La felicidad no se puede medir por la ausencia de inconvenientes o situaciones inesperadas, sino por la capacidad de adaptarnos, aceptarlos y la forma de afrontarlos y resolverlos usando nuestros recursos internos y los elementos y herramientas que tengamos a la mano.

Estas son las claves para salir adelante

MANEJAR LA FRUSTRACIÓN. Las cosas no siempre saldrán como esperas, así que es muy importante que dejes un amplio margen para aceptar lo inesperado. No descargues tu malestar con las personas que amas porque se sentirán heridas y eso afecta la relación que mantienes con ellas. Aprende a canalizar la frustración, en lugar de quedarte pegado en la queja, el reclamo o en lo que pudiste hacer, piensa en la mejor manera de resolverlo.

MANTÉN UNA ACTITUD POSITIVA. En lugar de pensar en lo negativo comienza a imaginar todo lo bueno y lo positivo de la situación. Distraer los pensamientos negativos te ayudará a cambiar la perspectiva de lo que enfrentas, haciendo que sea más sencillo resolverlo asertivamente.

HAZ USO DE TUS FORTALEZAS. Busca y reconoce tus fortalezas y decide usarlas asertivamente para afrontar la situación. Comienza a repetir frases afirmativas para reforzar la confianza en ti mismo: “sí puedo”, “soy capaz”, “lo voy a lograr”. Reprogramar nuestros pensamientos ayuda a ganar seguridad y optimismo. ¡Cree que puedes y podrás!

ENFÓCATE EN LO QUE PUEDES HACER. Usualmente nos afecta más lo que suponemos que puede ocurrir que lo que realmente sucede. Toma la decisión de asumir la responsabilidad de la situación, de recuperar tus fortalezas para que puedas manejarla y mantener el ánimo y la confianza. Esto te permite tomar lo mejor de esa experiencia y te hará sentir más preparado para superarla.

CANALIZA LAS EMOCIONES ALTERADAS. Sentirnos frustrados, angustiados, atemorizados y confundidos es natural cuando nos encontramos en una situación difícil o inesperada. Lo importante es no permanecer atrapado en ninguna de esas emociones negativas por demasiado tiempo, y eso depende de tu voluntad, confianza, optimismo y determinación.

FORTALECE LA ESPERANZA. Construye pensamientos e ideas positivas, cultiva el entusiasmo y el optimismo, renueva tu ánimo y mantente siempre sonriente. No te dejes paralizar por el miedo ni desanimar por el fracaso. Potencia tu estima, haz uso de tus fortalezas personales y búscale siempre el lado positivo a la vida. La esperanza te da fuerza para levantarte y seguir adelante, pensando en que todo saldrá bien y que las soluciones irán surgiendo al momento. ¡Ten presente que todo pasa!

POTENCIA EL OPTIMISMO. Mientras más pienses en el problema y en los posibles obstáculos, más grandes y graves se volverán, haciendo que se haga más difícil. Pregúntate qué puedes hacer para solucionarlo, busca los recursos, las herramientas necesarias y la guía que te haga falta. Confía en que podrás hacerlo.

PRACTICA LA RESILIENCIA. Podemos aprenderla incorporando herramientas esenciales para ganar fortaleza interior. También para transformar la interpretación que hacemos de cada evento o situación difícil que se presente, recordando que todo pasa, que podemos crecer y ganar fortaleza para afrontar la vida de una mejor manera. La resiliencia ayuda a retomar la confianza, la fe, el optimismo, el control y el ritmo balanceado de nuestra vida cuando hemos experimentado alguna pérdida, fracaso o dificultad.

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