Mi libido sin pareja
Primero aclararemos dos conceptos: libido y deseo sexual. La primera es obligatoria para poder experimentar el segundo

ATENEA ANCA

31/05/2020 05:00 am



El no tener una pareja estable no siempre implica la ausencia de relaciones sexuales, pues numerosas personas deciden tener sexo sin compromiso. Los psicólogos y sexólogos sabemos que la libido no se ve afectada por su estatus sentimental pero sí por la percepción que se tiene sobre el estatus sentimental.

Mis palabras de hoy van dirigidas a las personas que experimentan un bajo o nulo despertar sexual desde que terminaron su última relación de pareja, habiendo superado o no el duelo de la misma. Y decido dirigirme a este grupo pues es muy probable que estén viviendo un concepto reduccionista del sexo situándolo solo en la relación con el otro e ignorando su propio proceso de sexuación de toda la vida. Porque sí, somos seres sexuados desde que existimos y el placer sexual no está supeditado a la experimentación en pareja o a la conexión emocional con el otro. 

Me gustaría aclarar dos conceptos que pueden ayudar a entender mejor este punto: libido vs. deseo sexual. La libido es la energía sexual del individuo y es absolutamente independiente de la conexión con el otro. Una persona podría no tener una pareja sexual y tener un alto nivel de activación erótica. El deseo sexual ya depende de la conexión con la otra persona, bien sea dentro de una relación o sin pareja alguna. Podrías tener una libido alta pero un bajo deseo sexual hacia tu pareja. O una libido alta y un alto deseo sexual hacia alguien con quien nunca ni siquiera has hablado.

Lo que sí está claro entre la libido y el deseo sexual es que la primera es obligatoria para poder experimentar el segundo. No podrás sentir deseo sexual hacia un ser humano si tu “botón” de activación sexual está apagado. Por lo tanto, muchas personas se encuentran ante la gran duda y desconocimiento propio: ¿Y cómo hago eso? Claro, generalmente le damos a la otra persona el trabajo de mantenernos erotizados: que el otro sepa seducirnos, que se mantenga siempre disponible, que sepa introducir aspectos novedosos a la sexualidad en pareja, etc. Pero realmente es importante que como seres independientes aprendamos a mantenernos activos nosotros mismos. 

La mejor manera siempre será la auto-estimulación y la concentración mental para mantener pensamientos eróticos, bien sea recuerdos eróticos o cosas que quisiera hacer, pero siempre intentando tener imágenes que soporten ese deseo y nos permitan sentir que eso que imaginamos está ocurriendo. Eso es bastante complicado, sobre todo para las mujeres que suelen brincar de un pensamiento a otro, sin darse cuenta, en momentos insólitos. Por ejemplo, en plena penetración pasan del disfrute a planificar qué ropa usarán al día siguiente.

Mantener una buena concentración erótica requiere de disciplina para entrenar la mente, primero con pensamientos no eróticos, como una buena canción que escucharé sin distracción, para luego empezar a tener concentración sobre qué sentí aquella vez que disfruté tanto de la relación sexual. Esto será más fácil si lo acompañamos de la estimulación genital, es decir, de la masturbación. ¿Por qué? Porque el cerebro estaría recibiendo señales sensoriales que ayudarían a que la concentración sea más profunda. Cuanto más placer físico te des, más ayudarás a tu cerebro a estar excitado.
Así que si sientes que tu interés por el sexo está disminuyendo últimamente, es momento de hacer algo. Y literalmente: ¡manos a la obra! 

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