Italia, sus vinos, sus comidas, sus hombres…
Este país mediterráneo ha sido pionero y arriesgado en cambiar las reglas tradicionales y por eso hoy en día tienen vinos modernos que están entre los grandes del mundo

ESPECIAL PARA ESTAMPAS

01/11/2020 05:00 am



Dayana Medina (*)


Italia y Francia son los mayores productores de vinos del mundo y cada año se intercambian el primer lugar. En 2019, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), el puesto de honor le tocó a este país seguido, en ese mismo orden, por Francia, España y Estados Unidos. 

La viña está presente en todas las regiones de Italia y la oferta es una larga paleta de excelentes vinos. La organización o clasificación de sus denominaciones incluyen la DOC (Denominazione di origine controllata) y la DOCG (Denominazione di Origine Controllata e Garantita), una legislación para vinos de mesa; y la IGT (Indicazione Geográfica Típica).

Tiene vinos legendarios como el Lacrima Cristi del Vesubio y el Chianti, y es célebre por la producción de Barolo, Barbaresco, Montepulciano de Abruzzo, Brunello di Montalcino, Prosecco. 


Lo más deslumbrante de Italia, además de sus hombres y el vino, es su comida

Son muy nombradas las denominaciones Piemonte: Barbaresco y Barolo con la uva Nebbiolo, Asti Espumante con la uva Moscato, la Toscana, Chianti Clásico, Brunello di Montalcino con la uva Sangiovese, y los súper toscanos con uvas como Cabernet Sauvignon, Merlot, etc.

Entre los súper toscanos más famosos destaca Sassicaia, un vino que comenzó como de mesa, con una producción privada hasta 1968, elaborado con Cabernet Sauvignon y 15% de Cabernet Franc, que resultó tan bueno que le dieron una IGT Bolgheri. La primera cosecha bajo esta apelación fue la de 1994, hasta que en 2013 las 75 hectáreas de viñedos de donde se originó se separaron de la denominación Bolgheri para constituir un DOC reservado: Bolgheri Sassicaia.

Aunque sus vinos de guarda son de renombre, otros productores comenzaron a producir vinos bajo ese estilo, con un perfil de uvas francesas, en algunos casos mezclados con la uva Sangiovese, como Tignanello. Otros nombres emblemáticos son Solaia, Guado al Tasso, Ornelaia, etc.

En la región de Véneto se puede disfrutar de vinos ligeros como el Valpolicella, el Bardolino y el inolvidable Amarone della Valpolicella, todos elaborados con las uvas típicas de la zona: Corvina, Rondinella y Molinara; el vino Amarone con un alto grado alcohólico que normalmente llega a 15. Tienen un proceso especial, después de realizar la vendimia se dejan sobremadurar o pacificar sobre unas planchas c/paja, protegidas en áticos. Luego se prensan y a partir de allí se obtiene un vino delicioso. En esta región también se elaboran los vinos de Prosecco, a partir de uva Glera, con el método Charmat.


D’Addazio: un italiano con Sassicaia

Italia tiene otros vinos de calidad y diversidad como L´aglianico del vulture, producido en la región de Basilicata y el Aglianico de Ispirnia producido en Campania.

Otros vinos como el Barbera d´alba, un tinto piemontese a base de la uva Barbera, nace en el sur de Piemonte, es rico y denso y va muy bien armonizado con los canelloni y lasagnas o los quesos Rashera. Los vinos tintos de Barbera d´Asti son del mismo estilo, y Dolcetto d´Alba, elaborado con la uva dolcetto, es un tinto noble en un terroir de calidad, coloreado, frutoso, aromático, puede beberse entre 1 y 3 años, buenos acompañantes de carnes blancas, aves, carnes rojas grilladas.

El vino de Franciacorta es producido en Lombardía, entre Brescia y el Lago d´Iseo. Un elegante vino espumante elaborado con el método clásico, a partir de las uvas Chardonnay, Pinot Nero y Pinot Bianco. La región también produce vinos tranquilos blancos con Chardonnay y Pinot Blanc, tintos con Cabernet Franc, Nebbiolo y Barbera.

Confieso que lo más deslumbrante de Italia, además de sus hombres y el vino, es su comida, que en cada región se caracteriza por la sencillez y frescura de los alimentos típicos de la zona, además de la variedad de pastas y salsas, las ensaladas y todas las formas de cocinar los vegetales. 

Italia ha sido pionero y arriesgado en cambiar las reglas tradicionales, hoy en día tienen vinos modernos considerados grandes del mundo. Admiro ese riesgo que al final les sale bien. ¡Chapó, Italia!


La oferta italiana es una larga paleta de excelentes vinos

Armonías perfectas con vinos italianos

Pasticho de berenjena (Parmigiana di melanzane), de Sicilia o la Italia Meridional, salsa de carne con tomates algo seca, una bechamel mozzarella y mucho queso Parmigiano Reggiano. Las berenjenas las corto muy delgadas y no las paso por aceite, sino que las hago asadas. Un alimento untuoso y suculento, con aroma de albahaca y laurel. El vino ideal es un tinto frutoso, con cuerpo y estructura como Montepulciano de Abruzzo, un Aglianico de Irpirnia (Blu Onice), Nero D´Avola (Cusumano).

Pasticho de calabacín, elaborado con los mismos ingredientes del de berenjena, solo que es más crujiente. Yo corto gruesos los calabacines y no los cocino, monto el pasticho con los calabacines crudos para que se horneen. En este caso me voy con un vino tinto más ligero, quizás un Valpolicella del Veneto o un blanco como el Positano.


Para la lasagna escojo un vino tinto espumoso como Lambrusco de Medici, un tinto Cannonau como Barrua o un tinto con Barbera

Lasagna: pasta casera, carne de cordero con cochino, salsa bechamel, jamón de pavo y mozzarella, con mucho sabor, suculento y grasoso. Me voy con un vino tinto espumoso como Lambrusco de Medici, un tinto Cannonau como Barrua, un tinto con Barbera.

Risotto con Champiñones, la base de este plato es aceite de oliva extra virgen y al final una buena mantequilla. Para todo lo que sea elaborado con hongos y trufas los mejores aliados son los Barolos o Barbarescos listos, ejemplo Prunotto, Gaia.

Ravioli relleno de Scargots en couli de caraotas negras. Este plato lo prepara delicioso Nestor Acuña, un amigo y maravilloso chef. Su armonía es complicada por los scargots, sin embargo, en mis experimentos lo he armonizado con un vino blanco de guarda, un Chablis no muy viejo; aquí hay uno de Broccard 2008 muy bueno. Con esto queda muy bien. Pero además podría ser con un tinto alto en acidez, con buena estructura y de potencia aromática como un vino italiano, quizás un súper toscano como Guado Al Tasso.

Gnocchi al Ragú de Cordero: caseros, elaborados con cariño, de papa y el ragú con carne molida de cordero y de res, unas chuletas de cordero enteras, tomate pelado, laurel y albahaca, céleri. Untuosidad y suculencia, además de elegancia, viajo hasta Véneto con un Amarone della Valpolicella, frutoso, con taninos suaves y buen grado alcohólico.

(*) Dayana Medina es directora de la Academia de Sommeliers Vzla., vicepresidenta de la Asociación Venezolana de Sommeliers, Sommeliere 1995.Jurado Internacional de Vinos, Concursos Mejor Sommelier del Mundo: Canadá 2000, Grecia 2004, Chile 2010 y Trofeo Ruinart de la Americas Reims 2004.Fundadora AMAVI Venezuela / NMRK