Eliminar la hierba mala, las enfermedades, los insectos y asegurar un crecimiento sano con una vistosidad envidiable, es el sueño de muchos cuando nos enfocamos en un jardín copioso y abundante que haga del verde su mejor estampa.

 
En nuestros hogares queremos asegurar la belleza para disfrutar en familia de las reuniones o las comidas por cualquier razón festiva, o simplemente celebrar la compañía. Y los jardines colmados de esas plantas y flores de nuestra preferencia ponen el toque especial a los acontecimientos. Entonces vamos a evaluar esas técnicas sencillas que podemos aplicar para garantizar la salud de nuestro hermoso jardín, la de nuestras mascotas y principalmente la de nuestra familia.

 
Porque evidentemente, tanto las contaminaciones y enfermedades como los productos químicos que usamos para contrarrestarlos, no se quedan afuera; pueden fácilmente ingresar al hogar a través de las mascotas o los niños.

Tomemos medidas para protegerlo. Fotografía /IStock

 
Entonces es cuando podemos poner manos a las obras y asumir la tarea de prevención de una manera orgánica para evitar que los pesticidas ocasionen situaciones más desfavorecedoras. Sabemos que hace muchas décadas era bastante común la aplicación de productos químicos fuertes para la maleza, y esto se hacía de forma muy descuidada. Por estas razones, también era muy común percibir en las ropas de nuestros papás o abuelos los olores a herbicidas o ver en sus botas el polvo de los productos químicos insecticidas que esparcían por doquier al caminar.

 
Por el mismo peligro que se reflejó en la salud, fueron disminuyendo su uso y se fueron buscando alternativas orgánicas que cumplían el mismo objetivo y no ocasionaban inconvenientes de ninguna manera. Entre los problemas relacionados con la salud se conseguían en aquellos tiempos complicaciones cancerígenas, situaciones nocivas para el sistema nervioso y problemas que se vinculaban con defectos de nacimiento en los humanos.
Pero debido a las exposiciones a estas sustancias -por la medida más pequeña- también se encontraban cuadros alérgicos o reacciones adversas simples que tenían soluciones al aplicar pomadas e ingerir medicamentos según las indicaciones de los doctores.

 
A lo que queremos llegar, es a la razón de poder usar productos o materiales libres de químicos para embellecer los jardines y lo hacemos comenzando con mencionar la necesidad de tomar medidas usando productos de menor impacto o riesgo.

Hierba mala

Para controlar las hierbas o maleza que crecen alrededor de las plantas puede aplicarse una capa de estiércol combinada con paja y sobre ella plantar lo que deseamos. Seguidamente, se coloca encima otra capa combinada con hojas molidas o paja, que a esto se le llama estiércol orgánico. Para eliminar la maleza, se puede hacer perfectamente de forma manual, arrancando con la mano todo aquello que bordee las plantas y flores en el jardín. Hay algunas recomendaciones con respecto a ello que hablan de utilizar algo de grasa para sacarlas de raíz y al colocar algunas gotas puede retrasar o erradicar su aparición y no afecta el suelo para el crecimiento de nuevas especies.

Las crisopas verdes son beneficiosas. Fotografía/IStock

 
Sembrar las correctas previene enfermedades

Cuando se plantan algunas especies en un terreno no adecuado, y además cuando no corresponde, es una práctica que genera la aparición de enfermedades y parásitos. Para evitar estos inconvenientes, debe asesorarse de cuáles son las que pueden sembrarse según el clima y la época y aquellas que sean fuertes o tengan mayor resistencia a las complicaciones antes mencionadas.

Otra alternativa bastante beneficiosa y de menor costo, es escoger para el jardín algunas especies que atraigan animales que consuman insectos nocivos. Es decir, una cadena alimenticia que nos beneficia y mantiene limpia muchas áreas sin mucho esfuerzo. Deben sembrarse, por ejemplo, zanahoria salvaje, hinojo y ligústico (parecida al apio), porque segregan un néctar irresistible. Estas especies atraen animales como crisopas verdes, libélulas o golondrinas que se alimentan de los insectos malignos para los jardines.

Grama con larvas, bicarbonato de sosa ayuda. Fotografía/IStock

 
Usar pesticidas: sí, pero no

Existen en el mercado algunos productos y sustancias químicas que pueden llamarse pesticidas, pero no contienen fórmulas perjudiciales para el ambiente o el humano. Hablamos del jabón insecticida, el aceite hortícola o el bicarbonato de sosa, sí, de sosa.

 
Es un producto excelente que es usado como fungicida, elimina las enfermedades de las rosas, el moho o manchas negras. La recomendación es tomar la porción de una cucharadita y media de bicarbonato de sosa y agregarlo en un envase con unas gotas de algún lavaplatos líquido o el mismo jabón hortícola. Al mezclarlo puede aplicarse en las plantas.

 
Espora lechosa

Es usada para eliminar algunos insectos específicos, como, por ejemplo, larvas blancas o marrones de los que se enroscan. La espora lechosa es ideal para las gramas en el jardín porque también controla las orugas y, para aplicarla, simplemente esparza un poco de este polvo sobre la grama o el césped y riegue de forma abundante.

 
Finalmente, una alternativa que podemos aplicar para conservar de forma saludable nuestros jardines es el gluten de maíz. Es natural y puede evitar la aparición de la maleza en la grama, enriqueciendo tanto los suelos como el mismo verde.

 
¡Manos a la obra! Nuestro jardín lo agradecerá dándonos cobijo para los momentos de reflexión o encuentros familiares, haciendo brillar ese verde característico y atrayendo mariposas e insectos coloridos que adornan cada esquina.

Estiércol combinado con hojas secas. Fotografía/ Animal Gourmet