46 años de historia reflejados en la orquesta más grande del mundo
Lo que significó un nuevo homenaje al maestro Abreu, sembró en miles de niños y jóvenes la certeza de que a pesar de las dificultades, con disciplina, entrega y compromiso las metas pueden cumplirse

ESTAMPAS

26/11/2021 06:00 pm



Aliana Abadi Rodelo


La conquista musical que logró el maestro José Antonio Abreu en cada rincón del país desde hace 46 años con el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, se vio reflejada el pasado sábado 13 de noviembre, cuando jóvenes de casi todos los estados llegaron a la capital para conformar la orquesta más grande del mundo.
 
Como una movida cultural, las calles y autopistas de Caracas se llenaron de autobuses en los que venían niños, jóvenes y adultos con un mismo sueño: hacer historia en Venezuela al alcanzar el Guinness World Record.
 
La gran hazaña comenzó desde que los 12.096 músicos se reunieron el día anterior en el Patio de Honor de la Academia Militar para realizar el ensayo general de las seis obras que conformarían el concierto, siendo una de ellas, la Marcha Eslava de Piotr Ilich Tchaikovski, la pieza clasificatoria para lograr el tan anhelado récord ya alcanzado por Rusia en el 2019 con 8,097 personas.


Jóvenes de casi todos los estados llegaron a la capital  

Un gran despliegue protocolar y logístico garantizó las medidas de bioseguridad y seguridad integral para que todos los participantes pudieran sentirse cómodos y seguros antes, durante y después de la gran jornada. Pruebas PCR, refrigerios, mucha agua, baños impecables y asistencia médica estuvieron al alcance de cada uno de los músicos.
 
Conforme se acercaba el momento del concierto que comenzó a las 5:00 p.m., la emoción aumentaba pero la concentración y disciplina también se hacía notar. Las nubes grises le dieron paso a un despejado cielo azul decembrino que combinó con el Ávila de fondo, creando la mística perfecta para que los instrumentos comenzaran a sonar.
 
Con cada uno de los músicos sentados en su sitio, el director ejecutivo de El Sistema, Eduardo Méndez, tomó el micrófono y expresó sus últimas palabras antes de dar inicio a la presentación que llenaría de música el Patio de Honor. “Así se rompa la cuerda, se nos dañe la caña, seguimos tocando, no nos detenemos. Seguimos adelante, hasta el final”, dijo en medio de una atmósfera de entusiasmo que erizaba la piel y que a su vez dejaba un gran mensaje: perseverar a pesar de las dificultades.
 
Lo que representó un nuevo homenaje para el maestro Abreu, inició con la obra musical Te Deum de Marc-Antoine Charpentier, dirigida por Enluis Montes Olivar, oriundo del estado Portuguesa. Luego se montó en el podio María Gabriela Hernández, quien fue la encargada de dirigir Chamambo, del compositor Manuel Artés.


Cada participante debía tocar su propio instrumento

La pieza clave
El momento crucial llegó, era hora de interpretar la pieza que catapultaría a Venezuela con la orquesta más grande del mundo si se cumplían las siguientes reglas: todos los miembros debían ser músicos expertos y dirigidos por un director experimentado. Cada participante debía tocar su propio instrumento, sin compartirlo, durante toda la pieza que debía durar mínimo cinco minutos.
 
Andrés David Ascanio Abreu se adueñó del podio y con su batuta marcó la pauta para comenzar los 12 minutos de la Marcha Eslava.

Esta obra que fue compuesta por Tchaikovski en 1876 era una de las piezas favoritas del Maestro Abreu y además, una indispensable en la metodología de El Sistema.

Impresionado con la capacidad de concentración que tuvieron los músicos en el histórico momento, Andrés David Ascanio confesó para Estampas que jamás había vivido una energía como la que sintió cuando dirigió la obra.
 
“Hubo algo impresionante y fue la concentración en el concierto, aunque en el ensayo siempre hubo concentración y logramos hacer silencio. Pero más allá de eso, a la hora de afrontar el reto, lo que me impresionó fue ver la cantidad de gente concentrada y preparada para dar lo mejor. Yo jamás había experimentado una energía como la de ese día y estoy seguro que será irrepetible”, expresó el músico.


Despejado cielo azul decembrino que combinó con el Ávila de fondo  
 
Él no sentía que era sólo el director que guiaba la orquesta, sino que eran los 12 mil músicos compenetrados en una misma mágica energía que reflejaba 46 años de historia de una fundación que comenzó con tan sólo 11 personas.
 
Mientras dirigía, Ascanio rememoró con orgullo la trayectoria de El Sistema al ver a miles de jóvenes tocando sus instrumentos con la presencia entre el público de tres fundadores de aquellos 11 que acompañaron al maestro Abreu en 1975.

Registro de récord Guinness exitoso
En cuanto la obra terminó, a través de nueve pantallas LED en las que también se retransmitían los movimientos de los directores en tiempo real al momento de dirigir la orquesta, se hizo presente la experta en Guinness World Record, quien tiene el oficio de medir, observar y verificar los miles de intentos anuales.
 
“El intento oficial de Guinness World Record ha sido exitoso”, dijo la experta, generando enseguida una algarabía en la que cada uno de los músicos celebraban su esfuerzo y compromiso elevando sus instrumentos y con expresiones de alegría que dejaban saber que esta es una generación que aún tiene mucho por aportarle al país.
 
Con la certeza de haber logrado una meta gloriosa, continuaron el repertorio: Merengue del primer dedo dirigido por Urielis Arroyo, nacida en Aragua; Venezuela de Herrero y Armenteros, por Naileth Castro de Amazonas; Aleluya de Händel por Enluis Montes; y Alma Llanera de Pedro Elías Gutiérrez por Andrés David Ascanio.


Tocaron unidos el Gloria Al Bravo Pueblo de Vicente Salias y Juan José Landaeta
 
Para finalizar, con la luna en su fase creciente a la luz del atardecer que salía desde el Ávila y con las guacamayas y otras especies de aves luciéndose en el cielo, los 12 mil músicos tocaron el Gloria Al Bravo Pueblo de Vicente Salias y Juan José Landaeta, aludiendo una vez más a uno de los tantos pensamientos del maestro Abreu. “En la cultura subyace nuestra alma esencial e identidad profunda”.
 
¿Y ahora qué le depara a El Sistema? 
Andrés David Ascanio asegura que le espera un futuro brillante, consolidado con las bases que construyó su tío, José Antonio Abreu de la mano de todos sus directores, profesores, músicos y personal de diferentes áreas que trabajan con vocación para que esta fundación siga enriqueciendo vidas en cada rincón del país.
 
El 20 de noviembre posterior a la cita que quedará para la historia. El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela es reconocida oficialmente al obtener el Récord Mundial Guinness por la conformación de La Orquesta más Grande del Mundo.

Aliana Abadi Rodelo
@alianaabadi

Fotografías:
Leonardo Fernández
@leonardfphoto