Óscar Giménez
Seguramente has escuchado muchas veces lo relevante que resulta vivir con gratitud. A veces aceptamos esto como algo obvio. Además, nos han enseñado que ser agradecido es de buena educación y tal vez algunas personas lo han incorporado como un protocolo social.
Hoy quiero compartir algunas de las dimensiones ocultas de la gratitud; ¿que la hace tan famosa?, ¿es cierto que abre el camino de la abundancia?, ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando cultivamos la actitud de la gratitud?
Al cerrar el ciclo 2021 con gratitud por los aprendizajes memorables también incorporamos en nuestra experiencia algunas dimensiones fundamentales. El primer proceso es reconocer que valemos. Tal vez por esto se vincula con la idea de la abundancia. Has recibido algo que ha cubierto una necesidad o ha venido a solventar algo pendiente. Lo cierto es que provoca un sentido de satisfacción y un sentido de apreciación por haber recibido. La gratitud transforma nuestro cerebro, en investigaciones recientes se ha encontrado que “el agradecimiento aumenta la producción de algunos neurotransmisores: serotonina y norepinefrina (encargadas del estado de ánimo), testosterona (encargada de la reproducción), oxitocina (encargada de la cohesión social), dopamina (encargada del placer y la cognición) …”
“Para estar agradecido es necesario estar presente, y estar presente fomenta ese estado de gratitud hacia lo que se recibe en la vida.”
La segunda dimensión que se activa con la gratitud es la experiencia de estar abiertos a lo posible, conectando momento a momento con el presente. Esto sería como experimentar que algo se ha expandido en nuestra conciencia. La gratitud modifica nuestro estado de ánimo y abre el corazón y revela nuestra más profunda naturaleza: alguien decía que la gratitud es la memoria del corazón o la revelación del milagro que es cada ser humano.
La tercera dimensión de la gratitud tiene que ver con el reconocimiento del otro: agradecemos por algo recibido y tal vez por eso lo llamamos “grato” o “gratis”. Algunas investigaciones han encontrado que “el reconocimiento de haber recibido algo de otro tiene un impacto importante sobre las relaciones sociales, ya que predispone a la apertura y a la conexión y al establecimiento y mantenimiento de relaciones de alta calidad con la figura a la que estamos agradecidos”.
Finalmente, cultivar la actitud de la gratitud nos permite desarrollar nuestra conciencia de estar presentes momento a momento, en inter-conexión con otros y con el universo. La gratitud agranda el corazón de tal modo que todos puedan entrar.
El sendero del 2021 finaliza con el reconocimiento de los momentos memorables y la gratitud por lo vivido. Gratitud por transitar una enfermedad y estar recuperado, por haber sido de ayuda o recibir ayuda, gratitud por lo que tienes y particularmente por estar viviendo y leyendo.
Y el sendero del 2022 se abrirá con el aprendizaje de estar abierto a dar y recibir, a agradecer y estar consciente del milagro de estar aquí y ahora.
Te propongo un sencillo ejercicio: toma dos respiraciones profundas, conecta con las sensaciones que surgen. Llena la siguiente lista para conectar con la gratitud. Podrías escribirlo mientras mentalmente dices gracias…
- Estoy agradecid@ por tres cosas que vi en el 2021: _____________________
- Estoy agradecid@ por tres amigos o amigas: _____________________
- Estoy agradecid@ por tres cosas que siento: _____________________
- Estoy agradecid@ por estos tres logros: _____________________
- Estoy agradecid@ por estos tres maestros: _____________________
- Estoy agradecid@ por estos tres miembros de la familia: _____________________
- Estoy agradecid@ por estas tres cosas de mi hogar: _____________________
