Vino y Feng Shui
El respeto a la tierra a través de cultivos orgánicos, despiertan el interés de algunas bodegas por otras ideas, una de ellas es este sistema tradicional chino de canalización de las energías

ESTAMPAS

14/02/2021 05:00 am



Dayana Medina (*)

El Feng Shui representa formas de energías fundamentales, el VIENTO y el AGUA. Nuestra vida está intrínsecamente ligada a estos elementos y el vino también.

Analicémoslo esta estrecha relación:

1) La tierra, donde crecen las viñas,
2) El agua que le sirve de alimento,
3) Los minerales que absorbe la planta y se convierten en nutrientes,
4) La madera de la crianza
5) El fuego del sol que le da vida



Partiendo del vino y los 5 elementos que lo relacionan con el feng shui, debemos considerar que existe una misteriosa armonía, una energía que fluye a través de nosotros con cada sorbo.

Estimo que el vino tiene la magia de unir pueblos, sociedades, culturas, que se convierte en sentimiento cuando comienzas a conocerlo. No podría ser menos ya que es el fruto de nuestra tierra.

Cada unos de estos elementos se conjugan en una copa de vino y cuando pensamos en sus características, podemos llegar a descifrar su personalidad.

Beber vino nos acerca a la madre tierra, a sus 5 elementos y a la relación que en ellos existe.

 

Cada vino puede representar una cualidad:
Madera-La Fe.. Ese sentimiento positivo de confianza en sí mismo, es la cualidad que hace que uno no se sienta perdido ni bloqueado y que nos permite dar el paso a la siguiente facultad.

Fuego-la acción… Que se relaciona con el corazón con lo que sentimos, por lo tanto con la motivación, la alegría, la puesta en marcha; como el fuego que da calor o hace que la cocina funcione y se cocinen los alimentos o el bombeo del corazón que impulsa a la sangre. El corazón está relacionado con el amor y la compasión. Incluye la comunicación consciente, inteligente e interpersonal.

La tierra-la memoria… Se relaciona a la capacidad de reflexión y observación, al juicio justo y equilibrado.
Está vinculada con el pensamiento consciente y con la capacidad de transformación, generación y estabilidad, como la fecunda madre tierra.
Calma, paz, serenidad y equilibrio.

El metal-La concentración… Para obtener concentración necesitamos respirar, cuando nuestra respiración es equilibrada y abundante, mejoramos la atención en las acciones y se optimiza la relación con el entorno, brota el coraje, la rectitud y el desapego. La respiración es como el metal: purifica, cataliza, conecta, y conduce. La concentración a través del silencio, de oírnos nos permite volver a cero, “desfragmentar” y ver con claridad e integrarnos.

El agua-La Sabiduría: Es la fuente de la voluntad y del pensamiento profundo y equilibrado. El agua alimenta el cuerpo, representa parte de nuestro cuerpo como nutre y da sabiduría, ayuda a que exista un equilibrio entre un corazón blanco y una sabiduría muy dura. El agua es fuente de energía y fuerza que a su vez da sabiduría para entender y vivir en armonía con el Universo.



Este néctar llamado de los dioses, atribuido de hecho a uno de ellos, Dionisos, es una bebida que ha acompañado la historia de la humanidad, quizás por esta misteriosa y armónica relación que hoy analizamos, que va desde la vid, sus elementos y la energía del hombre en su elaboración.

(*) Dayana Medina es directora de la Academia de Sommeliers Vzla. Y vicepresidente de la Asociación Venezolana de Sommeliers.Sommeliere 1995 / Jurado Internacional de Vinos Concursos Mejor Sommelier del Mundo: Canadá 2000, Grecia 2004, Chile 2010 y Trofeo Ruinart de la Americas Reims 2004 / Fundadora de Amavi Venezuela / NMRK

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