¿Te sientes invisible con tu pareja?
Esta percepción de invisibilidad es más frecuente de lo que debería y podrás identificarla con frases como “siento que le hablo a la pared”, “le entra por un oído y le sale por el otro”, “no le importa cómo me siento” y otras menos agradables

ESTAMPAS

09/07/2021 06:00 pm



Atenea Anca

Absolutamente desagradable y con un mal pronóstico, muchísimas veces quien recibe ese trato es quien termina saliendo de la relación. Hoy quiero explicarles cómo ocurre en muchos casos.

Es importante aclarar que el amor no se puede manifestar con indiferencia, de hecho, el desamor es indiferencia, ese ni frío ni calor que se siente una vez que superas una ruptura. Entonces, estar en una relación y ser indiferente, es un acto de desamor que se paga con desamor. Evidentemente, no todos manifestamos el amor de igual manera, algunos prefieren las palabras amorosas, otros el contacto físico, otros el apoyo emocional, hay quienes prefieren dar regalos y otros siempre están disponibles para lo que el otro necesite. También existen las personas que expresan su amor al estar pendiente de las necesidades de su pareja y cuidándoles con atenciones. No importa cuál sea la forma en que se exprese el amor, la indiferencia no es una de ellas.

La persona que recibe la indiferencia, al no sentirse amada, empieza a transitar un proceso doloroso pero necesario: el duelo. Es decir, la persona comienza a vivir cada etapa del duelo de pareja (negación, rabia, tristeza y aceptación) como si hubiesen decidido separarse pero sin ser consciente de que esto está ocurriendo. Suele ser un proceso lento y doloroso que desencadena en el desamor y la decisión de no continuar juntos. Como la decisión no es impulsiva sino que responde a un expediente lleno de recuerdos dolorosos, la decisión es firme y se ejecuta. Algunas personas no lo ejecutan porque creen que les conviene continuar sin amor por los beneficios de quedarse o las consecuencias de irse.

La persona indiferente se queda impactada con la decisión e intenta manifestar todo aquello que se le pidió anteriormente, pero sin éxito porque ya no es recíproco. Y en ese momento es que inicia su duelo. Por eso, tras una ruptura podemos ver a una persona tranquila con la decisión (la que ya vivió el duelo durante la relación) y a la otra pasándolo muy mal porque acaba de enterarse. No deben juzgarse porque son condiciones diferentes. Es como mezclar peras con manzanas.

¿Qué pueden hacer para no tener este fatídico destino? Terapia de pareja desde que aparece la indiferencia para darle visibilidad. Pero si la pareja indiferente no desea asistir o si asiste pero no es capaz de darse cuenta, se sugiere terapia individual para quien recibe la indiferencia y que pueda acelerar el proceso hacia el desamor, de manera que no sea tan extenso y doloroso. El acompañamiento terapéutico es muy útil en estas situaciones. La persona debe asimilar que hizo lo que estaba en sus manos para salvar la relación y que ahora toca salvarse a sí misma.

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