María Gabriela Isler recibe la maternidad con los brazos abiertos
Una venezolana que ha recorrido gran parte del planeta conquistando metas en el mundo de la belleza y en lo corporativo, felizmente casada con su primer amor y está esperando su primer hijo

ESTAMPAS

09/07/2021 06:00 pm



José Miguel Rodríguez


Es María Gabriela Isler, nuestra Miss Universo 2013, una mujer bella por dentro y por fuera. Digna representante del gentilicio venezolano, valenciana con corazón maracayero, graduada y realizada profesionalmente que se autodefine como una persona sencilla, sensible, que aprecia los detalles de la naturaleza, la familia y el valor de la amistad.

Ama los atardeceres porque le traen paz y calma a su alma. Es su momento preferido del día luego de horas de emociones y mucho trabajo. Romántica por naturaleza que se deleita escuchando actualmente música venezolana instrumental y de otras épocas como El cancionero de Ilan Chester.

A pesar de que se encuentra en la dulce espera se mantiene muy activa. Con la misma entereza con la que ha desempeñado distintos cargos y roles en su vida, dice estar lista para una faceta para la que se ha estado preparando desde hace tiempo: la maternidad.



"Yo siento, honestamente, que la vida me ha preparado de distintas formas para este momento, no solamente porque tuve la bendición de convertirme en tía hace 12 años, de tres sobrinos maravillosos y del instinto que he desarrollado a través de ellos, sino también por el amor con el que fui criada. Me siento más que lista para asumir este rol como madre porque además el hecho de haber conocido, de haber viajado, de haber experimentado tantas culturas, de haber apreciado y valorado distintas creencias, religiones y sociedades a nivel mundial, me han hecho reflexionar y reformular mi sentido o mis creencias acerca de la crianza para sumar cosas nuevas que quisiera transmitirles a mis hijos.

Todos esos roles distintos que he asumido como tía, como hija, como Miss Universo, e incluso como Miss Venezuela, me están permitiendo crear un nuevo sistema de creencias y de valores que quiero tener en mi familia. Eso es lo que siento. El hecho de aprender y desaprender tantas cosas, de superar diferentes miedos, de enfrentarme con diversidad retos y de aprender a valorarme son aspectos de mi vida que siempre están presentes".

La mayoría de las mujeres afirma que la maternidad es una etapa fundamental en sus vidas. ¿Qué opina al respecto?
"Cada mujer tiene metas distintas en la vida y en mi caso la maternidad representaba una de ellas desde que era una niña. Para mí, tener la bendición de traer al mundo un ser humano es simplemente un milagro y eso me hace sentir infinitamente afortunada y agradecida con Dios, con mi cuerpo y con la vida. Ser madre es una de las facetas que como mujer complementa mi felicidad.

Sea cual sea la opinión de cada mujer, pienso que es algo muy personal y se debe respetar. Es una etapa que trae consigo un sinfín de responsabilidades y cambios que solo quienes tienen esa meta clara, están dispuestas a asumirla desde el amor, el respeto y el compromiso necesario".


Una mujer con una belleza serena y un gran don de la palabra

¿Qué cosas cambiarán definitivamente en su vida luego de la maternidad?
"La verdad es que pienso que absolutamente todo cambiará en mi vida, ya que un hijo llega para transformar eternamente la vida de sus padres en todo sentido. Cambiará mi rutina, mis noches, mis días, mi alimentación, mis prioridades y ciertamente mis noches de sueño por siempre y para siempre. También cambiará mi lugar de residencia, al menos durante los próximos dos años, porque es en Venezuela donde hemos decidido que nazca y que crezca durante sus primeros meses de vida.

Siento que si ya no soy la misma mujer que era hace seis meses antes de quedar embarazada, con la llegada del bebé seré una nueva mujer cada día. Estoy inmensamente ansiosa de aprender de cada etapa de su vida y descubrir en mí nuevas cualidades como individuo, madre, esposa, hija y profesional.

