Pioneras en la pantalla
El desarrollo de los medios de comunicación de masas y particularmente los audiovisuales juega especial significación en nuestra modernidad alimentaria. A través de sus contenidos impactan notablemente en los cambios de los patrones alimentarios

ESTAMPAS

26/03/2021 06:00 pm



Ocarina Castillo D’Imperio (*) 

Ha sido así desde los inicios de la televisión con la presencia de figuras dedicadas a la cocina y se mantiene hoy con la influencia ejercida por la oferta de programación en la diversidad de plataformas y servicios a los cuales tenemos acceso. Es enorme la profusión de programas gastronómicos, en especial culinarios y “realities” famosos que tienen a cocineros y cocineras como protagonistas.

Si miramos la historia de la cocina mediática encontraremos a partir de los años 1953-1954 una programación con presencia ininterrumpida de figuras dedicadas a la cocina, en el caso de Venezuela esas figuras fueron femeninas. En esos años, tanto el Estado como algunos emprendedores privados se preparaban a emprender el reto que significó nuestra incorporación al espacio televisivo. La emisora estatal “Televisora Nacional” (Canal 5) fue la primera en concretar sus proyectos con su salida al aire el 22 de noviembre de 1952 desde los estudios de Cerro Marín y el inicio de la programación regular en enero del año siguiente.

En 1953 la empresa “TELEVISA” (Canal 4), fundada y presidida por Gonzalo Veloz Mancera, inició las transmisiones de prueba y en mayo comenzó dio inicio a su programación regular en un horario comprendido entre las 4:00 de la tarde y las 12:00 de la noche.



Desde sus estudios ubicados en la urbanización Los Caobos, en Caracas, se transmitió en vivo el primer espacio de cocina de la TV venezolana: el programa de la Tía María, conducido por la Sra. María Chapellín Palacios, una matrona emparentada con el Libertador a través de los Palacios, de cuya vida sabemos poco, pero apreciamos sus amplios conocimientos acerca de la cocina venezolana e internacional. Su figura evoca la de una apacible y sencilla ama de casa caraqueña de los años cincuenta, entrada en kilos, canas y experiencia culinaria, amante de los sabores y de “bien poner” la mesa en su santo lugar. A través de sus palabras y sus manos muchas jóvenes amas de casas tuvieron un primer acercamiento a las delicias de nuestra cocina criolla, alternadas con platos de la cocina internacional de la época, como la sopa de cebollas, el filet mignon o los canelones a la “Rossini”.

Tres años después de su incursión televisiva, la Tía María publicó en dos tomos su primer libro de recetas: El libro de Tía María. 1000 Nuevas Recetas de la Cocina Internacional y Nacional de Venezuela (1956) se reeditó en 1957, 2 veces en 1958 y nuevamente en 1962.

Quizás influenciada por estos antecedentes, Radio Caracas Televisión, mejor conocida como el canal de Bárcenas, estrenó el 4 de enero de 1954 a las 5:30 de la tarde en su programación regular, un espacio dedicado a las amas de casa que se convirtió en un entrañable referencia con más de 20 años de ininterrumpida presencia en los hogares venezolanos.

La agudeza publicitaria de Carlos Eduardo Frías, al frente de ARS Publicidad concibió para los ejecutivos de RCTV un espacio que debía llamarse La perfecta Ama de Casa y se lo propuso en primera instancia a María Teresa Palacios de Fernández, dama con muchas dotes culinarias, quien se negó a aceptarlo, ante lo cual lo asumió atrevidamente su hija Ana Teresa, quien no solo contaba en su haber con la cultura culinaria de su madre y de su tía, la conocidísima Tía María (María Chapellín Palacios), pionera indiscutible de los espacios de cocina a través de su programa en TELEVISA, sino que se preciaba de haber heredado de su tatarabuela, un cuaderno repleto de recetas que venían desde principios del siglo XVIII, preparaciones que en muchos casos ella probaba y se esforzaba en adaptar a los productos y dosificaciones de los nuevos tiempos.

Cuando Ana Teresa hizo su debut en vivo en las pantallas blanco y negro de RCTV, era una hermosa y desenvuelta joven recién casada que aceptó el reto de atreverse a cocinar frente a las cámaras de la TV, realizando en forma bastante parecida a como lo hiciera Nitza Villapol tres años antes en La Habana, la receta de un pescado en salsa tártara. Con su simpatía, elegancia y don de gente, capitalizó enorme popularidad en el público femenino y a través de sus recetas, de las marcas y productos que recomendaba, de los utensilios y equipos que utilizaba, en suma, de las recomendaciones expresadas día a día al aire, se convirtió rápidamente en una autoridad en lo que se refiere a culinaria y economía doméstica manteniéndose durante veinte años en el aire.

A estas dos experiencias le siguió en 1958, el programa transmitido por Televisa «Telecocinando», con las morochas Berta Cecilia y Carmen Cecilia Flores. El legado de las Morochas se difundió también a través de publicaciones escritas y la columna «Cocine con las Morochas» que mantuvieron entre 1971 y 1983 en la revista Estampas del periódico El Universal.

Estas mujeres, con sus estilos y características propios y con la fuerza económica y comunicacional de sus anunciantes, contribuyeron a la divulgación de recetas y productos tradicionales venezolanos, pero sobre todo, abrieron el horizonte de sus espectadoras al conocimiento de nuevas preparaciones e ingredientes, al manejo de modernos utensilios y artefactos electrodomésticos, a la familiarización con técnicas, pautas de cocina y de comensalidad y con estrategias para relacionarse con el mercado a la luz de las novedades propias de la modernidad de mediados de siglo. Fueron unas auténticas "influencers" de su tiempo.

*Fuentes consultadas: Antonio Olivieri: La televisión de Venezuela. Los 40 años de Radio Caracas Televisión; “El Buen Gastrónomo” (encartado de El Universal), Año1, No.3, 1996.

(*) Ocarina Castillo D’Imperio. Antropóloga, investigadora de la cultura y los sabores y miembro de la Academia Nacional de la Historia.

 Ocarina Castillo D’Imperio en Redes Sociales: Instagram: @ocacastillo