Que tu cuerpo no sea un campo minado
No abandonen la búsqueda de la solución. Pueden preguntar y preguntar hasta que consigan respuestas, o hasta que la misma duda haga que tu pareja entienda que requiere terapia para analizar qué ocasiona el bloqueo

ATENEA ANCA

24/09/2021 06:00 pm



Hoy quiero hacer este escrito en honor a las decenas de hombres que me han confesado un sentir común. Quiero hacer visible un malestar dentro de la relación, y más específicamente, en el juego previo al acto sexual. Lo he denominado “el campo minado” y se refiere a la tendencia de muchas mujeres de quejarse y dar indicaciones claras sobre aquello que no les gusta que le hagan, pero sobre todo, de callar aquello que sí les gusta. Muchas veces callan porque no saben qué les gusta, otras veces es porque no saben cómo transmitirlo, ni qué reacción generará en sus parejas y muchísimas veces se trata de no saber cuán importante es comunicarlo para sus parejas.

Me contaba un paciente hace años que su vida sexual se había apagado porque él le tenía aversión al sexo con su pareja. Su deseo ya no era importante y no quería tener que seguir pasando por la misma situación: el rechazo de su esposa. Ella, no sólo no buscaba a mi paciente eróticamente, sino que, además, cuando él la acariciaba insinuando su deseo, ella iniciaba un montón de incómodas frases que lo desconectaban del placer: “no me toques ahí, no me gusta”, “no me gusta así”, “me dan cosquillas, no me toques ahí”, etc. Él, como es lógico, le hacía saber su frustración “Siento que eres un campo minado. No puedo tocarte con tranquilidad porque hay bombas que explotan en todos lados”. En el proceso terapéutico aprendió que debía preguntarle a su pareja qué le gustaba para poder enfocarnos en la solución, pero la realidad es que ella no supo qué contestarle. Le decía que ese tema la incomodaba y que a ella no le gustaba cómo él la tocaba. Ella, claramente, se enfocaba en el problema y lo culpaba de todo.

Es extremadamente importante que sepas lo que te gusta sexualmente para que puedas decírselo a tu pareja libremente. Los buenos amantes, esos que disfrutan a plenitud de la sexualidad, son aquellos que no se avergüenzan por tener cuerpos que sientes y almas que vibran. Si te identificas con la mujer que no sabe qué le gusta, piensa en ti, no en tu pareja. Acaricia tu cuerpo hasta que logres identificar zonas de placer más allá de lo genital. Rétate y por cada “bomba” que consigas, encuentra una zona de paz; es decir, por cada “no me gusta esto” consigue un “pero me encanta aquello”. Una vez que tengas algo definido, házselo saber a tu pareja con entusiasmo. También puedes pedirle a tu pareja que te ayude a investigar porque, con la actitud correcta de ambos, ¡podría ser muy divertido! Adicionalmente, hacer memoria y recordar los momentos eróticos más intensos que has tenido, podrías ayudarte a identificar caricias, posiciones y actitudes que te gustan mucho. Ese es un buen punto de partida.

Finalmente, si te identificas con la persona que no sabe qué tocar porque podría ser una bomba que explota, no abandones la búsqueda de la solución: preguntar y preguntar hasta que consigan respuestas, o hasta que la misma duda haga que tu pareja entienda que requiere terapia para analizar qué ocasiona su bloqueo.

Clínica de la Pareja: @clinipareja www.clinipareja.com