Hace un tiempo me hubiesen asustado estos cambios, pero hoy los recibo con los brazos abiertos y mucha gratitud porque son parte de un sueño hecho realidad y siento que estoy lista para asumirlos con mucha sabiduría y valentía".

Su paso por los concursos de belleza

A partir de ella, se puede decir que se rompió el molde acostumbrado de las candidatas que se seleccionaban para representar a nuestro país en los concursos internacionales, ya que casi siempre no llegaban a los 21 años. Cuando recibió la corona como Miss Venezuela 2012, no era la principal favorita para triunfar, pero su aplomo e inteligencia fueron factor determinante para brillar en la noche final. Una mujer con una belleza serena y un gran don de la palabra que tenía el triunfo garantizado.


Ser madre es una de las facetas que como mujer complementa mi felicidad

El éxito no tiene una receta exacta. ¿Cuáles han sido sus ingredientes para triunfar en concursos de belleza y en el mundo gerencial?
"Desde mi perspectiva el éxito no tiene una fórmula perfecta, cada quien es diferente y a todos no nos funcionan los mismos ingredientes. En mi caso, tengo la plena seguridad de que sí hubo factores que me hicieron alcanzar el éxito tales como la disciplina, el respeto hacia otros, pero en especial hacia mí misma, la responsabilidad, el contar con una educación y haberme graduado, la constancia, la capacidad de discernir, de salir de mi zona de confort y de pedir ayuda, porque muchas veces creemos que podemos ser exitosos sin pedir ayuda y seguramente será así, pero tardaríamos mucho más en lograrlo. La cercanía con mi familia y ese amor que me recordaba de dónde vengo y a dónde voy también lo fueron, y lo siguen siendo, manteniéndome fiel y firme a mí misma, a mis principios y a mis valores y poder construir ese camino de éxito desde la honestidad y la autenticidad.

La belleza no es algo que considero sea un ingrediente como tal, más bien pudiera ser un arma de doble filo en el mundo gerencial, pues en muchas ocasiones me ha tocado trabajar el triple para demostrar que mis capacidades y mis talentos van por encima de la belleza, y que son otras las cualidades que considero que me hacen una mujer capaz de conquistar cualquier meta que me proponga".

Ha sido una de las tres Miss Universo con el reinado más largo, ¿cómo vivió esa etapa?
"Desde la gratitud y el respeto. El simple hecho de convertirme en Miss Universo es una oportunidad única e irrepetible en la vida; y como tal, es una experiencia que trae consigo una infinidad de vivencias que se deben valorar y vivir desde la humildad.


“Tener la bendición de traer al mundo un ser humano es simplemente un milagro”

Más allá del tiempo de mi reinado, me enfoqué en vivir y disfrutar con intensidad cada momento porque yo no tenía idea de que ese iba a ser mi caso. Me dediqué a estar presente en cuerpo y alma en cada uno de mis días como reina, en disfrutar al máximo cada aparición pública, cada evento, cada pasarela, cada día voluntariado, cada espacio de vocería, cada sesión de fotos, y en fin, cada uno de los momentos que escribieron mi paso por el Miss Universo.
Soy fiel creyente de que somos la suma de nuestras acciones, y desde el día uno quise empezar a construir mi legado en el certamen".

Los concursos de belleza han ido cambiando sustancialmente, refiriéndose específicamente al Miss Universo, ¿qué rescataría de las emisiones de antes y qué tomaría de las de ahora?
"Siento que a través del tiempo cada certamen de belleza ha evolucionado a su manera, a su estilo y Miss Universo no deja de ser la excepción. Pienso que ha sido una evolución que ha ido sumando factores que a nivel global han ido tomando importancia cada día más. En el caso de Miss Universo algo que yo rescataría, evidentemente, fue algo que viví y fue lo majestuoso, lo elegante, lo mágico que fue mi show, en el que me coronaron, esa noche de celebración. Siento que el televidente, que el público siempre valora, aprecia y disfruta cuando ve un escenario lleno de brillo, de gala y de encanto, algo que obviamente va a depender de la locación en la que se realice.

