Personajes como Maniña Yerichana de Ka Ina (1995), Delirio en Azul y No Tan Rosa (2012) o la icónica villana de exitosos dramáticos son emblema de su trayectoria. Y sí, Hilda Abrahamz se mantiene vigente en el colectivo por su imagen voluptuosa, pero sobre todo por el indiscutible talento que respalda una fructífera carrera de cuatro décadas en el medio artístico.

Como buena parte de los actores que vivieron la época dorada de la televisión, ella no escapa de las consecuencias de una industria afectada por la escasa producción de telenovelas. Sin embargo, se mantiene fiel a la premisa de seguir apostando a su país. Dice que encontró en las redes sociales un nicho perfecto para hacerle frente a la adversidad.

“Vivo de lo que me ha dado mi carrera durante cuarenta años de haberla ejercido. Sigo activa generando ingresos, quizá no como antes, pero sigo generándolos. Hago publicidad y también hago mis cursos de actuación, locución y oratoria. He descubierto que me encanta enseñar y es algo en lo que estoy activa. Estoy haciendo casting para México y series. También hay un monólogo que espera para ser estrenado cuando todo se normalice. Yo sigo con muchas ganas de trabajar y hacer cosas”, asegura la otrora Miss Departamento Vargas y primera finalista del certamen Miss Venezuela 1980 en una conversación con Estampas.

- Usted tiene todas las credenciales para hablar de actuación, ¿qué percepción tiene de los temas que se abordan ahora en las telenovelas y series?
-Creo que las series son una especie de telenovela disfrazada de serie. La telenovela a la que hemos estado acostumbrados con la típica protagonista como la sufrida donde la antagonista, que por cierto siempre era yo, le hace la vida imposible hasta el último capítulo que es donde se soluciona todo, ese formato ha cambiado un poco con el tema del empoderamiento femenino. La telenovela siempre ha sido femenina, toca temas femeninos y lleva por lo general nombre de mujer.

Con este nuevo cambio y generaciones de gente más joven ha hecho que cambie el concepto y se haya vuelto más dinámica respecto a la protagonista. Ahora la mujer asume otros roles, la protagonista ya no es la tonta. Hay novelas como “La Reina del Sur” que tocan otras temáticas. Ahora bien, pienso que las series son un híbrido entre las telenovelas y ese nuevo concepto, pero adaptándose a una nueva era y público con nuevos gustos. La gente no tiene la misma mentalidad de antes.

“La mujer ha cambiado con el empoderamiento y ya no tiene la imagen de la sufrida, sino otra dinámica donde es más atrevida y lucha por sus derechos. Entonces creo que el concepto de la telenovela también ha tenido que cambiar por eso”.

- Durante su trayectoria usted ha tenido la oportunidad de asumir diversos personajes, ¿cuál papel marcó su vida personal y profesional?
-Maniña Yerichana porque llegó en un momento donde yo necesitaba demostrarle a la gente que yo podía hacer otra cosa. Dejar de ser un poco la que está buenota y podía asumir papeles de villana porque me buscaban más por el físico que por lo que podía ser como actriz. Quería zafarme de ese tipo de personajes, aunque fue algo que siempre me acompañó porque obviamente mi físico siempre ha sido muy determinante en mi carrera. He tenido que aceptar que he sido una mujer muy guapa, grande y voluptuosa. Entonces creaban personajes de seductora o villana, pero yo quería alejarme de eso. Maniña fue un personaje que me apabulló en un principio porque venía de hacer antagónicos.

Cuando me voy de Radio Caracas Televisión, me llama César Miguel Rondón y me ofrece hacerla. Por un momento pensé que no iba a poder con ese personaje. Me dijo que yo tenía el peso de la telenovela, que yo tenía una responsabilidad muy grande. Entonces fue un personaje que me enamoró, pero al mismo tiempo implicó muchos retos. Yo tenía muchos miedos. También me marcó por su manera de ver la vida y el amor. Era una mujer muy apasionada y yo siempre he sido una mujer muy apasionada en el amor. También por esa imagen tan fuerte de ella, el carácter de una mujer que intimidaba con su presencia y su voz. Eso es algo que siempre me ha pasado a mí, ser una mujer muy intimidante.

