Masacre en Alberta
Quien fuera un ratero toda su vida fue colgado por asesinar a los siete miembros de su familia

ESTAMPAS

27/05/2022 06:00 pm



MAX HAINES


Bobby había nacido en Hanna, Alberta, el 15 de julio de 1937. Cuando sólo tenía nueve años de edad, su madre murió al ser sometida a una cirugía menor. En un lapso de dos años, su padre se casó con la maestra Daisy Gaspar y la familia se mudó a Stettler.

En los siguientes diez años, Daisy Cook dio a luz a cinco niños. Quién sabe qué efecto tuvo esta rápida expansión de la familia sobre Bobby. Lo que sí sabemos es que a la edad de 13 años robó un auto. Fue un delito que repetiría una y otra vez. Un año después robó otro vehículo y fue a parar al Centro Correccional Bowden.

En 1959, la reina visitó Canadá y Cook fue uno de los delincuentes no violentos que recibieron una amnistía en honor de la visita real. El 23 de junio, él y otros condenados liberados se embriagaron para celebrar en Saskatoon. Al día siguiente robó un auto y condujo hasta Borden para recuperar 4.300 dólares que había enterrado antes de ser encarcelado. Ahora, bien provisto de efectivo, Bobby se dirigió a Edmonton, donde una vez más gastaba desenfrenadamente, invitando tragos a varios ex convictos. El jueves 25 de junio, según él mismo, le dieron una cola hasta Stettler, se reunió con su padre y bebió algunas cervezas con él. Durante esta conversación entre padre e hijo, se enteró de que su progenitor, mecánico de profesión, estaba pensando en comprar un taller en Columbia Británica. Luego diría que le entregó cerca de 4.000 dólares a su padre. Planeaba mudarse a Columbia Británica con su familia. Su padre lo exhortó a comenzar de nuevo y enderezar su vida.

Rae Cook le dio a su hijo la camioneta de la familia, con instrucciones de que la diera como inicial de un auto nuevo. Según Bobby, su padre le dio su licencia de conducir, la póliza del seguro y el registro del vehículo. Padre e hijo partieron. Más tarde esa noche, alrededor de las 9:30 pm, Bobby entró en la residencia de los Cook. Le dio a su padre su traje azul de la prisión. Una hora después, a las 10:30 p.m., salió de Stettler hacia Edmonton.

A la 1:00 a.m., Bobby se tropezó con el ex convicto Sonny Wilson. Juntos entraron por la fuerza en una tintorería, de donde huyeron con la miserable suma de 30 dólares. Bobby durmió hasta las nueve de la mañana. Esa mañana se presentó en el concesionario Hood Motors, donde cambió la camioneta por un Chevrolet Impala convertible blanco de 1959. Usó las credenciales de su padre para adquirir el vehículo y alegar que tenía empleo fijo. El vendedor aceptó todo lo que Bobby le dijo, pero más tarde, ese mismo día, un empleado del negocio reconoció que la transacción había sido fraudulenta y llamó a la policía.

Bobby dio un paseo en el convertible. Condujo a Camrose, luego a Whitecourt y de regreso a Camrose. El sábado 27 de junio lo multaron por abrir una botella de licor en el auto. Él afirma que luego se dirigió a Stettler, pero encontró que sus padres se habían marchado. Asumió que habían partido hacia Columbia Británica. Vio dos maletas y una caja de metal con los documentos de la familia. Los arrojó en el auto con la intención de llevárselos allá.

Poco después de salir de su casa ese sábado al atardecer, fue detenido por la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés). Le indicaron que se presentará en el destacamento local de la RCMP. Bobby se dirigió al lugar, donde el sargento Thomas Roach le notificó que había usado la identificación de su padre para comprar el convertible nuevo. Admitió que había usado el documento de identidad, pero aseveró que lo hizo con autorización de su padre. Luego dio una relación de sus movimientos, muy parecida a lo que hemos relatado aquí. Nunca se apartó de esa historia en los siguientes meses.