De ahora, a parte de ese glamour, sumaría lo que la organización ha ido incorporando desde la perspectiva internacional, el seguirle dando una vocería más contundente a la mujer a nivel mundial y seguir premiando y reconociendo los esfuerzos a nivel humanitario, a nivel de impacto social, el seguir potenciando el hecho de que la ambición de la mujer en el campo laboral, personal, profesional no es mala. Siento que es algo muy positivo el hecho de querer que la mujer siga adelante, ansiando posiciones de liderazgo, construyendo puentes y espacios que le permitan crecer en una comunidad donde el reconocimiento sea más valedero. Eso es algo que rescato cien por ciento de estas nuevas ediciones".


"Siempre he pensado que tengo una historia de amor en vidas pasadas con el continente asiático"

Desde su coronación como Miss Universo no ha habido otra venezolana que logre tal triunfo, ¿a qué factores cree que se debe esta sequía?
"En la historia del Miss Venezuela sólo han existido siete ganadoras del certamen Miss Universo, cada una en épocas distintas y con años de separación entre una y otra. Por lo que no lo considero una 'sequía', ya que soy fiel creyente de que Dios tiene el destino escrito para cada una de nosotras y sus tiempos serán, cuando él así lo decida.

Después de mi participación muchas han sido las jóvenes venezolanas que han enaltecido el gentilicio y la belleza de nuestro país, sin embargo, no hemos tenido la dicha de volver a ver a una Miss Venezuela coronada por razones que desconozco. Solo la organización y el jurado calificador tienen claro qué buscan cada año y qué candidata cumple con esas características para conquistar la corona universal".

Respecto al punto anterior surgen diversas opiniones a favor y en contra, ¿cómo ha vivido tales cuestionamientos?
"Pienso que el venezolano, o cualquier ser humano, siempre cuestionará todo aquello que le genere frustración o tristeza… Yo particularmente solo conozco una Venezuela, en donde el pasado y el presente siempre han estado llenos de retos, de trabajo duro, de injusticias, de necesidades y hasta de desigualdades, y muchos otros factores que sabemos que no siempre representan un motivo de alegría… Hay una generación que vive en el recuerdo de una sociedad de oportunidades, opulencia, bienestar y abundancia.

Siento que el venezolano, lamentablemente, se ha cargado emocionalmente de todas esas circunstancias poco positivas y busca drenar en cualquier espacio donde se sientan con el derecho de opinar y juzgar, sin pensar muchas veces que detrás de cada empresa, organización o emprendimiento que decide apostar por Venezuela, hay infinidades de obstáculos, dificultades y retos, y que no siempre llegan los éxitos que se esperan, a pesar del trabajo, el compromiso, la dedicación y la entrega.

Como figura pública considero que me he acostumbrado a que el seguidor, en general, nunca esté complacido del todo y eso aprendí a respetarlo, a entender que cada quien vive su realidad y que cada persona tiene derecho a sentir y a opinar lo que desee. Lo complejo, para cualquiera, es tolerar críticas que no vienen desde el respeto".


"Siento que la historia, cualidades y cultura de mis antepasados me convirtieron en la mujer que soy hoy"

Orgullosa de sus raíces
Para María Gabriela, verse siempre bien pasa por una serie de factores que combinan lo físico con lo espiritual. Dentro de sus rutinas diarias está lavarse la cara cada mañana con jabones especiales, desmaquillarse siempre, mantener la limpieza de sus artículos de maquillaje y usar productos acordes a su tipo de piel. También cuida de su alimentación, “pero sin excesos, porque soy creyente de que todo en la vida es un balance”.