“Maniña se convirtió en un fenómeno en mi vida porque crecí mucho como actriz y tuve compañeros maravillosos como Jean Carlos Simancas que me acompañó siempre. Fue una gloria y un premio interpretar ese personaje porque me ayudó a creer en mí”.

“Delirio me dejó un recuerdo maravilloso”
Además de Maniña Yerichana, Hilda Abrahamz también destaca su actuación como Delirio en Azul y No Tan Rosa, la cinta venezolana ganadora del premio Goya en la categoría Mejor Película Iberoamericana.

 
“Siempre he sido una mujer muy justiciera, no me gustan las arbitrariedades ni las injusticias. Entonces este tema que aborda la película con la discriminación y la homofobia siempre ha sido muy determinante con la visión que tengo, porque pienso que todos tenemos los mismos derechos y deberes en una sociedad que castiga a quien es distinto a lo que imponen”, menciona la artista.

Y prosigue: “Todo este tema de la discriminación a mí siempre me ha afectado porque no puedo entender cómo la gente a esta altura de la vida no comprende que cada quien tiene derecho a ser y permitirse ser. Que es un horror que existan sociedades que castiguen a una persona por tener una orientación sexual diferente. El haberla interpretado me deja un recuerdo maravilloso. Un ser humano sin igual. Delirio era ese tipo de mujer que llegas a amar porque es tan entregada como amiga y al mismo tiempo maternal y yo suelo ser muy maternal”.

- Luego de esa actuación usted se convirtió en un ícono de la comunidad LGTBIQ+, ¿qué tan tolerante cree que está la sociedad en relación a la lucha de sus derechos?
-Es un tema difícil. Creo que la sociedad está un poco más tolerante porque ha tenido que ser más tolerante, porque de hecho en la mayoría de los países occidentales se ha legislado contra la homofobia porque se le considera un delito. Pero siento que es como una especie de intolerancia más sutil. Pero sí sigue habiendo intolerancia, creo que habría que educar desde los colegios acerca de la diversidad sexual y aceptación. Creo que nos falta todavía crecer y ser más empáticos para aceptar al otro como igual a ti, tanto tus derechos como tus deberes. Creo que es un tema de educación y familia.

Hilda Abrahamz

- ¿Qué significa para usted que tiempo después Ka Ina haya estado al aire nuevamente logrando tanta receptividad por parte de la audiencia?
-Realmente pude disfrutar mucho de Ka Ina en esta oportunidad porque en ese entonces trabajaba muchísimo. Además, ahora ha sido de otra manera porque podía conectarme con la gente a través de las redes sociales y me contaban de los recuerdos que tenían. Creo que la conexión de la gente con esa telenovela es que las lleva a una mejor época. Una añoranza y el recuerdo de la familia y la televisión de grandes producciones, de una Venezuela mejor. Entonces la gente tiene la añoranza de aquella época. El éxito de la telenovela esta vez se basó en el recuerdo y la nostalgia de esa época.

- Usted forma parte de la camada de artistas que vivió esa época dorada de la televisión en Venezuela, ¿cree que esa bonanza puede volver?
-Definitivamente no porque fue una época que se vivió en los ochenta y noventa y fue muy especial. Radio Caracas Televisión fue la primera productora de telenovelas del mundo y fue un fenómeno. Los tiempos han cambiado y hay una competencia feroz que en esa época no existía. Aquí la televisión está muerta porque no se producen telenovelas y hay una fuga de talentos importante. Toda esta gente se ha ido y están trabajando en otros países. Me encantaría que hubiera una apertura, todos lo estamos esperando con ansías, pero creo que no sería lo mismo, además habría que darles paso a las nuevas generaciones y formarlas también. Creo que podría ser el comienzo de una nueva era, pero igual nunca.

