Atributos y delicias del ron de venezuela
Es agua de manantial, es fuego y metal, es ebullición y purificación. Es aire y madera, que junto con el tiempo, el ingenio y la habilidad humana reta los sentidos. Es una peculiar muestra madurada en finas maderas de roble, del increíble potencial

ESTAMPAS

14/10/2022 08:00 am



Vladimir Viloria

“En el imaginario poético de los que somos cultores del ron, habita una sensación de historia mágica que se activa cada vez que nuestros labios se mojan en sus gracias. Son historias de la Colonia, leyendas blancas y negras, historias de esclavos alzados y sumisos, la epopeya independentista, tierras perdidas y tierras recuperadas, la música que lo acompaña al son del tambor, sus propiedades afrodisíacas y remedio del alma, porque es medicina contra la depresión…” 

Humberto Márquez.

“No hay ron en la naturaleza, pero en ella hay tierra, agua, metal, madera, así como hombres pacientes que, con el transcurrir del tiempo y un clima ideal saben cómo transformar aromas y sabores crudos en otros más sutiles. El ron es vida, y no puede ser de otra manera ya que se origina de elementos primarios (…) El ron es tierra y sol, es lluvia y sequía. Es agua de manantial, de río o de lluvia. Es fuego y metal, es ebullición y purificación. Es aire y madera, que junto con el tiempo, el ingenio y la habilidad humana reta los sentidos. El ron es mezcla, es alegría, es universalidad, es creación divina y humana (…)

El ron es sapiencia de Maestros Roneros, es tradición y cultura. Es saber del hombre, es rigurosidad en el hacer de manera consistente. Es ciencia, es técnica, pero ante todo artesanía”.
Luis Figueroa, Maestro Ronero.
(En Al son del ron. Azúcares y rones de Venezuela y la cuenca del Caribe, de José Angel Rodríguez).


I.
Nuestros hacedores de aguardiente, desde que destilaron el primer guarapo de caña de azúcar, no tuvieron cómo imaginar lo que más de 200 años después significarían sus afanes y desvelos. ¿O tal vez sí?, ¿quién lo sabe? La inquebrantable voluntad de los precursores casi nunca tiene en cuenta el futuro.

La certeza del presente es el designio del que funda. Para ellos el tiempo siempre es corto y poco. Una vida nunca será suficiente.

Delirantes, pasión pura, osados y ensoberbecidos como las mejores mentes nacidas en el Trópico, ese que quema, baña, abrasa y lo hace todo posible, probablemente en medio de su bregar cotidiano –en precarios trapiches saltando de una hirviente paila llena de guarapo a otra, de alambique en alambique o en la degustación permanente de los primeros “rones romos” guardados en barriles de roble, en el oriente y el occidente del país, los incipientes maestros roneros de entonces, del XVIII hasta hoy, no hayan hecho otra cosa que soñar rones. Sí, soñar rones, imaginar rones, buscar rones, descifrar rones, ricos y exuberantes rones con aromas y sabores únicos, inimitables, irrepetibles. Rones futuros, esos excelentes destilados de melazas de caña que hoy son lo que son para Venezuela y el mundo.


El ron es mezcla, es alegría, es creación divina y humana

Soñar rones, sí, pero también hacerlos realidad. Porque el ron hecho por venezolanos ha sido consecuencia de circunstancias concretas, siempre difíciles, y de incansable trabajo. Siempre con honestidad, perseverancia y generosidad. El ron venezolano, si se quiere, es una suerte de milagro hecho a fuerza de voluntad, hijo de esta tierra comprendida y amada por su gente, capaz de leer el prodigio tropical de nuestra caña de azúcar, interpretada desde sus melazas fermentadas, destiladas y luego envejecidas y mezcladas. El ron de Venezuela es una peculiar muestra, madurada duela a duela en finas maderas de roble, del increíble potencial de este país.

