La libreta negra
Es un recurso útil para que las parejas no acumulen malestares. Cuando se presenta un episodio incómodo, deben decir: “hablemos mañana o pasado mañana de eso”. Así tendrán tiempo de escribir todo lo que sienten y piensan sin filtro alguno

ATENEA ANCA

12/11/2021 06:00 pm



Cuando las parejas viven de rabieta en rabieta, difícilmente logran conectar con los afectos. En consulta, he podido escuchar a cientos de personas cuestionándose el amor que sienten porque no son capaces de lidiar con las emociones de sus parejas. Y la realidad es que son los afectos la base necesaria para intentar mejorar la comunicación. Estando muy molestos, difícilmente querrán practicar nuevas formas de comunicación. La rabia nos produce deseos de atacar al otro en defensa y eso es muy lejano a la conciliación.

Hoy quiero centrarme en una sugerencia que suelo hacerle a las parejas cuya dinámica es profundamente conflictiva. Quiero explicarles por qué podría ser muy útil para ambos tener una libreta negra pero también quiero que les quede muy claro cómo debe usarse. Lo del color negro es algo simbólico pero los simbolismos ¡siempre ayudan! La idea es que cada uno tenga su libreta y que sea privada. Es decir, no la dejen en la cocina o en el comedor para evitar que sea leída por la pareja. Puede ser electrónica si se sienten más cómodos que escribiendo a mano.

Organizar las ideas propicia una conversación más fluida

Ahora bien, lean con atención para que entiendan cuándo, cómo y para qué usarla. Cada vez que estén muy molestos con su pareja, le dirán: “hablemos mañana o pasado mañana de eso” y acto seguido buscarán la libreta negra y escribirán todo lo que sienten y piensan sin filtro alguno. Esto lo recomiendo porque, si hablan en el momento, se atacarán sin sentido y acumularán rencores. Entonces, todo lo que pase por sus mentes molestas, deberán escribirlo en la libreta negra. Una vez finalizado, deberán guardarla.

Posterior a eso, buscarán pensar en algo que les genere calma para volver a sentirse bien o realicen alguna actividad que suela ponerles de buen humor. Al día siguiente, intenten organizar sus ideas para comunicar lo sentido el día de la molestia pero sin demostrar la rabia, es decir, cuidando las palabras y la entonación. Es sumamente importante que se pregunten si hablarlo llevará a alguna solución porque si no hay un objetivo claro, la conversación no tendría sentido. Si este es el caso, igual deberán decirle algo a la pareja, por ejemplo: “Una vez que me calmé, entendí que no valía la pena discutir por eso. Lo siento.”

Pero si la conversación es importante tenerla, una vez logren organizar sus ideas y sepan claramente qué quieren conseguir con la conversación, podrán acercarse a sus parejas e iniciar con: “sé que ayer nos fue mal con este tema y supongo que tanto tú como yo seguimos teniendo nuestra forma de verlo; sin embargo, te pido que nos hablemos con respeto y que busquemos como equipo una solución que nos funcione a ambos”. Habla entonces desde la calma, explicando tu punto sin demostrar la molestia. Si en medio de la conversación, volvieran a molestarse, pospongan nuevamente y acudan a la libreta negra para descargarse.

La libreta sirve para no acumular malestares. Drenar es importante cuando estamos desbordados de emociones negativas. Pero al depositarlo ahí, no sólo nos cuidamos nosotros sino a nuestra pareja. Además, si al día siguiente no recuerdan en porqué discutieron así, podrán releer los detalles de lo allí escrito.

Finalmente, les dejo la palabra “empatía” para que recuerden que la otra persona probablemente también se siente mal con lo ocurrido y que esa conversación adulta y sensata debe permitir que ambos se expresen sin juzgarse.

Clínica de la Pareja: 
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