- ¿Considera que de alguna manera el hecho de que una figura pública asuma una postura como activista social puede generar repercusión en su carrera profesional?
-Sí afecta. Asumir alguna posición sobre todo política sí afecta particularmente aquí en Venezuela. A mí me pasó que cerraron Radio Caracas Televisión por tener una postura política y me afectó porque formaba parte de esa familia. Siempre he tenido una posición muy abiertamente opositora y he conformado un grupo de actores que han sido opositores y en muchas ocasiones que hemos querido presentarnos se nos han cerrado las puertas en determinados teatros. Entonces sí, mantener una postura política ha tenido una repercusión en mi carrera profesional.

-¿Qué la ha mantenido anclada a Venezuela?
-Me quedo en Venezuela porque amo mi país. Acá tengo a mi familia y están mis raíces y mi hogar. Aquí me formé. Me gusta Venezuela a pesar de toda la crisis que estamos viviendo, pero yo tengo mucha esperanza porque Venezuela es un país maravilloso de oportunidades, aunque en este momento no las haya. Yo siento que vamos a salir en algún momento de esta situación. Actualmente la situación no solo es acá, sino algo global. Yo estuve en Perú y Argentina, pero siempre quise volver porque este es mi hogar. Añoraba estar aquí por el clima y su gente, todo eso fue lo que me dejó anclada. Tengo mi casa, costumbres y gente y quizá eso lo ata a uno. Aquí soy quien soy, querida y respetada. Quizá aventurarme a hacer carrera en otro sitio lo hubiese hecho siendo más joven, creo que ahora no es el momento.

-¿Qué la motivó a enfocarse ahora en la familia y dar lugar a su faceta como madre?
-Siempre he estado enfocada en mi familia. Quizá no lo haya hecho público antes, pero las redes sociales me han permitido hacerlo aún más público. Siempre he sido una mujer muy familiar, de casa, de compartir con mi hija o amigos. Siempre ha sido una constante en mi vida que quizá no haya sido conocida por todos porque no he sido una mujer que haya hablado mucho de eso. Creo que la exposición que tenemos ahora tiene que ver mucho, porque antes los actores teníamos otro tipo de exposición que era a través de las revistas o la telenovela. Tu trabajo era la exhibición que teníamos y no nuestra vida privada.

- En retrospectiva, ¿cómo evalúa su carrera?
-Estoy muy feliz con los resultados. He tenido una carrera maravillosa. He vivido la época dorada de la televisión venezolana y he aprendido muchísimo de grandes maestros como Tomás Henríquez, Dilia Waikaran y he hecho grandes personajes. Me he divertido muchísimo y crecido como actriz. Estoy tan agradecida por haber hecho lo que hago y amar lo que hago, eso es una bendición. Quizá me hubiese atrevido a aventurarme más y quedarme en el exterior cuando fui a Perú o Argentina. De repente si lo pienso ahora, digo que me hubiese gustado quedarme o probar otros mercados que tuve la oportunidad, pero siempre quise seguir en Venezuela porque aquí siempre me he sentido bien y cómoda, he tenido mucho trabajo y ha estado mi familia. Si hago una evaluación y una retrospectiva debo decir que me siento muy contenta con los resultados porque evaluando lo que fueron mis comienzos creo que he avanzado y quiero seguir avanzando porque uno nunca termina de aprender. Quiero seguir trabajando y haciendo lo que amo hacer.

Quiero agradecer a todos los que hicieron posible este proyecto:
A Daniela, el motor del proyecto, a Guillermo, lograste captar en imagen la verdadera esencia de Maniña Yerichana, Alex, vestirme y sentirme como Maniña fue instantáneo, Ivo sin ti esa melena india no hubiera sido posible, Miguel impecable maquillaje, el broche de oro Wakü Lodge, única e irrepetible.


Hilda Abrahamz @hildaabrahamzoficial
Eduardo Muria @eduardomuriam

Producción:
Daniela Graterol @danielagrate

Fotografías:
Guillermo Felizola @guillefelizola

Diseño de vestuario:
Alex Alfonso @storelola

Estilismo:
Ivo Contreras @ivocontreras

Maquillajes:
Miguel Crespo @miguelotox

Posada Wakü Lodge @wakulodge