Así que, disfruta de comer las cosas que más le gustan y cuidar las porciones de aquellas que no son tan sanas. A pesar de que no es una fanática del ejercicio, siempre incluye rutinas de actividades que le gustan, como el yoga y, por supuesto, cultivar momentos de alegría, ya que considera que esa luz se reflejará en la sonrisa y en los ojos.

“En general, de mi paso por los certámenes y esas rutinas aprendidas que predominan, está el tomar mucha agua, descansar lo suficiente y regalarme momentos de calidad a mí misma".

Viene como la mayoría de los venezolanos de una mezcla de culturas, en su caso la latina y la europea, ¿qué le ha aportado cada una?
"Siento que la historia, cualidades y cultura de mis antepasados me convirtieron en la mujer que soy hoy en día. No solamente por lo aprendido de cada cultura, sino por aquellas cosas que vienen impresas en nuestro ADN y que van aflorando en el tiempo a través de nuestros gestos, nuestra personalidad y la forma de ser. Sin duda, mis raíces venezolanas son muy especiales, vienen del llano y de la pureza del indio de nuestras tierras a través de mi abuelita materna. Gracias a ella, mi 'Nonna' y la crianza que le dio a mi mamá, aprendí el valor de la cercanía, la importancia de la familia, la honestidad, el respeto, la unión y la solidaridad. El amor por nuestro llano, nuestros sabores, nuestras raíces, nuestra música, y todo lo autóctono que rodea nuestra cultura.

Por el lado europeo, es una mezcla de lo aprendido gracias a mis abuelos paternos y a mi abuelo materno. Pienso que de allí predomina la enseñanza del trabajo honesto como pilar fundamental para salir adelante en la vida, la rectitud, la puntualidad, la cortesía y la diplomacia. Esas son algunas de las cosas que me acompañan gracias a lo aprendido a su lado. También puedo decir que tengo muy marcados otros rasgos como que soy muy reservada, introvertida, a veces un poco ermitaña y un poco bastante austera (risas)”.

Uno de sus primeros empleos fue envolviendo regalos y pedía a la gente que le contara historias para personalizar las envolturas.

"De aquellos tiempos recuerdo que para mí era especial saber quién daba el regalo, para qué ser querido era y cuáles eran sus gustos… Siento que cuando vamos a dar un regalo se debe hacer con cariño. No importa lo costoso que pueda ser, sino el cariño con el que se elige y con el que se entrega. Un detalle especial, un color, un motivo favorito, siempre es la envoltura perfecta.


Una faceta para la que se ha estado preparando desde hace tiempo: la maternidad

En su labor como embajadora universal de la belleza visitó muchos países, si tuviera que escoger tres lugares del mundo que la conectan con su esencia, ¿cuáles escogería?
"Siempre he pensado que tengo una historia de amor en vidas pasadas con el continente asiático, especialmente con la isla de Bali en Indonesia. Ese lugar me llena de diferentes energías y emociones inexplicables. Es mágico para mí poder estar allí y cargar mi espíritu de tanta paz, sabiduría, alegrías, serenidad, sonrisas y gratitud. Es una renovación física, mental y emocional en general.

Otro lugar que ocupa una gran parte de mi corazón es Filipinas, gentilicio que me conecta con mi esencia de compromiso y resiliencia, además de fortaleza. Mi visita humanitaria a la isla de Corón significó una recarga de gratitud, fortaleza, conciencia y humildad para el resto de mi vida.

Por último, diría que a pesar de que he conocido ciudades maravillosas y lugares extraordinarios alrededor del mundo, mi lugar preferido siempre será Venezuela. Sus paisajes majestuosos, su cielo, sus montañas, su mar, sus colores, su gente y sus sabores siempre me motivarán a ser la mejor versión de mí y a seguir trabajando con dedicación y compromiso por el futuro de mi país y de las próximas generaciones de jóvenes venezolanos".

Para conocer más de María Gabriela Isler ingresa en su Instagram @gabrielaisler

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