Firulay es nuestro amigo peludo alegre y saltarín que nos recibe con tanto cariño como puede cada día cuando llegamos a casa. Pero cierto día no hay tal manifestación de amor y lo vemos tumbado en el suelo frío con ojos hundidos y muy poco ánimo de siquiera mover la cola. Algo le ocurre a Firulay y es de preocuparse porque no existe nada que lo detenga para brincarnos encima y llenarnos de baba, besos y abrazos, pero, ¡Ey!, vemos a unos metros algo marrón claro como líquido que no es vómito sino; diarrea.

 
La diarrea o las deposiciones líquidas no serían algo de qué alarmarse, pero sí es un síntoma que nos avisa que algo no está funcionando bien y esto puede ser una lista no tan larga que tal vez sepamos, como tal vez no.

 
Estos desequilibrios estomacales son consecuencia de que Firulay metió el hocico en donde no debía, como, por ejemplo; en la basura, se tragó algún material tóxico, bebió agua contaminada, medicamentos, estrés, tal vez aparecieron bacterias y parásitos, se le cambió el alimento sin tomar previsiones o le dejamos el plato lleno todo el día sin tomar en consideración las porciones que corresponden según su tamaño y edad.

Los tipos de heces, su forma y la frecuencia con que las hace pueden ayudar a los amigos veterinarios a determinar lo ocurrido, pero nosotros en primera instancia ya tendríamos con eso una guía para poder ayudarlos a mejorar dicha condición.

Si son blandas, pero las hace como montañas, con algo de forma, debemos mirar la próxima deposición para comparar, porque si la repite hay que poner atención a lo que haya comido. En cambio, si vuelve a la normalidad se trató de algo fortuito, nada de qué preocuparse.

Ahora bien, si vemos que con frecuencia Firulay produce heces líquidas y ya pasan los dos días y continúa igual, es el momento de tomar acción para que su sistema digestivo se normalice porque se estaría presentando un cuadro de infecciones en donde se menciona el parvovirus y esto llevaría a otras consecuencias.

En este sentido, hablando de virus, sí sería un tema grave porque el perro puede presentar al paso de los días una fiebre elevada y deshidratación.
Al pasar dos semanas y media o tres con la misma forma de las heces líquidas, ya se determina como una diarrea crónica, independientemente de que haya tenido vestigios de mejoría entre algunos días.

Si no tenemos acceso rápido al veterinario, podemos tomar acción para ayudarlos de la siguiente manera:

 

• Darle probióticos. Se trata de microorganismos vivos que aportan beneficio al sistema inmunológico y al tracto digestivo de nuestra mascota. En las tiendas o farmacias podemos conseguirlos sin problemas y así lograremos prevenir enfermedades relacionadas con su sistema gastrointestinal.

• Alejar las bolsas de desperdicios. Debemos hacer una pequeña limpieza para recoger residuos que hayan caído al suelo y ya descompuestos fueron a parar al hocico de Firulay. Las bolsas de basura deben estar aseguradas para evitar tentarlo.

• Si hacemos cambios en las marcas de su comida, debemos hacerlo poco a poco y no de forma repentina.

• Si observamos que cualquier circunstancia le causa estrés, debemos considerar evitarlas o por lo menos alejarlos para que no observen o no escuchen.

• Agua fresca. La diarrea puede crear tendencia a la deshidratación; entonces es nuestro deber garantizar que su envase de agua esté lleno siempre y con el agua más clara y fresca posible.

• Ayuno. Ellos por naturaleza cuando su estómago anda mal, se retiran de la comedera hasta sanar. Si este Firulay es igual de glotón, lo mejor es esconderle la comida y lograr que haga ayuno por un lapso de 12 a 24 horas. El agua de arroz puede también ser bueno en este lapso del ayuno. Para eso, ponga a hervir una media taza de arroz blanco entero sin sales ni demás sabores y el agua al reposar póngasela a Firulay para que se hidrate.

• Tome muestras y lleve al laboratorio. También puede ir adelantando la consulta con el veterinario y llevar al laboratorio una muestra de las heces líquidas que determine su contenido.

• Por supuesto que de ser reiterado dicho malestar y de no poder ayudarlo con estos primeros auxilios, acudir al veterinario o consultarle online es el siguiente paso para que le indique el antibiótico que corresponda.

Recuerde consentirlo mucho en medio de su malestar: