De la empatía a la compasión
Se trata de comprender en qué forma nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos

ESTAMPAS

24/09/2021 06:00 pm



Oscar Giménez


Recuerdo haber trabajado sobre el poder de la empatía. Para los tiempos de vulnerabilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que estamos viviendo, parece ser una actitud esencial que permite convivir de una forma positiva y constructiva. Pero ¿qué tal si te cuento que eso no es suficiente?

Aunque parezca mentira la empatía puede dejarnos como espectadores sufrientes de lo que estamos observando. Aquí hay una distinción interesante a considerar.
 
Cuando se trata de entender la experiencia de otros o la de uno mismo, pero relacionada con la voluntad de tomar acciones para ayudar, nos encontramos con las siguientes posibilidades:

1. Lástima: consiste en notar la vulnerabilidad y declarar que no haré nada más que lamentarme y desear no llegar a esa situación.

2. Simpatía, que sería vibrar contigo: eso lo puedo sentir también yo. En algunos idiomas las personas expresan las condolencias llamándolas “simpatía”. Solo me doy cuenta que eso que le pasa a otro podría causarme sufrimiento.

3. Empatía: que sería sentir con el otro, ponerse en sus zapatos… pero no caminar con ellos. Doy mi palmadita empática en la espalda, pero ese paquete no es mío. Puedo sentir lo mismo y entender lo que sientes, ¡podemos hasta lamentarnos juntos! Pero tu paquete es tuyo.

4. La compasión: agrega un elemento transformador: “aquí estoy para ayudar”. Sería algo, así como la compasión más la acción comprometido de hacer algo.

Y esto no es cuestión de palabras, se trata más bien de comprender en qué forma nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. La empatía es una emoción, pero la compasión es una intención. Muchas veces podemos estar por la vida regalando lástima y ayudando a que la vulnerabilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad sigan creciendo en quienes sufren cerca de nosotros.

La compasión tiene connotaciones negativas en nuestro idioma español, pero el contenido ha evolucionado en el campo de la psicología, hasta el punto de reconocer un lugar esencial en la activación de nuestro sistema neurológico del bienestar. Su beneficio terapéutico está “en el hecho de que es un proceso que ayuda a superar las consecuencias negativas de la autocrítica destructiva y de la vergüenza en las relaciones sociales y que genera emociones positivas que son muy importantes”, (Garcia J.) Nuestro balance emocional.

Desde la psicología la compasión es “La profunda conciencia del sufrimiento de uno mismo y del de otros seres, junto con el deseo de ayudar a evitarlo» (Gilbert P.) Dicho de otro modo, nuestra sensibilidad del entorno de sufrimiento al que asistimos diariamente puede encontrar oportunidades de cambiar gracias a la acción. Ya sabemos que las palabras no bastan, para que el cambio sea posible hace falta la acción.

La Dra. K Nef, especialista en este tema, explica que la autocompasión consiste en:

1. Reconocer y notar mi sufrimiento, observarlo y sostenerlo sin sobre identificarse. Para esto sirve nombrarlo y aceptar que nos acompaña.

2. Tomar conciencia de la humanidad compartida: este sufrimiento o cualquier sufrimiento lo están experimentando millones de personas en este momento, y lo han experimentado en el pasado y lo experimentarán en el futuro otras muchas personas, porque cualquier tipo de sufrimiento que estemos experimentando es consustancial con la naturaleza humana.

3. Hacer gestos de buena voluntad para con nosotros mismos: amabilidad y comprensión hacia uno mismo cuando se experimenta sufrimiento, en lugar de autocriticarse, culparse o negar el propio dolor. Consiste en tratarnos a nosotros mismos tal y como trataríamos a un niño indefenso o a un amigo muy querido. Lo contrario sería la autocrítica destructiva y culpabilizante.

Si logramos hacer esto con nosotros mismos, al salir de la empatía se observa a la compasión que se mueve para ayudar a disminuir el sufrimiento.
 
¿Qué pasos podrías dar para comenzar a ser más autocompasivo y más compasivo con el sufrimiento de quienes te rodean?
 
Es un desafío que puede cambiar el rostro de nuestro pequeño mundo de relaciones interpersonales y sociales.


Oscar Giménez
Prof. de Mindfulness, master coach,
Experto en Desarrollo Organizacional
Director en H-Connection
Instagram @oskar_coach
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