La prodigiosa colección de etiquetas de rones venezolanos es un poderoso mensaje futuro lleno de significados: belleza, perseverancia, disciplina, excelencia, paciencia, fineza, elegancia, sensibilidad, identidad y arraigo. Nuestro ron hoy más que nunca es proyección irrefutable de un espíritu signado por la sabiduría ancestral de una tradición que se mantiene gracias a la voluntad de sus creadores originarios y de quienes en la actualidad tienen la misión de continuar el legado de esfuerzo y tesón de pioneros que dieron todo por su país y que nunca tuvieron miedo a equivocarse.

Los rones de Venezuela son un símbolo ineludible y luminoso, porque sus aromas y sabores narran una historia, épicas personales, búsquedas incesantes, buenas dosis de osadía y pasión. Los mejores rones son el vértigo del misterio de la alquimia de la destilación y la crianza en barrica de roble. La leyenda del ron venezolano es una botella siempre llena de ron añejo bien hecho. Vive entre nosotros. Y nos pertenece. Después de mucho tiempo, el resto del mundo inevitablemente lo disfruta, aprecia y valora, entre los mejores de su estirpe. Ron Santa Teresa, Ron Carúpano, Pampero, Cacique, Diplomático, Ocumare, Estelar, El Muco, La Florida, Veroes, Roble Viejo, Barrica, Calazán, Caballo Viejo, Cañaveral, Caribú y Quimera. He aquí nuestros rones.
II.
El ron venezolano es el único en el mundo que, por ley, debe envejecer un mínimo de dos años en barricas de roble blanco americano, de lo contrario, no puede calificarse como tal. La obtención de alcoholes pesados y livianos, luego de un cuidadoso proceso de fermentación de las mejores melazas y su afinamiento en barrica, son procedimientos especialmente cuidados por la industria criolla. Todas las marcas mantienen equipos de última tecnología y personal especialmente calificado para la elaboración de un producto excelso que, aunque de desarrollo y auge relativamente tardío con respecto a las islas del Caribe antillano, ha superado con creces la calidad de rones de otros países con más tradición.

El envejecimiento de los alcoholes en Venezuela es un tema crucial, desde el punto de vista de sus consecuencias en la calidad del producto final. Las leyes anteriores a 1938 estaban básicamente centradas en pechar impositivamente los alcoholes. Hubo incluso polémicas conceptuales entre la definición de las calidades de los “aguardientes” y los “rones”. Los métodos y las normas fueron mejorando con el tiempo y los procesos (como el tamaño de los barriles, agregar o no materias vegetales, virutas, plantas, cortezas de frutas secas o frescas, el uso de colorantes, el momento del llenado y la posterior guarda de las reservas, por ejemplo), se someten a controles más rigurosos, siempre vigilados por las propias marcas y el Estado.

La ley es modificada nuevamente en 1954 y es la que sigue vigente. Aquí es donde, en su artículo 29, se contempla claramente el tiempo de envejecimiento mínimo de 2 años para que el producto pueda ser denominado como ron. “Las especies alcohólicas sólo se considerarán envejecidas cuando hayan transcurrido dos (2) años por lo menos, a partir de la fecha en que fueren depositadas a tal efecto”.

La aplicación de este artículo en su momento, trajo como consecuencia la desaparición de muchas destilerías y marcas pequeñas sin la capacidad financiera para esperar dos años y así poder vender sus alcoholes como rones, amén del alto costo de las barricas de roble blanco americano que, por ley, también deben ser usadas para envejecer los alcoholes.

A partir de ese momento el negocio del ron se industrializa. En Oriente Destilería Carúpano, El Muco y Licorería Florida se mantienen produciendo. Santa Teresa sigue su crecimiento y mejorando sus productos, y Cacique y Pampero nacen para convertirse en referencias paradigmáticas del ron de Venezuela y el mundo.



