Empoderamiento femenino
Hablar de empoderamiento femenino pareciera un tema trillado, sin embargo vale la pena preguntarnos ¿qué aspectos de nuestra realidad cotidiana nos hacen pensar que todavía vivimos en una sociedad desigual?

ESTAMPAS

10/09/2021 06:00 pm



Consuelo Fermín

Para contextualizar este tema, que para algunas culturas es controversial, el mejor ejemplo que viene a mi mente es mi propio hogar. Recuerdo que en mis primeros años de vida, mi madre se dedicaba a las labores domésticas, sin embargo, a medida que íbamos creciendo, pude apreciar cómo en ella se fue desarrollando un espíritu de lucha por superarse a sí misma.

Recuerdo que buscaba algunos medios para independizarse económicamente y nunca dejó de hacer escuchar su voz en los asuntos importantes de la familia. Participaba en todo aquello que era decisivo y primordial para nuestro hogar.


El rol de la mujer en la sociedad es fundamental

Para ella era fundamental aportar un grano de arena y alivianar la carga económica que representaban cinco hijos (dos varones y tres hembras). Este empeño por desarrollarse fue un claro ejemplo para nosotras las hembras. Por supuesto, en mi infancia no se hablaba de empoderamiento femenino, pero de alguna manera ella nos hacía entender que las hembras éramos iguales a los varones.

Siempre insistía en que teníamos las mismas capacidades de nuestros hermanos, así que nunca hubo una distinción entre los géneros y mucho menos nos hizo sentir como el sexo débil. Todo lo contrario, ella fue más exigente con las hembras. Hoy en día, estas cualidades pueden considerarse como indicadores de una mujer empoderada.

Sus exigencias trajeron como consecuencias que mis hermanas y yo nos destacáramos académicamente, ocupáramos cargos importantes en nuestros campos laborales, seamos los pilares fundamentales de nuestros hogares e inclusive tomemos las decisiones importantes en los asuntos familiares de nuestro hogar materno, luego de su partida a otra vida. Pero alcanzar nuestras metas, no siempre fue fácil. Muchas veces tuvimos oposición en nuestros trabajos e inclusive sufrimos de ataques derivados por celos profesionales.


Empoderamiento femenino: compromiso de todas

Ahora bien, antes de responder a la pregunta que nos ocupa en el abordaje de esta temática, consideramos oportuno definir este término. Empoderar proviene del vocablo inglés “empowerment” que significa “dar poder”. No precisamente se refiere al poder de estar arriba de otro o de ejercer algún tipo de autoridad, sino de dar el justo valor a la mujer. Es reconocer las cualidades y capacidades que poseemos para desempeñarnos en los distintos ámbitos de la sociedad. No obstante, las mujeres occidentales todavía sufrimos algún tipo de discriminación, sin abordar las profundas desigualdades que enfrentan las mujeres en el Medio Oriente.

Sencillos ejemplos develan estos aspectos que nos hacen pensar que vivimos en una sociedad desigual, entre ellos, la diferencia porcentual en la contratación de hombres y mujeres en las empresas, así como de la diferencia salarial. No puede dejar de mencionarse las tasas de feminicidios, ultrajes, maltratos, por mencionar algunos hechos.

Ante estas diferencias de género, a través de la historia, las mujeres han elevado su voz para luchar por el justo valor que merecemos en la sociedad. No me refiero a este movimiento feminista grotesco que vemos en redes sociales.


La igualdad de género es fundamental en una sociedad justa

Estoy refiriéndome a las luchas sociales que han permitido que las mujeres logren conquistar el derecho al voto, estudiar en todos los niveles del sistema educativo, ir al campo laboral y ocupar cargos importantes en las empresas, así como su incidencia en la revolución de la moda, participar tanto en la política como en los deportes que eran considerados masculinos, entre otros.

No obstante, todavía hay mucho por hacer y conquistas que alcanzar. Lo ideal es comenzar por educar a la sociedad, empezando por los más pequeños de la casa.

Desde la niñez debemos ir rompiendo esas estructuras mentales que fortalecen el machismo y desvalorizan las capacidades de la mujer.


Unidos podemos romper paradigmas