feto alcance la viabilidad, es decir, desde la concepción hasta la semana 24 de gestación, se denomina aborto recurrente. El aborto recurrente puede ocurrir por factores genéticos, uterinos, endocrinos, infecciosos, inmunológicos”.

Fotografía Pixabay 

El doctor recomienda en estos casos asistir a un especialista en fertilidad que realizará una serie de exámenes más específicos para determinar la posible causa e indicar el tratamiento adecuado para disminuir el riesgo de una próxima pérdida.

Igualmente en cualquier caso se debe analizar con un médico el tratamiento a optar, debido a la cantidad de factores, condiciones y requisitos que tiene cada situación anteriormente expuestos, porque las causas de la misma son múltiples y el estudio integral del paciente es la clave para lograr el éxito de un embarazo sano.

 
Lo más importante es conocer bien nuestro cuerpo, llevar un estilo de vida sano, confiar en los expertos y las nuevas tecnologías, así como seguir correctamente sus recomendaciones pues, hoy en día existen muchas alternativas para que una mujer pueda tener un hijo de la forma más idónea posible.

 

Dra. Maria Eugenia Sierraalta
Centro Médico de Caracas
Ginecobstetra
Experta en fertilidad
mesierraalta@gmail.com

Dr. Alexis Trías
Médico Cirujano: UCV
Médico Gineco-Obstetra: MCP
Entrenamiento en Fertilidad: UCREF, New Jersey

Servicio de Fertilidad 

Centro Médico Docente La Trinidad 

Dr. Francisco Llavaneras
Gineco-Obstetra
Especialista en Fertilidad
Servicio Fertilidad
Centro Médico Docente la Trinidad
Instagram: fertilidadcmdt
franllavanerasb@gmail.com

María Antonieta Marco
Instagram: @mariantomarco