RON DE VENEZUELA DOC:
DENOMINACIÓN DE ORIGEN CONTROLADO 

Todo lo antes expuesto con respecto a la elaboración de nuestros rones, y la experiencia acumulada de casi tres siglos destilando alcoholes, lleva a los actores de la industria, asociados en la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas CIVEA, a reunirse en 2001 y solicitar al Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual SAPI, la Denominación de Origen de los rones venezolanos que sean elaborados siguiendo los más rigurosos parámetros de calidad.

Así, según la decisión 486 de Régimen Común sobre la Propiedad Industrial de la Comunidad Andina, se lee:

“Se entenderá por denominación de origen, una indicación geográfica constituida por la denominación de un país, de una región o de un lugar determinado, o constituida por una denominación que sin ser la de un país, una región o lugar determinado se refiere a una zona geográfica determinada, utilizada para designar un producto originario de ellos y cuya calidad, reputación u otras características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico en el cual se produce, incluido los factores naturales y humanos”.

¿Cuáles son esas características en el caso de Venezuela, comunes a todos los enclaves productivos de ron, tanto en el oriente como en el centro y el occidente del país?:

1.- Bajas temperaturas nocturnas y días despejados en gran parte del año.
2.- Alta radiación solar (300 cal/cm2/día en promedio), que favorecen las altas concentraciones de sacarosa en la caña de azúcar.
3.- Temperaturas anuales que oscilan entre 21ºC y 32ºC, lo que implica una oscilación térmica superior a los 10ºC en promedio, condición favorable para el desarrollo de biomasa en la caña de azúcar.
4.- Precipitación promedio anual que puede variar entre los 900 y 1200mm, generalmente bien distribuida y con un período seco bien marcado que va desde noviembre a abril.
5.- Suelos profundos en su mayoría, que presentan texturas medias y finas apropiadas para la retención de humedad y el drenaje de los mismos.
6.- Valores de pH medio entre 5,5 y 8,6.

En el año 2003 CIVEA obtiene, por parte del Estado venezolano, la Denominación de Origen para nuestros rones, y se somete a las exigencias de los parámetros de calidad y origen definidos por la Comunidad Andina de naciones, a saber:

1.- La protección de una Denominación de Origen deberá ser declarada por las autoridades competentes, de oficio o a solicitud de parte.
2.- La declaratoria de una denominación de origen constituye el derecho de utilización exclusiva de la denominación en beneficio de los sujetos que en la declaración se señalan.
3.- Solamente los productores, fabricantes o artesanos autorizados a usar la denominación de origen registrada podrán emplear junto con ella la expresión “DENOMINACIÓN DE ORIGEN”.
4.- El uso de la denominación de origen por personas no autorizadas que cree confusión, será considerado una infracción al derecho de la propiedad industrial, objeto de sanción.
5.- Las denominaciones de origen protegidas, no serán consideradas comunes o genéricas para distinguir el producto que designan.
6.- Las entidades públicas o privadas que representan a los beneficiarios de las denominaciones de origen, o aquellas designadas al efecto, dispondrán de los mecanismos que permitan un control efectivo del uso de las denominaciones de origen protegidas.
7.-La vigencia de la declaración de protección de una denominación de origen, estará determinada por la subsistencia de las condiciones que la motivan, a juicio de la oficina nacional competente.

Hoy el ron venezolano, a pesar de la dura crisis económica de los últimos años, encarnado en sus principales marcas, se exporta a más de 100 países (aproximadamente 30% de su producción total) y constituye el 3% del producto interno bruto PIB. Un millón de cajas de nueve litros se consumen en el mercado interno. Cerca de 12 mil personas gozan de empleo, directo e indirecto, gracias a una industria seria, próspera y competitiva.

III.
RONES VANGUARDISTAS 

El siglo XX fue tiempo de evolución y crecimiento para el ron venezolano. Ron Carúpano fundado en la Hacienda Altamira en 1762; Ron Santa Teresa fundado en 1796 y marca registrada en 1909; Pampero creado en 1938 por el pionero y visionario Alejandro Hernández; Cacique fundado en 1959; y Diplomático, creado y producido en La Miel por Destilerías Unidas DUSA más recientemente, son las marcas que más volumen producen y mayor presencia tienen en los mercados mundiales.

