Síndrome Visual Informático: el resultado del tiempo prolongado frente a las pantallas
La exposición digital es parte de la cotidianidad, pero con la “nueva normalidad” se ha profundizado, elevando el riesgo de desarrollar una particular afección ocular, conozcamos su impacto y cómo reducirlo

ESTAMPAS

22/10/2021 06:00 pm



Andrea Solórzano Mota


Con los cambios en las modalidades de estudio, trabajo y el incremento del uso de los dispositivos electrónicos para comunicarnos con nuestro entorno, la exposición frente a las pantallas se ha acrecentado, por lo que la vista ha sido de las más afectadas en medio de la pandemia. Entre los efectos causados por los nuevos hábitos impuestos destaca el Síndrome Visual Informático (SVI), una afectación producida por la fijación de la mirada durante largos períodos ante las computadoras, tabletas, televisor o celulares.

Este síndrome, definido por la Asociación Americana de Optometría, como el “complejo de problemas oculares y visuales relacionados con el trabajo de cerca, experimentado o relacionado con el uso del computador”, también es causado por la poca distancia a la que nos ubicamos respecto a las pantallas, lo que genera en el ojo una mayor carga visual y puede deteriorar la retina.

Otro aspecto que también se le agrega a esta afección es que durante la exposición digital, los usuarios se concentran en sus actividades y dejan al margen la necesidad de parpadear para humedecer los ojos, lo que trae consigo resequedad visual y causa mayor impacto ocular.

Esta afección visual afecta al 70% de los usuarios expuestos a las pantallas electrónicas. Fotografía Wayhomestudio Freepik

En promedio, según diversos estudios, entre ellos, los realizados por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Laboral en Estados Unidos, el SVI afecta al 70% de los usuarios de dispositivos. A ellos se les suman los que permanecen por más de tres horas continuas, y diarias, frente a la pantalla, los cuales potencialmente podrían elevar estos índices a un 90% de pacientes con el síndrome.
 
Para desglosarlo, se estima que los adultos menores de 30 años pasan alrededor de 10 horas inmersos en actividades digitales, mientras que en edades comprendidas entre los 31 a los 60 años, dedican de 8 a 9 horas.
 
Como consecuencia, los síntomas que estas personas padecen comprenden tanto lo ocular, como también sintomatologías extra-oculares. Por esta razón, además de la fatiga visual, visión borrosa y enrojecimiento, se experimentan de igual manera cefaleas que abarcan la zona frontal, o la supra – orbital o parietal, dolor en la cervical, náuseas, mareos, y vértigos en casos más moderados.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha manifestado su inquietud por esta afección visual, ya que puede dar paso a otros problemas visuales, o agudizar los ya existentes. En este sentido, consideran que el uso excesivo de las pantallas podría desarrollar una “epidemia” de miopía. Mientras tanto, para los especialistas es una preocupación que el SVI se convierta en una enfermedad común para la población.

Al respecto, la doctora Criseli Olaya, especialista en Oftalmología del Hospital Clínicas Caracas, detalla que el SVI incide especialmente en la profundización de los vicios refractivos como la hipermetropía y el astigmatismo mayor a 0.50. “Igualmente puede generar más síntomas en casos de problemas en los músculos oculares, entre otros”, comenta.

Además, “En los niños con predisposición a la miopía se ha demostrado que excesivas horas de visión cercana pudieran contribuir con el progreso de esta afección”, agrega Olaya.

No obstante, como pacientes es importante tener en cuenta que este síndrome en sí mismo es temporal, y que con reposos de períodos breves, así como tener posiciones adecuadas, ayuda a evitar las molestias en la vista. Sin embargo, cuando no se tienen, las jornadas se ven afectadas de manera considerable, ya que los malestares visuales obligan a hacer una pausa en las labores, lo que a su vez, causa estrés e impotencia al no poder continuar.

Por ello, también es primordial la comprensión de parte del equipo de estudio o trabajo hacia la persona afectada. Aunado a esto, en los hábitos de las oficinas es necesario que se tengan como prioridad los períodos de descanso visual para cuidar la salud de los ojos.
 
¿Cómo reducir el impacto del SVI?

El Día Mundial de la Visión, celebrado el 14 de octubre, reivindica el lema “#LoveYourEyes” y el cuidado de la salud visual, por lo que la oftalmólogo Olaya (@medicavision) sugiere realizar revisiones anualmente, trabajar con cada dispositivo a una distancia recomendable y con la postura correcta.

En cuanto a los descansos, recomienda la regla del 20-20-20, que consiste en reposar la vista de las pantallas por 20 segundos, cada 20 minutos, y enfocarla al horizonte a una distancia aproximada de 20 metros.

Entre sus indicaciones, también destaca la importancia de “limpiar los dispositivos con regularidad para evitar el polvo y lo que pueda ocasionar irritación ocular”. De igual modo, cuidar la ventilación de la sala y la iluminación ambiental es indispensable para prevenir el forzamiento de la visión.

Para finalizar, la doctora resalta que no se deben frotar los ojos, ni tener el aire acondicionado o ventilador directo hacia la cara, ya que esto produce resequedad. A su vez, para humedecerlos se rescata el parpadeo frecuente y el uso regular de las lágrimas artificiales.

Estas recomendaciones reducirán el impacto que la exposición a las pantallas causan en la vista, y sus posteriores efectos.