Hemos entendido que necesitamos una vida más sana, una mejor alimentación en la que se incorpore mayor consumo de agua, una rutina de ejercicios acorde a nuestra edad y hasta meditaciones para llevar las cosas con más calma. Pero como no todo es color de rosa siempre, tal vez tengamos malos días en los que deben intervenir algunas prácticas que nos ayuden a minimizar imperfecciones que se marcan por el estado de ánimo y las energías bajas.

 
Entonces, estos productos de belleza y su manera de aplicarlos hacen que se mitiguen de manera notable esas molestias que nos roban la paz, pudiendo mencionar para estos casos el rubor, el corrector, la base, exfoliación, té verde y la crema protectora contra los rayos UV.

Las líneas se pueden atenuar con el corrector de tono ideal. foto promofarma

El corrector es un excelente aliado en los tratamientos cosméticos, pero recordemos que en ediciones anteriores indicamos que no es recomendable usarlo para disimular manchas oscuras en varias partes del rostro o del cuerpo. Sin embargo, la paleta de colores nos ofrece una alternativa para las imperfecciones, garantizando un cutis impecable y libre de irregularidades.

 
Por ejemplo, hablemos de las ojeras. Debemos tomar en cuenta lo delicado de su zona, que al tener cerca los ojos estaríamos propensos a pescar irritaciones o alergias. Las ojeras aparecen cuando se presenta una pigmentación elevada y aportan un aspecto de cansancio que no es bienvenido para nadie. Con el maquillaje se puede suavizar el área si escogemos un tono amarillo que ilumine y neutralice el color de la piel, y cuando somos de tez muy blanca, lo recomendable es un corrector en tono beige claro.

 
La intención no es aplicar con demasía el tono porque caeríamos en un amarillento poco saludable, sino aplicarlo lo más suave posible para que desaparezca ese azulado malquerido. Este mismo color puede usarse para disimular moretones, o bien en las venas formadas en las piernas.

Siguiendo con el corrector, hablemos de las venas que se muestran en el rostro o en cualquier parte del cuerpo y que se inclinan hacia un tono verdoso. Para ello, el producto ideal es el corrector en tono rosa porque es el que neutraliza los verdes.

Los cosméticos son aliados en las imperfecciones. Foto Aprendiendo a quererme

 
En cuanto al corrector blanco, es preciso que no se use en las ojeras con la intención de esconderlas, porque podría acentuarlas y estaríamos haciendo lo contrario. Recordemos que el blanco es ideal para iluminar el rostro y dar volumen, así que debemos saber en qué zona se aplica para lograr el objetivo, pero nunca para las ojeras.

 
El corrector en tono naranja viene a cumplir casi la misma función del color amarillo para las ojeras; es decir, puede disminuir ese tono azulado y oscuro debajo de los ojos, pero también sirve para otras manchas, lunares de sangre o sombras en la piel que se inclinen al marrón.

 
Si lo que queremos atenuar son las líneas del rictus, aquí el blanco podría ayudar a suavizar el surco si aplicamos el cosmético cerca de la nariz, siguiendo a lo largo de las líneas. Esto neutraliza la sombra y hace notar mucho menos lo hundido.

Ahora, si nuestra imperfección ganadora del Oscar es el acné, o uno que otro granito angustiante; entonces podemos optar por lápices correctores del mismo color de nuestra piel para minimizar lo más que podamos dicho enrojecimiento. Sabemos que nada podemos hacer para bajar lo abultado o emparejar el relieve, pero sí podemos atacar con un color que lo haga pasar inadvertido por largo rato.

 
Los productos cosméticos, tanto los correctores líquidos como los cremosos, son necesarios aplicarlos utilizando una esponja o un pincel, dando pequeños toques sin mucho impacto, buscando al mismo tiempo eliminar el exceso.

 
Esto evita que arrastremos el producto por la piel, que se produzca una disparidad de color y que coloquemos producto en exceso.

 
Con productos naturales

Sabemos que atacar el problema de raíz es difícil, pero no imposible. Tal vez sí nos cueste un poco trabajarlas con el maquillaje, pero nunca debemos perder las esperanzas y debemos quemar todos los cartuchos en la rutina de belleza. Si hablamos de lo natural, la avena, el yogur, el tomate o el limón combinados entre sí para crear mascarillas, podrían ser los aliados para las correcciones.

 
Estos alimentos son considerados limpiadores faciales por excelencia, y más si los usamos con frecuencia en exfoliaciones que atenúen las manchas o las cicatrices en tratamientos estéticos.

Las ojeras tienen solución. Foto Elle Argentina

 
En cuanto al té verde, este amigo de todos -además de ayudarnos con la digestión al ingerirlo por la mañana o por la tarde-, puede liberar un componente cuyo activo trata las cicatrices cuando es aplicado como tópico. Nos referimos al fenol.

Su extracto puede aplicarse en el rostro o en el cuerpo con toda seguridad.

 
Si nuestro problema es la piel grasa, lo que debemos hacer en primer lugar es lavarnos el rostro dos veces al día con un producto eficaz que remueva el aspecto oleoso y le otorgue frescura y balance a la piel. Posterior al lavado, aplicar una crema indicada para piel grasa y practicar exfoliación dos veces por semana.

 
Ya para finalizar, hablemos de las bolsas, que son esos bultos visibles debajo de los ojos ocasionados por la falta de circulación sanguínea. Lo recomendable para disimularlas o atenuarlas es colocarse bolsitas de manzanilla, rodajas de pepino que dan frescura o aplicarse cremas que contengan vitamina K.

 
Entonces, el maquillaje, la crema protectora y algunos productos naturales reducen en una proporción sustancial las imperfecciones en el rostro, que puede ser tanto por agentes externos como por la alimentación poco saludable o por factores hereditarios. Con esta guía indudablemente seguiremos siendo radiantes y mostrando lo mejor de nosotras al mundo entero.

Si nuestro cutis es graso, lavarlo dos veces al día es lo recomendable. foto La guia de las vitaminas