Así, a nuestro modo de ver, tres han sido los momentos estelares de la historia más reciente del ron de Venezuela, que abrieron camino a nuevas ideas, novedosas y vanguardistas, en la conceptualización del llamado ron “Premium” y “Súper Premium”, más sofisticado y ambicioso, en Venezuela y el mundo. Con la aparición de Pampero Aniversario en 1963, para celebrar los 25 años de Industrias Pampero, fundada en 1938, nace el primer ron que formula mezclas de alcoholes envejecidos hasta por 6 años, embotellado, además, en un precioso y futurista frasco vestido de cuero –inspirado en la muy popular tapara usada por nuestro pueblo campesino para contener leche fresca, suero, ají, agua o aguardiente- diseñado especialmente por el artista plástico Rubén Núñez, amigo personal de Alejandro Hernández.
Puede decirse que Pampero Aniversario es nuestro primer ron Premium. Luego, treinta y tres años después, en 1996, Ron Santa Teresa lanza su Ron Antiguo de Solera 1796, para celebrar los 200 años de la fundación de la Hacienda, enclavada en El Consejo, en los Valles de Aragua. Solera 1796 rompe con todos los paradigmas, encarnando el primer ron de Venezuela, y posiblemente del mundo, criado a través del método jerezano de soleras y criaderas. Después, en el año 2008, Ron Carúpano irrumpe con Legendario, ron único proveniente de un solo lote envejecido por 25 años, sin reposición de mermas ni mezclas, del que se envasan apenas 500 botellas numeradas al año. Posteriormente Diplomático lanza Ambassador y su Single Vintage 1997, 2000, 2002, 2004, 2005 y 2007, y Carúpano vuelve a la carga con su X.O. Antiguas Reservas y Reserve 1996. Imposible olvidar Cacique Antiguo, sublime mezcla artesana de rones de hasta 12 años de guarda, pináculo de la sapiencia del maestro ronero Luis Figueroa. Diplomático, más recientemente, ha vuelto por sus fueros con vanguardistas propuestas como su elegante y fino Selección de Familia y el Planas, excepcional blanco añejado por 6 años y una nueva y novedosa línea de rones llamada por ellos Distillery Collection donde destacan el No. 1 Batch Kettle Rum, No. 2 Barbet Rum y el No. 3 Pot Still Rum. Como se ve, la industria decide apostar fuerte, proponiendo rones de calidad excepcional, añadiendo valor, prestigio y una profundidad inusitada a nuestro destilado de caña. 

Los últimos años, ya entrado el siglo XXI, la colección de rones de Venezuela crece con marcas de notable calidad como Roble Viejo, con sus Extra Añejo, Maestro, Ultra Añejo y Zafra 2004 y 2005; las jóvenes marcas Calazán, Barrica, Cañaveral y Caballo Viejo, evolucionan y maduran positivamente. Ocumare sigue comprometido con su estilo franco y versátil. Veroes hace lo suyo en su nicho y Caribú ya comienza a dar de qué hablar. No hay casa ronera venezolana que no triunfe en concursos y competencias internacionales y destaque donde vaya. Maestras roneras como Carmen López de Bastidas, matriarca memoriosa de los Rones de Carúpano, Nancy Duarte, hoy mano derecha de Néstor Ortega en Ron Santa Teresa, y maestros como Luis Figueroa, guardián de los secretos de Cacique y Pampero, Andrés Contreras en Ron Ocumare, Giorgio Melis en Roble Viejo, Nelson Hernández, discípulo de Tito Cordero hoy responsable de las reservas de Diplomático, o José Araujo, paladar de las mezclas de Calazán, por sólo nombrar a algunos, hacen posible rones sobresalientes y ganadores.

Terminemos diciendo que cada botella de ron añejo venezolano que se descorcha en Tierra de Gracia y en el mundo, contiene y encarna lo mejor de este país.