Gustavo Pulido: un líder estricto pero con mano izquierda
El presidente de la Bolsa de Caracas aspira a ver a Venezuela convertida en un país de propietarios

ESTAMPAS

05/12/2022 06:00 pm



Armando J. Pernía


Gustavo Pulido Medina, presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, habla constantemente de libertad, liberalismo, democracia; pero quienes lo conocen saben que detrás de su estilo personal expansivo, cercano y cordial hay un hombre estricto.

Este administrador de empresas egresado de la Universidad de Washington y con una carrera de más de 30 años en el mercado de valores venezolano, ha sabido moverse en un entorno complejo, volátil e incierto con éxito evidente.

Su padre fue militar; parece identificarse de muchas maneras con él. “Fue un hombre muy liberal, a pesar de ser un oficial de las Fuerzas Armadas era un librepensador. Me enseñó a pensar por mí mismo, a tener apertura hacia nuevas ideas, a mantener una visión flexible de largo plazo sobre la vida”.

Su madre fue psicóloga de profesión, pero el rasgo que Pulido recuerda de inmediato cuando habla de ella es la disciplina, “No solo con los demás, sino con ella misma. Enseñaba con el ejemplo a alcanzar los estándares más altos, a ganarse las cosas con esfuerzo”. Su padre fue quien estimuló su vocación por los números.


“Nunca tuve intención de vivir fuera de Venezuela” 

INICIOS EN LA BANCA

Luego de graduarse en Estados Unidos, Gustavo Pulido regresó al país. “Nunca tuve intención de vivir fuera de Venezuela. Hay un sentimiento de arraigo muy grande. Tengo una hija médico, que vive en España, y siempre dice que quiere regresar”, puntualiza.

Al regresar en 1982 se incorpora como contador al Banco Consolidado. Una experiencia clave, no solo por ser la primera, sino porque lo entrenó para evaluar activos empresariales. El presidente de la BVC es considerado un “ojo certero” para el análisis financiero.

El otro activo rentable, en términos de aprendizaje, que sacó del Consolidado fue la visión de una banca moderna. Luego pasó al Banco Profesional, donde tuvo su primer contacto con el entonces llamado mercado de capitales –ahora de valores-, y consiguió en 1990 su licencia de corredor público de títulos valores.
 
Se le encargó fundar y dirigir la casa de bolsa del Grupo Profesional en un momento de auge del mercado. “Había inversiones extranjeras, la Bolsa de Caracas tenía una visión liberal, el Banco Central operaba su mercado monetario a través de la Bolsa, existían los bonos cero cupón; de hecho, yo invertí en esos bonos mi liquidación del Consolidado”, recuerda.


“El mejor método posible es actuar de la manera más honesta”

LAS CRISIS

-¿Cuáles son las grandes crisis que le ha tocado vivir en estas tres décadas en el mercado?
-La primera se produjo en 1995 como consecuencia de la crisis bancaria que comenzó en diciembre de 1993. Cayó una docena de bancos. Lo peor eran las corridas, había enormes colas de gente sacando dinero. Los rumores son letales, ningún banco tenía la capacidad de aguantar. El Banco Profesional cayó, cuando yo era presidente de la casa de bolsa. Fue una sacudida muy grande. Yo me quedé en el país, porque no tenía nada que esconder.

Luego vino la crisis de 2010 cuando se acusó a las casas de bolsa, que vivían de las operaciones de permuta de bonos de deuda por dólares, de generar la devaluación del bolívar. Fue una época dura, de persecución.
 
Pulido recuerda: “Tengo colegas y amigos que fueron presos y luego se levantaron los cargos”.

-¿Y qué lecciones sacó de esos momentos?
-Uno aprende a vivir con mucha incertidumbre en lo personal y profesional, aprendemos a ser cuidadosos con todos los aspectos de la vida y la calidad financiera. El mejor método posible es actuar de la manera más honesta, valorando el cumplimiento de las normativas, señala.



LA MANO IZQUIERDA

Como padre y líder organizacional, Gustavo Pulido reconoce que es estricto, “pero con mano izquierda”. Tiene dos hijos y uno de ellos tiene necesidades especiales, lo que ha representado para él grandes lecciones y una bendición.

Bajo su gestión, la BVC se ha democratizado y ha puesto foco en el financiamiento de pequeñas y medianas empresas, aparte de estimular el regreso de empresas del Estado.

“Yo soy un firme creyente en la economía abierta y espero que el país avance hacia una sociedad de propietarios porque es el mejor modelo económico posible”, concluye.