El sargento Roach visitó la residencia de los Cook, pero no encontró a nadie en casa. El convertible fue examinado. La policía encontró las maletas y la caja de metal. Dentro de las maletas se encontraba la ropa de dormir de la familia.

La caja contenía la libreta de banco del señor Cook, las partidas de nacimiento de los niños y una licencia de matrimonio. El sargento Roach visitó la casa de los Cook por segunda ocasión. La puerta principal estaba sin cerrojo. Roach entró, se iluminó con una linterna, y encontró que nada faltaba. Al día siguiente, domingo, por tercera vez, varios agentes de la RCMP visitaron la residencia de los Cook. En un garaje anexo, debajo de los tablones del piso que ocultaban una fosa de las usadas para hacer cambios de aceite a los autos, encontraron los cuerpos de la familia Cook. El cuerpo de Rae Cook había sido acribillado. Su esposa Daisy yacía a su lado. Un disparo de escopeta le había volado la mitad del rostro. Debajo de sus cadáveres se encontraban los niños: Gerald, de 9; Patrick, de 8; Christopher, de 6; Cathy, de 4; y Linda Mae, de 3. Sus cabezas habían sido golpeadas con la culata de una escopeta. Alguien había lavado la sangre de las paredes dentro de la casa, pero se distinguían algunas trazas del líquido rojo. Dentro del dormitorio principal, la policía encontró el traje de prisión de Bobby debajo de un colchón. Estaba manchado de sangre.

Bobby tenía una respuesta rápida para todas las preguntas que le hacían. Le había dado el traje a su padre para que realizara el viaje a Columbia Británica. Eran de la misma talla y parecía lo más conveniente. Había regresado a Stettler para esperar la llamada en la cual le indicarían dónde se reuniría con ellos.

El cuerpo de Rae Cook había sido ACRIBILLADOSu esposa Daisy yacía a su lado... 
Debajo de sus cadáveres se encontraban los niños



Boby fue acusado del asesinato de su padre e internado en el Instituto Ponoka para Pacientes Mentales. Pidió permiso para asistir al funeral de su familia. Como le negaron el permiso, destrozó la tela metálica de una ventana y escapó. Cuatro días después fue aprehendido mientras se ocultaba en un establo no lejos de Stettler.

La investigación por la masacre se concentró en Bobby. El examen forense de los cuerpos reveló que los asesinatos habían ocurrido al menos 24 horas antes de que se encontrara los cadáveres, aunque no más de 72 horas. Este lapso de tiempo resultó ser un asunto delicado. Ubicaba la hora de los asesinatos entre las 11:00 am del jueves 25 de junio y las 11:00 am del sábado 27. Durante gran parte de este período, Bobby podía demostrar que no estaba cerca de Stettler.

La policía creía que los asesinatos habían sido cometidos entre las 9:30 pm del jueves y las 5:00 am del viernes. Que Bobby hubiera perpetrado los crímenes en cualquier otro momento habría sido virtualmente imposible. Testigos confiables lo ubicaban muy lejos de la escena del crimen.

Los 4.000 dólares que Bobby dijo que le dio a su padre nunca se encontraron. La policía creía que nunca existieron. Sin embargo, varios delincuentes encarcelados sabían muy bien que Bobby tenía un botín de más de 4.000 dólares oculto en algún lugar.

¿Cook, un ratero de 21 años que nunca había cometido un acto de violencia en su vida, había asesinado sistemáticamente a toda su familia? ¿Era posible que otra persona hubiera cometido los asesinatos por los 4.000 dólares en posesión de Rae Cook?

En noviembre de 1959 comenzó el juicio por asesinato de Bobby en Red Deer. El proceso tomó 10 días, pero el jurado necesitó sólo hora y media para dar un veredicto de culpabilidad. Fue sentenciado a la horca. Sus abogados apelaron su condena y ganaron un nuevo juicio. Los resultados fueron los mismos. En esta ocasión el jurado necesitó apenas 25 minutos para dar un veredicto de culpabilidad. El lunes 14 de noviembre de 1960, Robert Rae Cook fue ahorcado en el Correccional Fort Saskatchewan.